sábado, 31 de diciembre de 2011

Mis Lecturas Especiales de 2011

Este año me ha cundido. En cifras, han sido dos libros abandonados, 30 acabados y uno en marcha. El ebook que me regaló Novio Noel el año pasado está más que amortizado, he continuado comprando libros en papel, pero el no tener que cargar con peso en el bolso durante mis trayectos diarios en transporte público, ha hecho que lea mucho más.

Ha sido también un año de sagas y de trilogías. Un año en el que la literatura fantástica le ha ganado terreno a la novela histórica de mis amores, y un año en el que han abundado los libros de corte “juvenil”. Y ha sido un año con tres claros protagonistas: J. K. Rowlin, Trudi Canavan y Patrick Rothfuss.

Este año lo recordaré siempre con cariño porque ha sido el año de las novelas de Harry Potter. Leer estas novelas de J. K. Rowlin no es una simple lectura, es vivir una experiencia. Lo viví con Canción de Hielo y Fuego y, sin duda, lo he vuelto a vivir con estos maravillosos siete libros. Las siete novelas cayeron en dos tandas, entre las cuales intercalé otras lecturas.

La experiencia me dejó al final con una horrible sensación de síndrome de abstinencia, algo inédito hasta la fecha. Me sorprendía deseando salir del trabajo para continuar la lectura, para darme cuenta de repente que ya lo había terminado y sentir a continuación una sensación horrible de vacío.

Con fantasía comencé el año y con fantasía lo estoy terminando. El 4 de enero comencé con Festín de Cuervos. Muchos coinciden en que es un libro de transición y muchos otros incluso añadirían que es una auténtica putada, porque deja fuera a algunos personajes muy importantes. Lo que fue para mí este cuarto volumen de Canción de Hielo y Fuego lo podéis leer en este enlace.

Dos años después de haber empezado El Nombre del Viento, me decidí a darle una segunda oportunidad, y no puedo alegrarme más. En este enlace tenéis lo que escribí hace muy poquito sobre el primer volumen de esta historia maravillosa escrita por Patrick Rothfuss y actualmente me encuentro absorbida y atrapada por El Temor de un Hombre Sabio. Otra gran experiencia que merece ser vivida y recordada.

Más fantasía: Las Crónicas del Mago Negro, trilogía etiquetada como fantástica y juvenil, escrita por Trudi Canavan. Comenté con detalle, en tres entradas independientes, los tres volúmenes de la trilogía: El Gremio de los Magos, La Aprendiz y El Gran Lord. Una gran historia que avanza in crescendo: el primer volumen me pareció muy bueno, el segundo fabuloso y el tercero extraordinario. Un gusto.

Y también dentro de lo juvenil encontramos la trilogía de Suzanne Collins: Distritos. Los Juegos del Hambre, En Llamas y Sinsajo. Me duraron los tres más o menos una semana. Literatura juvenil de ciencia ficción, le llaman. Yo le llamo droga dura. El que se fue más rápido fue En Llamas, que leí en un solo día. Enfermizo. Aquí escribí sobre Los Juegos del Hambre, el primer tomo de la trilogía.

La novela histórica no podía faltar, y me ha deparado una de cal y una de arena. Dos de mis autores favoritos del género me han decepcionado: Valerio Massimo Manfredi, con un soporífero Talos de Esparta, y Bernard Cornwell con Azincourt (de la que os hablaré largo y tendido en breve… lo tengo en el horno). Pero en cambio, he hecho un descubrimiento espectacular:

Halcón, de Gary Jennings, una de las novelas históricas más completas, detalladas y apasionantes que he tenido el placer de leer. Nos narra las memorias de un godo hermafrodita llamado Thorn, sus aventuras, sus inquietudes, sus conflictos más íntimos y su estrecha relación con Teodorico, el rey de los ostrogodos, en el marco de una Europa convulsa tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Apasionante.

Y es de obligado cumplimiento que yo le rinda un pequeño homenaje a otro de los libros que he leído en 2011: Ecos del Pasado, de Diana Gabaldon. Séptimo libro de la saga de la historia de Jamie y Claire Fraser. Una novela romántica que también puede considerarse histórica o de aventuras. Yo no le pongo ninguna otra etiqueta que no sea: “de la Gabaldon”. Y aquí os dejo lo que escribí en Anobii sobre ella:

“Mientras iba leyendo los primeros capítulos de Ecos del Pasado, y sobre todo teniendo en cuenta su extensión, iba pensando que Diana Gabaldon ya podría haber finiquitado la saga hace tiempo, y dejarnos con el recuerdo de unos Jaime y Claire jóvenes y vitales. Pero rápidamente cambié de opinión: no son tan jóvenes, pero nadie les gana a vitalidad. Y las nuevas generaciones, los adultos jóvenes y los niños que van apareciendo a lo largo de la historia, tienen tanto que contar, tanta importancia y tanto peso de la trama sobre sus hombros, que ninguno es prescindible.

Los cambios de ritmo en el libro son muy destacables: del mismo modo que una batalla es narrada hasta el último detalle, se producen saltos significativos en el tiempo y se soslayan algunas situaciones que en principio podrían haber llevado más tiempo en términos de narración. Además de los cambios de ritmo, puede que como a mi, te asalten cambios de opinión en cuanto a tus preferencias: por mi parte, si al principio del libro lo que más me gustaba era leer cómo les iba a Roger y a Brianna, a medida que iba avanzando la historia, me interesaba más por Willie o por Ian Murray.

De lo que no cabe la menor duda es que el final de este volumen ha sido trepidante, emocionante... no pude evitar soltar alguna que otra lágrima durante uno más de esos intensos reencuentros a los que Diana Gabaldon nos tiene acostumbrados... y con unos personajes que ya forman parte de mí.

No en vano, leí Forastera por primera vez en 1997 y cada año he intentado leer un volumen de la saga al menos: si no coincidía con el lanzamiento de una nueva entrega, repasaba Forastera (que he leído unas 7 veces) o Atrapada en el Tiempo o Viajera, que no le van a la zaga. Cuando Gabaldon ponga punto y final a la serie de Outlander, no podré ni creérmelo”.

También ha sido el año en el que he leído dos biografías muy interesantes sobre dos artistas excelentes y muy carismáticos: Slash y Ozzy Osbourne. Si tuviese que quedarme sólo con una, I Am Ozzy ganaría por goleada, por las risas sin fin. Aquí tenéis el link sobre ella para Apartamento666. Y aquí, tenéis el que escribí sobre la de Slash para el blog de DiscK7.

Más música y más historias sobre músicos las leí en el libro de Anecdotario Rock, un libro fabuloso, para tenerlo siempre a mano, para no dejar de consultarlo y divertirse con “Las anécdotas y curiosidades más absurdas del mundo del Rock”. Felicidades a Mª Encina por haberse atrevido con el papel.

En definitiva: mucha fantasía, algo de historia, mucha música… y muchas otras historias que no encajan en ninguna de estas categorías. También algunas decepciones, libros que han pasado sin pena ni gloria por mis manos, otros que han quedado aparcados para momentos más propicios, y otros que abandoné, como El Conde de Montecristo.

Aunque mi intención era hacer una lista dando mi opinión sobre todos ellos, por cuestiones de tiempo, de espacio, y por respeto a quien venga de paseo por este blog, he desistido. Os invito a pasar por mi estantería de Anobii, para terminar.

¡¡Feliz Año Nuevo!! ¡¡Y Felices Lecturas!!

viernes, 30 de diciembre de 2011

Mis Series Especiales de 2011

No hago rankings ni listas, ni siquiera puntúo. Pero sí que quiero tener un recuerdo especial para las series que me han dejado un buen sabor de boca en este año que mañana termina. De algunas ya he hablado largo y tendido, de otras, de manera más breve en época de pilotos… y hay algunas que han terminado siendo gratas sorpresas que nunca imaginé.

Descartes, fracasos, y otros chascos quedan fuera de esta entrada que promete ser caótica pero llena de buenas historias. ¡¡Y sin spoilers!!



Y ya que he mencionado las buenas historias, es de ley que empiece con un recuerdo para Juego de Tronos. Una de las novelas más alucinantes que me han caído en las manos en los últimos tiempos. Fueron diez semanas que pasaron a la velocidad del rayo gracias a esta joya de serie.

Una serie que me maravilló, que en general me dejó contenta con el elenco de actores y actrices, y de la que me quedo con las buenas impresiones, las escenas que me emocionaron y con la satisfacción de que en pocos meses tendremos a nuestra disposición la segunda temporada (y el quinto libro). Los “peros” los podéis recordar en esta entrada.



Otra serie sobre la que he leído muchos “peros”, aunque no estoy de acuerdo, es Person of Interest. Ha sido para mí una grata sorpresa, porque cada caso es diferente y todos interesantes, porque Caviezel y Emerson lo hacen más que bien y porque, a diferencia de otras de caso por episodio como puede ser The Mentalist, ésta le presta atención a la historia personal de los implicados, que corre en paralelo a algunos de los casos más jugosos.



Todo lo contrario a un “procedimental” ha sido Homeland. La gran revelación de la temporada. Un thriller psicológico que bebe de la fuente de los atentados del 11-S de una manera impecable. Incluso se permite el lujo de manipular al espectador, de hacer que se cuestione su ética y, supongo que en el caso del espectador norteamericano, también sus lealtades.

Lo que más me ha gustado de Homeland es que te hace pensar. La investigación nos proporciona constantemente información, que parece ser que nos va a dar respuestas, pero que lo único que hace es generar más dudas. El espectador es libre de tener sus teorías y de escoger a quién creer, con una maravillosa sensación de “no te puedes fiar de nadie”. Y lo mejor es que al final, llegamos a una conclusión. Es decir, juegan con la audiencia, pero no la maltratan.

Esta primera temporada ha sido redonda. Sólo espero que alguna plataforma española anuncie ya su emisión, aunque sea de pago, porque estoy deseando que mi familia y muchos amigos que no ven la tele en versión original la puedan disfrutar también.



Esto mismo me ocurre con Boss: tengo ganas de que más personas de mi círculo la vean, para hablar de ella, para ver qué efecto les causa. A mí me ha recordado a Los Soprano. No puedo ser muy específica porque este post es sin spoilers, pero el hecho de que un grupo de gente tenga que rendir cuentas, a veces poniendo en bandeja su integridad física, a un solo hombre muy poderoso y muy “cabrón”, me ha recordado mucho a Tony Soprano y a su gente.

La actuación de Kelsey Grammer me ha parecido soberbia, y os lo cuenta una que no ha visto Frasier. Ahí lo dejo. Sin duda, 8 capítulos sensacionales y una historia de corrupción política de las que a mí me gustan.



Corrupción política, la ciudad de Chicago, un protagonista carismático… Por supuesto que The Chicago Code tenía que tener su espacio aquí. Una cancelación injusta, en mi opinión. Una serie que podría haber dado muchísimo de sí, que podría haber dejado grandiosos momentos… pero que se fue al garete. Torres más altas han caído.



Volviendo a la actualidad, otra por la que sólo sentí curiosidad pero que al final también me ha sorprendido ha sido Once Upon a Time. Lo mejor de la serie ha sido la sensación de familiaridad con todo lo que estaba viendo, lo entretenido que es ir identificando a cada miembro de la comunidad de Storybrooke con un personaje de cuentos. Nada me resulta extraño, porque todo está conectado a mis recuerdos.

Ligera, divertida, bastante blanquita, pero con ese punto aterrador que tienen todos los cuentos de hadas: el miedo a que “los malos” se salgan con la suya. A destacar también el buen trabajo de Jennifer Morrison, de la que nunca fui fan mientras estuvo ayudando al Doctor House y que en cambio aquí me convence mucho en su papel de Emma.



Tengo que hacer parada y fonda ahora o luego se me olvidará. Quiero hacer mención especial a tres programas de televisión, a dos pseudo-realities y a un documental. Los faranduleros Married to Rock y Alaska & Mario y la serie de documentales maravillosa y excepcional que está siendo Metal Evolution, de VH1. Los dos primeros, por las risas y los buenos momentos frikis, y el tercero, porque me emociona, me cuenta cosas que me interesan y hace que me sienta orgullosa de ser quien soy.



Este año he disfrutado también de muchas comedias: la inolvidable y fabulosa Arrested Development y otra que me ha servido para curar la herida que me dejó Michael Scott (Steve Carell) con su marcha de The Office. Me refiero a la gran Parks & Recreation.



Y me sirven estas comedias para enlazar con las series de My Dear Old England… porque otra gran serie del año, otra gran serie que se ha instalado para siempre en mi corazón es Miranda. La gran Miranda. Grande en todos los aspectos. Una Bridget Jones pasada de vueltas, con una facilidad pasmosa para ponerse en ridículo, que hará que te rías con ella y de ella.

Qué tendrán estas grandes series británicas para alojarse de esta manera en mi memoria y en mi corazón. Por supuesto, están la fabulosa Doctor Who, la exquisita The Hour (con un trasfondo histórico que me tuvo relamiéndome todo el rato), mi más reciente descubrimiento: Mistresses, el regreso de mi querida Absolutely Fabulous… y junto a todas ellas, la soberbia Downton Abbey.



Puedo afirmar sin miedo a arrepentirme que las dos temporadas de Downton Abbey han sido de lo más emocionante y conmovedor que he visto en mi vida. Todos y cada uno de sus personajes forman ya parte de esa familia imaginaria que los consumidores compulsivos de tele albergamos de manera involuntaria. Mi favorita, sin duda: la abuela, la gran Maggie Smith, en su papel de Lady Violet, un personaje “favorito” que probablemente no sería nada sin todos los que le acompañan en esa fabulosa mansión llena de secretos, intrigas, dramas, amor y muerte.



Y para terminar, algo más cercano, algo de mi tierra: Polseres Vermelles. Esta sí que ha sido la gran sorpresa. Alguien que está perdiendo toda tolerancia por las series de hospitales, se atreve con una serie sobre niños enfermos. ¿Con qué resultado? Con el enamoramiento hasta las trancas. Con el corazón roto y a la vez contento. Pero como escribí hace poco sobre ella aquí, lo voy a ir dejando.

Sí, claro que han habido muchas más… Supernatural, Californication, Nurse Jackie, The Good Wife, The Big Bang Theory o The Vampire Diaries. Pero todo tiene su momento, y no me apetece por esta vez incluir a ninguna de ellas en este post de las más “especiales” del año. La vida es así, no la he inventado yo…

¡¡Feliz Año Nuevo!!

lunes, 26 de diciembre de 2011

Metal Evolution (s01e03-04): This is England!


Aunque ya pudimos ver en el segundo episodio de Metal Evolution la innegable importancia que tuvieron los grupos de Hard Rock norteamericanos de los años 60 y 70 en la evolución del Heavy Metal, para la mayoría, los orígenes de este género hay que ir a buscarlos al otro lado del Atlántico. Es decir, hay que volver a Europa, plantarse en Inglaterra y prepararse para un viaje de lo más emocionante.

Y allí es donde nos vamos con los episodios Early Metal: UK Division y New Wave of British Heavy Metal. Partimos de finales de los 60, con la explosión del “Blues Boom”, con músicos como John Mayal a la cabeza, que influyeron sobre nombres tan importantes como Jeff Beck, Eric Clapton o Jimmy Page. Y precisamente la banda de Page, Led Zeppelin, son los primeros a los que un sector de la prensa musical empezó a considerar como banda de Heavy Metal. La curiosidad aquí es que, como veremos también que ocurre con Deep Purple, Page y Robert Plant no quieren que se les relacione, bajo ningún concepto, con el término Heavy Metal.

De hecho, no contamos con su presencia en este episodio ni en ningún otro. Ni el virtuoso guitarrista ni quien en su época fuese el Dios Dorado del Rock han querido hablar con Sam Dunn. No sólo niegan el ser una banda de Metal, algo que nos puede parecer totalmente lógico, sino que además, reniegan de su “paternidad”. Lo mismo hacen Deep Purple, aunque algunos de sus miembros sí que aparecen en el documental: Ian Paice, Roger Glover y Jon Lord, quien dice que, si bien no son los padres, acepta que se les considere uno de los padrinos. Bien, algo es algo.

Y los que no tienen inconveniente en que se les asocie con el Heavy Metal, obviamente, son Black Sabbath. Entramos en el terreno más oscuro, nos vamos a la triste Birmingham de principios de los 70. Bill Ward y Geezer Butler tienen mucho que decir en este episodio, y son muchas las caras conocidas que aparecen para dar su punto de vista: Bruce Dickinson, Slash, Billy Gibbons de ZZ Top… Y también David Coverdale y Glenn Hughes, hablando sobre su paso por Deep Purple, formación a la que se le da un repaso a través de sus etapas y estilos diferentes.

Lo que nos llevará, obviamente, a hablar de Ritchie Blackmore y de Rainbow, y de la aparición en escena de uno de los cantantes más poderosos que ha dado el Heavy Metal: Ronnie James Dio, del que podremos ver imágenes de archivo pertenecientes a una entrevista concedida un par de años antes de su muerte. Una de las aportaciones más importantes de Dio al Heavy Metal, además de su potencia vocal, es la incorporación de la fantasía a las letras de sus canciones: dragones, caballeros y parafernalia medieval aparecerán, por primera vez, en el Heavy Metal más primigenio, gracias a él.

Tras un período de experimentación con otros instrumentos y estilos, que protagonizan formaciones como Black Sabbath con la inclusión de teclados, o Deep Purple con el toque de Soul y Blues que les aporta Mr. Coverdale, llega a primera línea del Rock otro tipo de bandas que desplazan de la vanguardia a nuestros clásicos. Aparece en escena el Glam Rock de T-Rex, Sweet o David Bowie.

El capítulo acaba con otro Metal God: Rob Halford, de Judas Priest, que da un breve repaso a lo que significó la aparición de su banda, no sólo a nivel musical sino también estético. El Heavy Metal se convierte en movimiento, rompe lazos con el Blues y se viste de negro. Y con Judas Priest se cierra este tercer capítulo dedicado a los primeros años del Heavy Metal en Inglaterra y se abre lo que para muchos es una de las épocas doradas (si no “la” época dorada) de nuestra música: la New Wave of British Heavy Metal, con Steve Harris como uno de los portavoces, que se ocupa de contarnos cómo fueron los principios de Iron Maiden y de toda la movida, y cómo tuvieron que intentar hacerse lugar entre el absoluto dominio del Punk a finales de los 70.

Es gracioso, para los que pensamos como él, escuchar cómo despotrica de manera muy elegante contra el Punk. Es simpático ver cómo Sam Dunn intenta que Harris le dé algo de crédito a lo que pudo significar el Punk en aquella época, incluso como leve influencia en algunas bandas de la NWOBHM y él se cierra en banda. Bueno, supongo que para mí, todo lo que haga y diga Steve Harris es gracioso, maravilloso y adorable… pero ya se sabe lo que pasa con los fans. Sigamos.

Estamos en 1977, tenemos en pantalla a un miembro de la banda The Damned contándonos su versión de la historia y soltando una perla muy significativa: “Nosotros no sabíamos tocar”, y que conste que lo dice él, no lo decimos ni Steve Harris ni yo. Otros músicos que podemos ver en este episodio son: Dennis Stratton (exguitarrista de Iron Maiden), Brian Tatler (guitarrista de Diamond Head), Biff Byford de Saxon, Jess Cox de Tygers of Pan Tang, Joe Elliot y Phil Collen de Def Leppard, Lars Ulrich de Metallica…

Vemos como un fan entusiasta, DJ de uno de los primeros Clubs exclusivamente de Rock que existieron en el país, une a varias de estas emergentes bandas de Metal y los presenta a las discográficas en Londres. Vemos dónde y cuándo aparece por escrito por primera vez el término New Wave of British Heavy Metal y qué ocurre en el escaso período de dos años.

Existe un antes y un después del lanzamiento del primer disco de Iron Maiden, pero sobre todo, existe un antes y un después de la salida al mercado de The Number of the Beast en 1982, cuando el Heavy Metal británico se hace mainstream. La lista de anécdotas, curiosidades, datos y comentarios de diversos músicos es muy larga. Me apetecería mucho contároslo todo, pero creo que es mejor que busquéis los episodios y los disfrutéis por vosotros mismos.

El Festival de Reading de 1980, el resurgir de la vieja guardia del Hard Rock británico, la explosión a nivel mundial, el salto de Def Leppard a Estados Unidos y muchos otros acontecimientos es lo que vais a encontrar en este cuarto episodio de Metal Evolution. Al final, veréis cómo muchas bandas de la NWOBHM no sobrevivieron a la invasión del Glam Metal estadounidense de los años 80 (de lo que hablaremos en el próximo episodio), salvo contadas excepciones. Según nos cuenta Dunn en los últimos minutos del documental, habría que esperar unos años hasta que una banda, esta vez estadounidense, recogiese el testigo y el legado del Heavy Metal de raíces británicas y volviese a enseñárselo al mundo entero: esa banda es Metallica.

Pero, además de con la conclusión propia del episodio, a mí me gustaría terminar esta entrada con una frase de Scott Ian, guitarrista de Anthrax:

La mano derecha de Steve Harris. Esa es para mí la esencia del Heavy Metal. Steve Harris es Metal”.

¡¡Espero que los disfrutéis tanto como yo lo estoy haciendo!! Os aseguro que una vez los encontréis no podréis ver cada episodio una sola vez. Son apasionantes.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Polseres Vermelles. Pulseras Rojas. The Red Band Society


Cuando una serie está bien hecha, es normal que tenga pretendientes y que quieran enseñarla por todas partes. Me parece súper normal que Polseres Vermelles sea también Pulseras Rojas y que en un futuro no muy lejano vaya a convertirse en The Red Band Society, de la mano nada menos, que de Dreamworks. Y es que cuando alguien como Albert Espinosa, el escritor de esta serie maravillosa, es especialista en ponernos la piel de gallina, en hacer que se nos salten las lágrimas, y en llegar a nuestros corazones como sólo él hace, de una manera tan honesta, merece todo reconocimiento.

Me negaba a ver Polseres Vermelles. No me gustan las series de hospitales, no soporto las series “de médicos”. Me ponen triste, hacen que le dé demasiadas vueltas al coco. Si encima, los protagonistas de una serie “de hospitales” son niños, apaga y vámonos. Pero Noe me dijo que la serie merecía mi atención, que huía del morbo, del regodeo en la desgracia, del uso gratuito de la tragedia… que en el fondo, Polseres es una serie muy vitalista y con toques de humor, una historia de unos chavales fantásticos que “sucede que” están enfermos en un hospital.

No contenta con su recomendación y con su defensa a ultranza de la serie de Espinosa, basada por cierto en su libro El Món Groc (El Mundo Amarillo), me la trajo un día en DVD. Vamos, que me vi sin escapatoria. Así que me puse con ella y en dos tardes la tuve liquidada porque, inmediatamente, caí rendida a los pies de todos y cada uno de sus protagonistas, interpretados además por unos actores maravillosos (olvidaos de los niñatos de otras series juveniles). Me enamoré irremediablemente de los 6 chicos que forman la pandilla alrededor de la cual gira toda la historia, y no desmerezco en absoluto a todos los secundarios: familiares, otros enfermos, trabajadores del hospital y médicos, que hacen un trabajo excepcional y tienen unos papeles muy importantes en la trama.

Polseres Vermelles, de la cual ya se ha confirmado la segunda temporada, explica la historia de un grupo de chicos (y una chica) de entre 10 y 17 años, muy diferentes entre sí, que coinciden en un hospital de Barcelona. La historia empieza cuando ingresa Jordi, un chaval de 13 años enfermo de cáncer al que le tienen que amputar una pierna. En este artículo imprescindible en el blog de Albert Espinosa sobre la serie, el escritor comenta cuál es su escena favorita del piloto, y coincido con él totalmente, porque además, es una de mis escenas favoritas de la serie.

En ella, vemos a Jordi correr por el pasillo del hospital un rato antes de entrar a quirófano, para darle una rosa a Cris, la chica del grupo. Previamente, ha podido bailar con ella una canción lenta, para despedirse de su pierna. Todo en clave vitalista. Todo, explicado como sólo alguien que pasó por ello a la edad que los protagonistas lo están pasando, puede explicarlo. Emocionante es poco. Lo recuerdo y se me hace un nudo en la garganta.


Lleó, Jordi, Cris, Toni, Ignasi y Roc son los seis miembros del grupo de jóvenes que viven en esta serie muchas de las experiencias propias de su edad, con la particularidad de que suceden dentro de un hospital. Unos chavales que se ven obligados a madurar a una velocidad de vértigo, pero que al mismo tiempo no dejan de ser niños, unos niños de los que es imposible no enamorarse y que están deseando jugar, amar, pasarlo bien y vivir.

Para los que podáis y queráis disfrutarla en su versión original catalana y os la perdisteis cuando la emitió TV3, tenéis los 13 episodios de los que se compone la serie para descargar. Para los que no, TNT ha empezado a emitirla en castellano el pasado 5 de diciembre (doblada por los mismos actores, por cierto).

Reconozco que no es una serie fácil de recomendar, porque a algunos se os antojará demasiado dura, a otros, demasiado fantasiosa… ya que aquí todo tiene cabida, y la imaginación de Espinosa es más que desbordante: es imparable como un tsunami. Sólo os diré que se ha convertido en una de mis series revelación, que estoy deseando que se emita la segunda temporada y que soy, en una palabra: Fan.

Polseres Amunt!!




miércoles, 7 de diciembre de 2011

El Nombre del Viento (Patrick Rothfuss)

Cerdanyola del Vallès, Barcelona, Septiembre de 2009. Empiezo a leer El Nombre del Viento, libro que me regalaron en una de estas webs de “envíame tu producto gratis, que yo hablaré de él en mi blog”. Llegué al capítulo 14 y lo aparqué, no recuerdo por qué, con su punto de libro, marcando esa página, la primera del capítulo 14. Y esperando se quedó hasta noviembre de 2011.

Pero ya lo dicen: más vale tarde que nunca…

Los que habéis leído El Nombre del Viento, ya conocéis la brevedad de algunos de sus capítulos, así que me quedé muy al principio de la novela. Tan al principio, que no recordaba absolutamente nada de ella y este segundo asalto fue como una primera vez.

Con motivo de la publicación de la segunda parte, que lleva como título El Temor de un Hombre Sabio, y alentada por muchas cosas positivas que leí en Twitter, retomé la historia de Kvothe (que se pronuncia “cuouz”). Tras devorar Canción de Hielo y Fuego, Harry Potter y Las Crónicas del Mago Negro, puedo decir que he aprendido a amar la literatura fantástica. Así que era el momento perfecto.

El Nombre del Viento nos enseña la vida que se esconde detrás de la leyenda. Narrada en primera persona por su propio protagonista y ambientada en un mundo irreal pero coherente, es una historia sorprendentemente creíble, a pesar de tratarse de una novela fantástica.

Las aventuras de Kvothe, uno de los personajes más cautivadores con los que he tenido el placer de toparme en los últimos tiempos, muestran un equilibrio perfecto entre la crudeza de la vida de un joven sin recursos y un mundo mágico en el cual no faltan fuerzas oscuras, hechizos sorprendentes, ni criaturas salvajes y aterradoras.

Con su novela debut, Patrick Rothfuss consiguió atrapar a miles de lectores con una historia fascinante, una narración formidable, muy recomendable tanto para los aficionados al género fantástico como para aquellos que buscáis una novela bien escrita, sorprendente, emocionante y sobre todo: totalmente adictiva. Es una novela ideal para los que busquéis evadiros de la realidad durante un buen rato, tengáis la edad que tengáis.

Estoy esperando a que El Tió, Papá Noel o Los Reyes Magos me traigan la segunda parte: El Temor de un Hombre Sabio, para hincarle el diente (los ojos, mejor dicho) y no soltarlo hasta que no lo haya exprimido, hasta que no haya devorado su última letra. Si me gusta tanto como el primero, misión cumplida, y si me gusta todavía más, seré tremendamente feliz.

Hoy por hoy, la verdad es que no estoy siendo demasiado feliz en este sentido. Tras El Nombre del Viento continué en la senda de lo fantástico y me atreví con uno de los volúmenes de Las Crónicas de Narnia. Siguiendo el consejo de una buena amiga, comencé por El Sobrino del Mago, para iniciar la lectura por orden cronológico. Y no me gustó nada. La narración es tan plana, tan simple, tan “para niños”, que me incomodó incluso. No me gustan las lecturas tan fáciles. Suerte que, al tener tan sólo 120 páginas, el mal trago sólo me duró 2 días.

A continuación, cambié lo fantástico por lo histórico y me animé a leerme Azincourt, de Bernard Cornwell, quien me enamoró con su trilogía Las Crónicas del Señor de la Guerra. Desgraciadamente, Azincourt dista mucho de poderse comparar con ninguna de esas tres obras maravillosas. Pero, a pesar de que el inicio es muy lento y algo pesado, a estas alturas del partido (la página 114 de 457) la cosa se está animando y creo, y espero, que pronto mi opinión cambiará. Pero sobre Cornwell ya hablaré otro día… porque este post tiene como único objetivo recomendaros El Nombre del Viento.



*Escribí sobre El Nombre del Viento y El Temor de un Hombre Sabio en la sección de Cultura de Puntvalles.com, donde he empezado a colaborar recientemente (son artículos escritos en Català). He usado ese texto como punto de partida para redactar este post.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Anecdotario del Rock: El libro

A través de la editorial Bubok llegó a nuestras manos, hace unos meses, la versión en papel de la famosa web Anecdotario del Rock, por nuestra amiga Mª Encina Carballo. Para la ocasión cuenta con la ayuda de Pedro Luís Martínez, además de otros amigos que se han brindado a dedicarle unas palabras en este libro. No os diré quiénes son… y así no os desvelo más de lo necesario.

La que os escribe terminó anoche de leerlo, porque me lo he tomado con calma, porque me ha gustado saborearlo, como esa golosina que tanto gusta y que disfrutas muy muy despacito, para que dure lo máximo posible. Os recomiendo encarecidamente que os hagáis con una copia de Anecdotario del Rock: Las anécdotas y curiosidades más absurdas de la historia del rock, porque es una recopilación de historias que os encantará tener y leer. Un libro que os desvelará las curiosidades más estrambóticas de los músicos que más nos interesan. Mª Encina ha dado el salto al papel, pero no abandona su estilo sencillo y directo al que ya nos tiene acostumbrados.

El libro de esta famosa bloguera, muy activa en las redes sociales Twitter y Facebook, es el típico libro que os gustará tener a mano para futuras re-lecturas y consultas esporádicas. Porque siempre viene bien poder disponer de un “manual de consulta” de las locuras más bestias de nuestros artistas favoritos y poder compartirlas con nuestra gente.

Desde la fascinación que le produjo a James Hetfield de Metallica el probar el jamón de jabugo, hasta la generosidad sin límites de Elvis Presley, pasando por casas encantadas, historias muy calientes sobre groupies, o emotivos sucesos en el que una persona enferma encuentra mejoría gracias a una canción o artista determinados.

Desde los viejos artistas de los 50 hasta los jóvenes músicos de hoy en día, todos tienen cabida, todos tienen algo digno de ser contado: historias absurdas y cómicas, pero también sucesos extraños, a veces tristes, y en ocasiones, incluso violentos. Lo que encontraréis aquí es una fuente incesante de historias nada convencionales y muchas veces, fascinantes.

Contenido Extra: en este enlace nos podéis ver a Evika y a mí, libro en mano.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Metal Evolution: Early Metal. Primeras impresiones.


Ya están disponibles, en la red de redes, los dos primeros episodios de la serie de documentales de la cadena VH1, realizados por el antropólogo canadiense Sam Dunn y su productora Banger Films, Metal Evolution. Para los que se perdieron la introducción: aquí tenéis un post en el que os contamos la noticia, y aquí otro en el que podéis ver el tráiler de la serie.

Aunque por el momento no he encontrado subtítulos, os animo a todos aquellos que os sentáis un poco inseguros con la lengua de Shakespeare a darle igualmente un tiento, ya que el vocabulario que se maneja en este tipo de documental es un vocabulario que todo fan de la música Rock y Metal que se precie tiene muy oído. Así que su comprensión no es para nada difícil. Palabra.

Además, el placer que os aguarda bien vale el esfuerzo. Habéis leído bien: placer. Os quedaréis henchidos de orgullo cuando terminéis de ver estos dos primeros episodios; os encantará formar parte de esta corriente de pensamiento y manera de entender la vida (no quería usar la palabra “religión”) que es el Heavy Metal.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Megadeth: TH1RT3EN. Review y Vídeo Clip de “Public Enemy no.1″

Dave Mustaine no es supersticioso: TH1RT3EN no sólo es el decimotercer trabajo de la banda, sino que además, contiene trece canciones. De acuerdo que cinco de estas trece canciones son “rescates”, ya porque sean caras B de singles remasterizadas o bien porque ya las hemos oído en algún vídeo juego, pero si la gracia era que tuviese trece temas, tiene trece, ni uno más ni uno menos.

Pero no creáis ahora que MegaDave está falto de inspiración. Dicen las malas lenguas que lo que está es harto de su actual discográfica, de la que piensa que no les promociona como es debido, y por lo tanto, se ha dado prisa por sacar este disco, que para algunos es prematuro. Destacable también la coincidencia (o no) en fechas con lo nuevo de Metallica, ese experimento con Lou Reed llamado Lulu, que salió a la venta sólo un día antes que este TH1RT3EN.

Entrando en materia, es importante recordar que Dave Ellefson regresa con su bajo tras un paréntesis de 10 años fuera de la banda y de aquella pasada época, de la era de Youthanasia, son dos de los temas remasterizados y recuperados para la ocasión: Millenium of the Blind y New World Order, co-escritas por el guitarra Marty Friedman y el batería Nick Menza, y que gusten más o menos, tienen su valor como curiosidad.

El disco tiene un aire más melódico y también algunos solos de guitarra más que sus dos discos anteriores: Endgame y United Abominations. Wrecker y Guns, Drugs & Money son los cortes menos thrash del disco, aunque en ambas Shawn Drover se hace notar tras su batería y de qué manera.

Se dice de forma casi unánime que el mejor disco hasta la fecha de la banda es Rust in Peace, del cual se celebró el pasado año su vigésimo aniversario, como bien sabréis. Y algunos cortes de TH1RT3EN pueden traeros quizá recuerdos de este álbum, como por ejemplo Sudden Death, con riffs que os sabrán a Hangar 18.

Otro tema también muy guitarrero y que sirvió de presentación de este nuevo trabajo es Public Enemy no.1 (de la que hoy mismo han publicado el vídeo clip y que tenéis al final de esta entrada). La rapidez la encontramos en Fast Lane y High Speed Dirt, cuyos títulos nos lo dicen todo. Y otra de las canciones que más han llamado mi atención es Never Dead, con una intro pausada que da lugar a un corte demoledor.

En definitiva, no me ha parecido un mal disco, pero tampoco creo que vaya a ser uno de los históricos de Megadeth. Todavía es pronto para hablar de ventas, y ya veremos si se repiten los buenos resultados de su anterior trabajo: Endgame, de 2009, que entró directamente en el top 10 del Billboard estadounidense. Más éxito que el Lulu de sus compañeros en The Big 4, seguro que tendrá… pero las comparaciones son odiosas, así que lo dejaremos aquí.

Y antes de dejaros con la lista de temas de los que se compone TH1RT3EN, un aviso para navegantes: tras 4 años desde su última edición en 2008, vuelve el Gigantour, el festival con Megadeth como cabezas de cartel a los que acompañan otras bandas elegidas por Mustaine. Este año son Motorhead, Volbeat y Lacuna Coil, que estarán girando juntos por Estados Unidos entre los meses de enero y marzo del próximo año.

1. Sudden death
2. Public Enemy Nº 1
3. Whose Life Is It Anyways
4. We The People
5. Guns, Drugs, & Money
6. Never Dead
7. New World Order
8. Fast Lane
9. Black Swan
10. Wrecker
11. Millennium Of The Blind
12. Deadly Nightshade
13. 13




martes, 1 de noviembre de 2011

Metal Evolution, la nueva serie de documentales de VH1



(...) Los que hayáis visto aquel otro gran documental llamado Metal: A Headbanger’s Journey, recordaréis un árbol genealógico que aparece en un momento determinado de la película, en el que se nos intentaba explicar la evolución del Rock y del Metal desde aproximadamente los años 70 hasta nuestros días. Bien, pues a partir del próximo 11 de noviembre, tendremos la oportunidad de disfrutar de 11 capítulos dedicados a descifrar y analizar esos 26 subgéneros de la familia del Heavy Metal.

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viernes, 28 de octubre de 2011

Nueva temporada de series: ¡Fuera Dudas!



A veces, son las propias cadenas las que de un plumazo te solucionan las dudas sobre si continuar o no con una serie. Estas son las cuatro series que puse "en duda" cuando ataqué a sus pilotos y estas son las decisiones tomadas, por mi, o per altri:


Pan Am: Me he quedado con la serie de las azafatas espías. La época en la que está ambientada, y sobre todo, el hecho de que estemos continuamente cruzando el Atlántico, viendo las particularidades de esa época llena de cambios desde la perspectiva europea y norteamericana, hacen la serie mucho más atractiva de lo que en un principio parecía. El episodio Ich Bin Ein Berliner, en el que Colette, la auxiliar francesa, tiene que enfrentarse a los fantasmas de su pasado en Berlín, me pareció simplemente maravilloso y muy emocionante. Por no hablar también del papel de Maggie (Cristina Ricci) de fan loca por Kennedy, que me divertió lo indecible. Aunque en ese punto ya tenía bastante claro que Pan Am había pasado la criba, con este capítulo acabé de convencerme.

Ringer: No soy muy amiga del "yo es que esta serie la veo para reírme, porque ya sé que es mala". Si ves una serie será porque por lo menos, te entretiene, todo lo demás son tonterías. Y de tonterías quedé harta con los dos primeros episodios de Ringer. No es ningún descubrimiento que Sarah Michelle Gellar es limitadita en su trabajo, pero en este thriller en el que tiene que interpretar un doble papel, sus limitaciones quedan aún más a la vista. Los momentos de vergüenza ajena al ver algunas de sus expresiones me superaron cuando decidí dar el paso y ver el tercer episodio, en el que además, me maravilló el cómo Bridget deduce quién es el "malo" de la serie con tan sólo mirar una foto. Ni una fracción de segundo necesita esta detective innata y de cualidades casi paranormales. Pero es que bromas aparte, creo que Ringer no se puede aguantar de mala que es. Y no necesito más razones ni tengo más tiempo que perder.

The Playboy Club: Olía a cancelación desde el minuto dos, pero cosas más raras se han visto. Tras los dos primeros episodios estaba prácticamente convencida de que mi relación con la serie se había terminado. Y justo cuando me planteaba si ver el siguiente o no, saltó la noticia de la cancelación. Me gusta que los planes salgan bien.

A Gifted Man: Tomar esta decisión fue lo más sencillo. Si el primer episodio no me pareció nada original y me aburrió un poco, el segundo fue directamente insoportable. Me preguntaba cuando la estrenaron cómo se las ingeniarían para no caer en la monotonía. Y francamente, me da igual que lo hayan conseguido o no. No sólo me pareció triste y soporífera sino que el actor protagonista me da "repeluco", para entendernos. Abandonarla fue súper fácil.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Gran Lord - Las Crónicas del Mago Negro III (Trudi Canavan)


El Gran Lord es, sin duda, el mejor volumen de la trilogía Crónicas del Mago Negro. Encontramos en él un ritmo mucho más ágil, muchos cambios de escenario, unas relaciones mucho más complejas, y sobre todo, una trama construida a lo largo de los dos libros anteriores, en la que todos los personajes han aportado su granito de arena con historias que en ocasiones parecían independientes, y que ahora confluyen en un desenlace común.

En algunos tramos de la narración la acción se vuelve frenética, haciendo que su lectura nos atrape y nos enganche. Tal ha sido la addición a la novela que, en ocasiones, he tenido que frenarme para no leer más rápido de la cuenta, con esa sensación tan rara y poco placentera que es querer saber más, pero al mismo tiempo, no querer que la historia se acabe.

Al terminar, las sensaciones son bastante contradictorias. Los que hayáis leído este tercer volumen sabréis a qué me refiero: es imposible quedar del todo contentos, ya sea por cómo acaban algunas cosas o porque algunas cosas, simplemente, no se resuelven. Al parecer, la trilogía ha terminado, pero no así la saga. Así que el final, en parte abierto, tiene sentido.

Los que no hayáis leído El Gran Lord, dejad este post aquí. Os invito a volver cuando hayáis terminado las tres novelas, porque a partir de ahora, encontraréis SPOILERS.

Poco queda ya de aquella niña de las barriadas que entró casi por accidente en el Gremio de Magos para aprender a canalizar y a desarrollar su poder. En El Gran Lord, a Sonea la vida le da un giro cuando pasa a ser la favorita del Gran Lord, Akkarin. El líder del Gremio se ocupa de la educación de Sonea y además, hace que se traslade a vivir con él. Sabiendo que la joven ha descubierto su secreto, la mantiene como rehén, aunque pronto vemos que Akkarin tiene un plan y que nada es como en un principio parece ser.

Uno de los mejores momentos de la novela es precisamente cuando el Gran Lord revela todos sus secretos a la aprendiz, cuando le explica la verdadera razón que le impulsó a ejercer la Magia Negra. Sonea se ve obligada entonces a mantener nuevos secretos y no sólo a mantenerlos, sino a tomar la decisión de colaborar con quien en su día fuese su temido y odiado captor. Kyralia se enfrenta a una invasión, a una guerra en la que ellos están en clara desventaja. Así que Sonea aprenderá Magia Negra para proteger su tierra y a sus seres queridos. Pero el Gremio descubrirá a maestro y pupila y los enviará al destierro.

En las barriadas sigue Cery, el gran ausente de La Aprendiz, el viejo amigo de Sonea, quien ha cosechado una buena reputación entre los ladrones, gracias a su colaboración con Akkarin en su misión secreta, tal y como iremos descubriendo. Además de colaborar con el Gran Lord, recibirá por sorpresa la visita de una sachakana misteriosa dispuesta a ayudar a la causa, pero siempre oculta en las sombras, con la que mantiene una relación sexual muy descafeinada y prescindible para mi gusto.

Otro punto álgido de la narración es la reunión entre dos mundos tan distintos: el de los Magos y el de los ladrones de las barriadas, aliados frente a un enemigo común. Sonea, que vive ajena a los acuerdos entre Cery y Akkarin, se llevará una gran sorpresa al regreso de su viaje en el exilio con Akkarin, en el cual ha descubierto que del miedo y del odio ha pasado a amar a su acompañante, quien alberga los mismos sentimientos hacia ella.

No os llevéis a engaño: la sensiblería barata está aquí fuera de lugar. El azúcar que Canavan le echa a la relación romántica entre el Gran Lord y su Aprendiz es escasa. Lo que sienten y lo que hacen al respecto se nos narra con un lenguaje directo aunque en ningún momento soez, libre de cursilerías inútiles, haciendo que en algún punto la temperatura alcance cotas elevadas.

Lo que más me ha gustado en el curso de esta relación romántica es que el lector se va dando cuenta del enamoramiento al mismo tiempo que los personajes, sin grandes aspavientos, de manera totalmente natural. Ah, y las lectoras, seguramente no sólo se den cuenta del enamoramiento de Sonea, sino que ellas mismas también se vayan enamorando de Akkarin al ritmo que lo hace la protagonista. Ahí lo dejo.

Pero volviendo a la acción, y a pesar de este interludio amoroso que se nos regala en este tercer volumen, aquí lo importante es que Kyralia está a punto de ser invadida y que los únicos dos magos que pueden detener al violento y cruel invasor son Akkarin y Sonea. Así que por mucho que sería agradable entregarse al placer, nuestros protagonistas tienen cosas mucho más importantes de las que ocuparse.

Dorrien, el hijo de Rothen, vuelve a escena, así como también lo hace Fergun, aquel villano del primer libro que tan lejos ha quedado; el administrador Lorlen, su ayudante Osen, e incluso Dannyl y su compañero Tayend, tendrán también un importante papel en la defensa del Reino.

La gran batalla que significa el final del libro y de la trilogía nos deja un sabor agridulce pero no por ello inesperado. Los más optimistas quizá querían un “fueron felices para siempre”, pero en realidad, yo nunca esperé que Akkarin y Sonea acabasen juntos (aunque me hubiese encantado). Quizá sí que hubiese deseado un final menos violento y en el que Cery tuviese algo que ver, pero la conclusión sigue remitiéndonos al inicio de la saga: Sonea nunca ha tenido una vida fácil.

martes, 18 de octubre de 2011

Mamá, quiero ser artista: Rockeros y Series de Televisión


Hace unos días os comentamos la noticia de la participación de Scott Ian, guitarrista de Anthrax, como uno de los zombies de la serie The Walking Dead. No es la primera vez que sucede, como muchos sabréis. Este no es el primer músico que hace un cameo o interpreta un papel en una serie de televisión, y esperamos que no sea el último. Otros vivieron antes esa experiencia y otros muchos estarían encantados de tener la oportunidad.

De entre los que ya han aparecido en series de televisión, tenemos a los profesionales y a los que se han limitado a meros cameos. Si nos centramos en los primeros, no podemos obviar a dos pesos pesados en estos menesteres: a Henry Rollins y a Steve Van Zandt.

Rollins ha aparecido en más de una película además, pero si nos centramos en las series, lo recordaréis sobre todo por su participación en la segunda temporada de Sons of Anarchy, donde interpretó un papel de villano sensacional.

En cuanto a Steve Van Zandt, guitarrista de la E Street Band de Bruce Springsteen, para muchos es y será siempre Silvio Dante, el consejero del mafioso Tony Soprano en la serie Los Soprano. Además, Van Zandt no se conformó con su trabajo como actor, sino que echó una mano al creador de la serie (David Chase) en la elección de temas para la banda sonora.

Quizá estos dos nombres son los más significativos y los primeros que se nos vienen a la cabeza, no sólo por la calidad de sus interpretaciones, sino por la cantidad de minutos en pantalla. Apariciones más breves han sido las de Zakk Wylde como vendedor de guitarras en Californication o la de Josh Todd de Buckcherry en un capítulo de Bones, por poner dos ejemplos recientes.

Hay muchos más, pero no voy a extenderme en este aspecto ahora, porque lo que a mi realmente me llama la atención es el uso que hacen nuestros rockeros favoritos de las redes sociales (sobre todo de Twitter) a la hora de “tirarle los tejos” a los creadores y a los actores de las series, ya sea para felicitarles por su trabajo, algo totalmente normal y correcto, o ya sea para sugerirles la idea de aparecer en alguno de sus episodios.

Este es el caso de Nikki Sixx, líder y bajista de Mötley Crüe, a quien parece ser que le encantaría tener algo que ver con determinada serie de televisión y así lo manifestó en su cuenta de Twitter, sin tapujos:


“Sons of Anarchy. Tengo que estar en este show. O escribir el tema de cabecera. Es el mejor show de la televisión”.

Más claro, el agua. Y a continuación, os podéis imaginar la cantidad de tweets enviados por los fans de Sixx que también lo son de la serie, sugiriéndole tanto a él como a Kurt Sutter (el creador) posibles papeles que podría interpretar el músico. Veremos si lo consigue y pronto tenemos un cameo estelar, o quién sabe… un pequeño aunque sonado papel como el que está teniendo David Hasselhoff esta temporada.

Cambiando un poco de tercio, aunque sin marcharnos de Sons of Anarchy, un fan entusiasmado se ocupó de informar a Sutter de que M. Shadows, vocalista de Avenged Sevenfold, lució orgulloso una camiseta de SAMCRO. En concreto, fue en el show que la banda ofreció en Saint Louis el pasado 26 de septiembre, dentro del Uproar Tour. Kurt Sutter se encargó de propagar con su retweet la ilusión de este fan:


Ya lo veis, algunos llevan el merchandising y otros publican comentarios que contienen una palabra que cualquier fan de la serie británica Doctor Who detectaría a la legua: Timelords. Es, de nuevo, Scott Ian, de quien podemos decir que ha de ser un seriéfilo profesional, y no sólo por su participación en The Walking Dead, sino por comentarios como este:


“Esta semana ha pasado rápida. De ninguna manera esto han sido 7 días. Creo que los Timelords están jodiéndome de nuevo”.

O maravillándose porque coincide en aeropuertos o en otros lugares, con actores a los que reconoce de sus programas favoritos y sobre los que nos deja perlas de este calibre:


“Acabo de ver a Richard Alpert en el Aeropuerto de Los Ángeles. Sí, ese Richard Alpert. Y sigue sin envejecer. #LOST”.


“Qué bueno. El tío que hace de Bill Compton en True Blood acaba de entrar mientras comíamos”.

Pero no es el único al que le pasan estas cosas…

Quiero cerrar este post, del que confío que podré ofreceros continuidad, ya que Twitter da para mucho, con un tweet de Corey Taylor (Slipknot, Stone Sour) ante el que no pude reprimir una carcajada y además de cómico, me pareció entrañable. Como buen fan que se precie, Taylor no puede evitar “deshacerse” de emoción al coincidir en un aeropuerto con Jared Padalecki, más conocido como Sam Winchester, de la serie Supernatural:


“Acabo de ver a Sam Winchester en el aeropuerto de Denver!! Aquí el Fanboy casi se caga encima!!”.

¡Ah… los fans!. Fans que tienen sus propios fans. Así son algunos de nuestros músicos favoritos.

Por cierto, no es la primera vez que hablo o escribo sobre este asunto. Puedes escuchar mi Slayer Aparte: Series y Música de The TV Slayers en este enlace.

domingo, 16 de octubre de 2011

La Aprendiz - Las Crónicas del Mago Negro II (Trudi Canavan)


Conoceréis el refrán “segundas partes nunca fueron buenas”. Pues en las Crónicas del Mago Negro eso no ocurre. Aquí se da el caso contrario, y la segunda parte de la historia, que lleva por título La Aprendiz, es incluso mejor que el primer volumen y, si hablamos de la tercera parte, mejor aún. Pero a eso ya llegaremos.

Si no habéis leído la primera novela de esta trilogía, os recomiendo que no sigáis con el post, aunque podéis leer este.

Si en El Gremio de los Magos la acción transcurría principalmente en las barriadas de Imardin, en esta segunda parte, la acción se centra, por un lado, en la vida en el Gremio y por el otro, en los viajes de Dannyl a otros países, cumpliendo con sus obligaciones de embajador en Elyne.

Sonea ha entrado como aprendiz en la Universidad de Magos y ha de enfrentarse al rechazo de sus compañeros, todos ellos hijos de las Casas, de las familias de clase alta de Kyralia. Es la primera alumna procedente de las barriadas que estudia en la Universidad, y desde el primer momento se ve condenada al ostracismo y a veces, a situaciones de acoso y derribo por parte de un grupo de estudiantes, capitaneados por el odioso Regin.

En La Aprendiz conoceremos a muchos de los profesores de las diferentes disciplinas: alquimia, sanación y habilidades de guerrero y sabremos más del funcionamiento administrativo del Gremio, así como de las intrigas y cotilleos que en él abundan.

Mientras sus compañeros se dedican a maltratarla, Sonea se prepara para convertirse en una de las magas más poderosas que ha visto el Gremio. Su fuerza innata contribuye a que sus habilidades en seguida destaquen por encima de las del resto de estudiantes. Pero se muestra reacia a usar la violencia contra los demás, aún viéndose atacada. Algo que tendrá que aprender a superar.

Como vimos en el primer volumen, Sonea pasa a ser la protegida de Rothen después de que se ganase este derecho frente a Fergun, el villano de la primera novela. Tutelada por él, vivirá momentos de paz a pesar del acoso de sus compañeros, ya que en él siempre encontrará refugio y protección. Pero la protagonista nunca ha tenido las cosas fáciles, y los tiempos de tranquilidad y felicidad duran poco. Como era de esperar, el fin de la paz de Sonea llegará por culpa de lo que vio y nunca debió ver: el secreto de Akkarin, el Gran Lord, un personaje que se convertirá en el centro de la vida de la aprendiz.

La historia en paralelo de Dannyl en Elyne tiene una relación directa con el descubrimiento de este secreto, aún sin que él mismo lo sepa. Lorlen y Rothen utilizarán a Dannyl para que investigue sobre los estudios que Akkarin llevó a cabo años atrás fuera de Kyralia. Pero Dannyl encontrará en Elyne mucho más que libros antiguos e inscripciones misteriosas: tendrá que hacer frente a su propia sexualidad y urdir un plan para que la estricta moral kyraliana no destruya su carrera ni su reputación.

Si en el primer volumen la parte romántica de la historia era descafeinada y anecdótica, en esta parte no cobra mucho más protagonismo, aunque tanto Dannyl como Sonea se verán envueltos en alguna trama sentimental. En concreto a Sonea se le dará descanso de sus problemas, gracias a un breve escarceo con un personaje cuya presencia en la historia será también muy breve.

Para concluir, es una segunda parte muy recomendable. Una historia fantástica llena de misterios, en la que los secretos y sus descubrimientos desencadenan una serie de acontecimientos que construyen la antesala del trepidante tercer libro, en el que todo lo aprendido por Sonea será puesto en práctica.

viernes, 14 de octubre de 2011

Pilotos de Serie: On with the Show! (2a Parte)

Sigo con la valoración de los pilotos de esta nueva temporada... aunque a mi ritmo... llego a la midseason y yo sigo hablando de pilotos. ¡Es lo que hay! Al ataque:

DESCARTADAS:


Prime Suspect: Otra adaptación de una policiaca británica. Estamos en crisis. Elenco interesante: Maria Bello, Aidan Quinn, Kirk Acevedo y Kenny Johnson, entre otros. Pero por desgracia, ahí se queda todo el interés, en el reparto.

No me apetece nada otra policiaca en la que el (en este caso "la") protagonista no cae bien al resto de sus compañeros, es ruda, es maleducada, y un poco (bastante) marimacho. No me apetece otra serie sobre el departamento de homicidios de la Policía de Nueva York, que ya me lo conozco. Si por esto fuese poco, y aun poniéndole buena voluntad, un sonido horripilante me echó totalmente para atrás y no aguanté ni medio episodio. Gracias, pero no.

Unforgettable: Ex-detective de policía de Nueva York (otra más) obsesionada por el asesinato sin resolver de su hermana, que tiene un "don". Nada que ver con súper héroes ni con médiums, esta vez. Lo que le ocurre a Carrie es que lo recuerda todo, tiene hipermnesia: aumento o hiperactividad de la memoria, frecuente en pacientes maníacos o delirantes, según la Wikipedia.

Comparte protagonismo con ella el actor Dylan Walsh, a quien recordamos por haber sido Sean McNamara de McNamara&Troy (Nip Tuck). Fue su antiguo compañero y también su antigua pareja, y lo dejaron porque él cerró el caso de la hermana de Carrie, aun cuando no habían descubierto quién es el asesino. Ahora se vuelven a encontrar por culpa de un caso ocurrido en el edificio donde vive Carrie y... ZZZzzzZZZzzzZZZzz. Pues eso. Sin ánimo de hacer el chistecito fácil, os contaré que es tan "olvidable" que hasta hace un momento creía que se titulaba "Unforgotten". True story.

Hart of Dixie: La odiosa Rachel Blisson protagoniza esta serie típica y tópica llena de situaciones inverosímiles. Ella es Zoe Hart, una joven que está preparándose para cirujana cardiotorácica, porque quiere seguir los pasos de su padre. En su ceremonia de graduación, da un discurso chupiguay que cautiva a un doctor muy muy mayor, pero muy entrañable, que tiene una clínica en un pueblecillo de Alabama. Ooooooh...

Cada año, este caballero, el Dr. Wilkes, le manda una postal pidiéndole que vaya a echarle una mano con su clínica, pero Zoe tiene grandes planes en... adivinadlo: ¡¡Nueva York!! Bien, pues resulta que a Zoe le deja el novio, la echan del curro porque no sabe tratar a los pacientes, y entonces tiene que aceptar la oferta del doctor viejete, pero... cuando llega allí... ¡¡ha muerto!! Pero que no cunda el pánico: Zoe no sólo no se quedará sin trabajo, sino que ¡¡ha heredado la clínica!! Por si esto fuese poco, va ella por una carretera inhóspita arrastrando maleta con los taconazos y, ¿quién la recoge? ¡El mismísimo Scott Porter! Vamos, vamos. Ni terminé el episodio. Menuda porquería...

How To Be a Gentleman: Kevin Dillon de Entourage prácticamente repite papel en esta nueva pero vieja comedia. ¡Ojalá se hubiese quedado doblando a Johnny Bananas! En esta serie, un columnista de una publicación para hombres ve peligrar su puesto al no escribir sobre temas que importan "al hombre de verdad". Y el personaje interpretado por Dillon es, al parecer, "un hombre de verdad": un hombre de las cavernas. Y que conste que no lo digo yo, sino que es lo que nos pinta la serie.

La serie tiene unos aires de comedia antigua que, nada más comenzar, con las primeras risas enlatadas, te da la sensación de que te has equivocado de botón del mando y te has puesto una vieja comedia de los 80 o de los 90 que estén dando en algún canal de nostalgia. Pero no, la serie es así. Si a esto le sumamos que no soporto a Kevin Dillon y que ya tuve bastante con sufrirle en 8 temporadas de Entourage, la decisión está tomada. Yo la mando a la basura y la cadena que le dio luz verde, también. Ha sido cancelada.

American Horror Story: Una familia de Boston se traslada a Los Angeles después de que la esposa y madre (Connie Britton) sufriese un aborto provocado por la impresión sufrida al pillar al marido en la cama con otra. Compran una mansión muy bonita de los años 20 que está maldita por lo menos: asesinatos horribles, ruidos sospechosos, espíritus y unas vecinas que ponen los pelos de punta.

Y yo no sé ni por qué me pongo a ver una cosa así, cuando a mi me dio miedo hasta el piloto de Supernatural. American Horror Story es una serie que da un miedo que lo flipas, y cuyas escenas se te meten en la cabeza irremediablemente porque es inquietante y pasan muchas cosas raras. A mí me ha provocado insomnio durante dos noches seguidas. Vamos, que tiene que ser buena por narices, porque si el objetivo es dar miedo... yo estoy acojonada. Fuera ¡ya! Por favor.




DUDAS:


Pan Am: ¿Una serie de azafatas? Original, pero no sé si me interesa. Eso es lo que pensé yo cuando empecé a ver Pan Am. Son los años 60 y las señoritas que trabajan en Pan Am son el glamour, la elegancia y la belleza personificados. Pero esto no es todo.

Si esto fuese todo, y es la impresión que da en la primera parte del episodio, una servidora es posible que hubiese mandado directamente esta serie a "Descartadas", por poco interesante. Pero a medida que avanza el episodio, te das cuenta de que Pan Am no va de azafatas que quieren ligar con pilotos y a la inversa, sino que esconde algo más: Espionaje en plena Guerra Fría. Y esto sí que la hace lo suficientemente interesante, aunque tras ver el segundo capítulo, que se me ha hecho un poquito más pesado que el primero, sigo albergando dudas. Quizá con el tercero me acabe de decidir... aunque nunca encuentro el momento de ponerme con él. Ya se verá.



APROBADAS:


The Fades: Serie británica. Me la vendieron como una mezcla entre Supernatural y Misfits, y yo no creo que sea tan fácil... pero esta analogía ayuda bastante. En realidad, en The Fades lo que encontramos es a un chaval de 17 años, no muy popular en su instituto, que puede ver espíritus. Y los espíritus vengativos, llamados Fades, como era de esperar, van a dar problemas.

Tampoco entiendo cómo me atreví con otra "de miedo". Soy una valiente, aunque lo confieso: me acojoné un poquito con el piloto, pero no de mal rollo, como me pasó con American Horror Story. Creo que está muy bien hecha, que el monstruo que tiene que dar miedo, da miedo de verdad, y que el suspense ese de "está ahí, está ahí..." está tan bien conseguido que agradecí tener un cojín a mano para taparme con él. Pero ahí queda todo, no es inquietante hasta los extremos que llega la otra, ni hace que se os metan cosas raras en la cabeza. Aún no he tenido tiempo de ver el segundo, pero a juzgar con el piloto, aseguraría que me la quedo. Por lo menos, es mi intención.

Terra Nova: No quise leer casi nada de esta serie, ni hace unos meses, ni hace unos días. Pero ahora no os voy a hablar de las "corrientes de pensamiento" en Twitter porque no toca, que decía aquél... Así pues, me senté a ver Terra Nova sin expectación de ningún tipo, y tras haber leído en diagonal la premisa de la serie.

Leo: Un futuro catastrófico, un viaje en el tiempo y dinosaurios. ¡Genial! Y mi ánimo no se vio castigado al ver el piloto doble, sino recompensado: buen ritmo, que hizo que un episodio doble se me pasase en un suspiro, algo que siempre valoro mucho; no les he visto pegas a los actores y actrices que aparecen, así como tampoco se las encuentro a los escenarios ni a los efectos.

Yo no soy experta en imagen, pero afortunadamente vivo con una persona que sí que se gana la vida con el CGI y las animaciones en 3D, por si tengo dudas. Y reafirma mis impresiones. Le he dicho que se pase por Twitter, ya que el otro día alguien preguntaba al respecto, y me dijo que no le apetecía... Y yo que le entiendo.

El único "pero" que le pongo a este capítulo doble de Terra Nova, es que yo me hubiese quedado un ratito más en ese futuro, en ese año 2149, con su control de la población, su aire hiper contaminado y demás. Pero tampoco pierdo la esperanza en que nos lo vuelvan a enseñar, en flashbacks o como sea. Con el resto, más que contenta. Y muy contenta de que sólo tenga 13 episodios. Ojalá todas las series tuviesen temporadas de tan sólo 13 episodios... ¡que el tiempo es oro!

Suburgatory: Tessa es una joven que vive con su padre en Manhattan. Un día, él encuentra una caja de preservativos (sin abrir) en uno de los cajones de su hija y decide llevársela de la ciudad a "los suburbios", algo así como el sitio donde viven nuestras queridas Desesperadas. Allí, tendrá que enfrentarse a una manera totalmente diferente de ver la vida, donde la apariencia prima por encima del intelecto y donde esta apariencia es artificiosamente ultra choni. Un choque de "culturas", pero no al nivel que encontré en 2 Broke Girls, sino mucho más punki y divertido.

No pensaba ni verla. Pero Antara Adachi me la recomendó, con su "sello de garantía". Me alegro de haberle hecho caso porque, si bien el primer episodio me pareció bueno sin más, el segundo me ha parecido sensacional, me he reído mucho, sobre todo con el vecino guaperas con el que se enrolla Tessa, que está tan bien por fuera pero tan vacío por dentro. ¿Quién no lo ha vivido?

En general, encontramos situaciones muy muy divertidas y muchas caras conocidas, que siempre hace gracia. Tenemos por ejemplo a Lloyd de Entourage como uno de los profesores del instituto; al Dr. Spaceman de 30Rock en el papel del vecino, padre de la criatura guapa pero hueca anteriormente mencionada, y también padre de otra cara conocida: la hija de Celia en Weeds, con un papel bastante parecido al que hizo entonces. ¡Ay, y Alan Tudyk, que se me olvidaba! Además, los episodios son de 20 y pocos minutos. Sin duda, me la quedo.

Homeland: Carrie es una agente de la CIA un tanto problemática que está convencida que el marine recién rescatado tras estar 8 años prisionero de Al Qaeda, tiene algo que esconder. Sus sospechas son que el Marine (a quien da vida Damian Lewis, pelirrojo de Life) se ha cambiado de bando. Tendrá que averiguar si tiene o no razón y luego, demostrarlo.

Estaba un poco reticente ante esta serie de Showtime debido al bombo que se le dio en Twitter. Tantos halagos, tanta emoción, a mi siempre me huelen mal, luego no tardo ni un minuto en llevarme el chasco. Pero Homeland ha sido la excepción que confirma la regla: estoy deseando ver el tercer episodio y comprobar si Carrie tiene razón o no, y cómo va a transcurrir esa investigación fundamentada en cámaras y micros ocultos, interrogatorios, y toda la parafernalia que rodea a la CIA y el terror post-11S.