Querido Charlie,
Cuando un libro se pone de moda, ya
sabes a lo que me refiero, suelo cogerle un poco de manía y me niego a leerlo,
al menos hasta que pase la locura. Con el libro que contiene tus cartas a ese
amigo misterioso y desconocido, hice una excepción, y no sabes cuánto me
alegro. Si tuviese que elegir un solo adjetivo para tu historia, sería “preciosa”.
Te hará gracia saber que un día,
mientras leía tus cartas, le pregunté a la amiga que me lo recomendó: “¿Me
puedes decir por qué está todo el mundo, incluida yo, leyendo Las ventajas de
ser un marginado?”. “Porque acaban de sacar la peli”, me contestó. Sí, han
hecho una película a partir de tu historia. A lo mejor estás un poco
sorprendido porque pensarás que solo eres un adolescente norteamericano que
acaba de comenzar en el instituto, pero te aseguro que eres una persona excepcional
y, tal y como te dijo tu profesor de literatura, extremadamente inteligente.
Qué afortunado eres de tener a Bill… ojalá
mis profesores de literatura nos hubiesen recomendado libros interesantes y no
se hubiesen limitado a esos que eran obligatorios, aburridos, y a menudo, nada
adecuados para lectores jóvenes. Tu gusto y tu vocación por la escritura me
enternecen. Hay fragmentos de tus cartas que son cautivadores, como por ejemplo
en el que dices que los hijos deberíamos regalar a nuestras madres algo en el
día de nuestro cumpleaños, porque ellas también estuvieron allí.
La naturalidad con la que haces frente
a lo que ocurre a tu alrededor, lo comprensivo que eres con las peculiaridades
de tus nuevos amigos, y el amor que profesas a tu familia, te hacen una persona
encantadora. Eres un chico dulce, sensible, con un gran sentido del humor y sin
embargo, una persona muy fuerte, un superviviente.
Lo que narras es tan interesante, tan
divertido y en ocasiones tan intenso, que me hubiese gustado que me enviases
esas letras a mí. He de confesarte, no obstante, que esta comunicación
unidireccional, como la que mantienes con tu amigo desconocido, sin derecho a
réplica, sin poder preguntarte nada, ni aconsejarte, ni animarte, ni
felicitarte por tus logros, hubiese sido demasiado frustrante para mí.
Lo más difícil de digerir de tus
cartas llegó casi por sorpresa, aunque cuando llegó, pensé que podría haberlo
deducido antes. Ya sabes de lo que te hablo, no quiero echar más leña al fuego.
Vamos a dejarlo en que, en ese momento, estoy segura de que a todos los que
hemos podido leerlo, nos hubiese gustado estar ahí para arroparte. Has de saber
que es uno de los momentos álgidos de la película, pero no solamente por su
carga dramática, sino porque el montaje de esas secuencias es absolutamente
maravilloso.
Sí, estoy segura de que te encantaría
la película, es una adaptación más que correcta que cuenta con unos actores y
actrices que bordan sus papeles. A mí me encantó, y eso que soy “muy puñetera” cuando
se trata de la adaptación de un libro, siempre me estoy quejando, y con The
Perks of being a wallflower no me quejé absolutamente de nada. Volveré a verla
algún día, pero sobre todo, volveré a leer tus cartas… No sé cuánto tardaré,
pero tengo la absoluta certeza de que voy a hacerlo.
Con mucho cariño,
Vanessa
Nota de la autora: Ya sé que Charlie
es un personaje ficticio, no me he vuelto más loca todavía.
Nota: 5/5