lunes, 25 de julio de 2011

Series de usar y tirar, abandonos y misericordia

Qué pena me da que se me hayan perdido tantas imágenes de los anteriores posts...

Mentira. No me da pena. Me da bastante igual. Debe de ser el espíritu vacacional que me tiene ya poseída. El Demonio del Qué Más Da ha venido para quedarse y creedme si os digo que sienta muy bien... Así que, sin olvidarme de dar las gracias a Ramón Rey por su consejo de recuperación de fotos que tengo pendiente intentar, me meto de lleno en otra nueva entrada que lleva colgada también el ambientador de pino marca Qué Más Da...

Hablaré de los abandonos en verano. Abandonos de series que empiezas a ver porque el piloto te gusta, o porque la premisa te llama, o porque viste la primera temporada, o simplemente, por costumbre... ¡Qué triste! Por costumbre. ¿Os dais cuenta? Pero que luego... adiós muy buenas.

He de decir que a mi el chip me lo cambió Bones. Una de mis series de cabecera. Una de esas series que disfruté primero en unos maratones colosales y posteriormente, semana a semana. ¡La serie del Santo Patrón David Boreanaz, por dios bendito! Bah, da igual... ni David Boreanaz me pudo retener. Y una vez que dejas una "serie de cabecera" de lado, sin pena ni remordimientos, todo es posible.


Este verano la cosa no pintaba muy allá: pocos estrenos me llamaron la atención (a excepción del retorno de Luther, de la buena pinta que tiene The Hour y de la vapuleada Falling Skies que yo sigo viendo). Me atreví con Suits y realmente, el piloto me gustó mucho. Me gustaron esos personajes vacilillas y listillos. Pensé que los casos serían interesantes, y no es que no lo sean... Pero... ¿qué falló? Pues mirad, una tontería muy tonta: ¿Sabéis esa costumbre que tiene todo el mundo en esa serie de no querer darle la mano al chavalín protagonista? ¡Me saca de quicio!

Qué razón más visceral... lo sé. El personaje del jefecillo de los dientes grandes tampoco me ayuda a quedarme en Suits. ¡Qué tipo más desagradable! En fin, que fobias y filias aparte, cuando llegué al episodio tres ya estaba sumida en un sopor del que no había manera de salir. Leyendo los comentarios en Twitter de Lorena y Pilar (de las que me fío por completo) pensé que me había precipitado y que me estaba perdiendo algo guay. Pues nada, no funcionó: vi el cuarto y no pude ni terminarlo. Fracaso estrepitoso.


Aunque la que se lleva la palma es Hot in Cleveland. Me acuerdo del pronto que me dio y me río sola. Vi la primera temporada siguiendo la recomendación de Lorena. ¿Queréis saber cómo me la vendió? Allá va:

"Va de un grupo de mujeres mayores que se van de viaje a Cleveland y se quedan a vivir allí, ¡porque los hombres las miran!". También me habló de los baremos para valorar a los hombres que la mayor del grupo tiene: "Conduce". Claro, a ciertas edades... No sé, me la vendió tan bien y me entretuvo tanto en su primera temporada, que no dudé en descargar la segunda tan pronto como estuvo disponible.

Pero un turbio día de verano, seguramente estaría nublado... ¡zas! La borré. Me cargué la temporada entera de un solo click. Una temporada que había estado descargando y atesorando, con sus subtítulos y todo, semana tras semana. ¡Patapam! ¡Fuera! Me dio el punto. Cuando no apetece, no apetece y "no means no", chicos.

Luego está el caso de Men of a Certain Age. Esta serie ya la hubiese dejado en la primera temporada, pero, de igual manera que hay series de usar y tirar como Suits, o abandonos impetuosos e irracionales como el de Hot in Cleveland, también hay actos de misericordia inexplicables. ¿Qué le veo a esa serie? Pues no tengo ni la más remota idea...

Identificarme con alguno de los personajes principales me resulta difícil, como podéis comprender. Con los secundarios, pues tampoco. No hay ni un personaje lo suficientemente excéntrico o estrambótico para fascinarme. Las historias no son ni emocionantes, ni te hacen reír, ni te hacen sufrir. Es tan realista que es costumbrista. Pero no un costumbrismo exótico, juvenil, adorable y emocionante como el de Friday Night Lights, sino un costumbrismo triste y sobrio en exceso.

Pero hay algo, y no sé el qué, que me empuja a seguir viéndola. Lo más emocionante que ha pasado en esta segunda temporada ha sido que los tres protagonistas han ido a hacerse una colonoscopia. Como os lo cuento. Le dije a Pilar la otra tarde: creo que la dejo. Y me respondió con las palabras mágicas: "La han cancelado".

Bueno, pues para cinco o seis episodios que me faltan, seguiré. Me da pena. ¡Me da pena! ¡Qué cosa más absurda! Me pregunto si los propios actores de la serie la verán... Sí, a veces me da por pensar en esas cosas...

jueves, 21 de julio de 2011

La Catástrofe Blogger

Bueno, pues no sé qué le ha pasado al blog... pero se han ido todas las fotos. Incluso la de la cabecera. Afortunadamente, esta ha sido fácil de localizar y de sustituir. No puedo decir lo mismo de las que acompañan las entradas. Así que se quedarán así... tristes, vacías, con el hueco de lo que fue y ya no será...

No somos nadie.

martes, 12 de julio de 2011

Descubriendo a... Rival Sons


Si hay algo que me encanta es descubrir grupos nuevos de los que me apetezca investigar la bio, ver vídeos, consultar el calendario de su gira para ver si podré verlos en directo en un futuro cercano, etc. Ayer por la tarde descubrí a Rival Sons, y a eso me puse: a escuchar, a ver, a leer... y a escribir. En Apartamento666 he hecho un "Descubriendo a..." sobre ellos, y os recomiendo que le peguéis una leída y que echéis un vistazo y una escuchada a este vídeo:




¡¡Ahora me acabo de acordar de Silvertide, que eran de un rollito similar!!

[Aquí está el enlace al post]

Me encontraba ayer por la tarde perdiendo el tiempo en Facebook, cuando vi que uno de mis contactos compartía un vídeo de Youtube con una actuación en directo de esta banda: Rival Sons. En seguida, el nombre me resultó familiar, y es que Mamen ya nos habló de ellos en su post sobre el Azkena Rock Festival de este año. Acto seguido, vi en Youtube el vídeo clip del tema Pressure and Time y me convencí totalmente de que Rival Sons es un grupo al que hay que prestar atención y seguir de cerca.

Es una banda de Rock and Roll setentero, clásico, con evidentes aires zeppelianos… una banda de Blues Rock, con toques de psicodelia, Soul y Gospel… y creo que ya he puesto suficientes etiquetas por hoy. Debutaron en 2009 con un trabajo que editaron ellos mismos, titulado Before the Fire. En enero de 2011 lanzaron un EP llamado simplemente Rival Sons y ahora (el 21 de junio) han editado un nuevo disco que se titula Pressure and Time, ambos con el sello Earache. Por lo que leo, han obtenido muy buenas críticas de la prensa especializada y por lo poco que llevo escuchado e investigado, no me extraña en absoluto.

Escuchando sus canciones destaco en primer lugar esa voz versátil y hábil en diferentes registros del carismático frontman Jay Buchanan. El resto de miembros del grupo no se quedan atrás y son el acompañamiento perfecto. Scott Holiday (guitarra), Robin Everheart (bajo) y Miley (batería) completan el cuarteto de Los Ángeles y no os dejarán indiferentes sus filigranas y experimentos varios, que dotan a los temas de una atmósfera única.



Encontrarles parecido con bandas clásicas es muy fácil, porque tanto en cuestión de sonido como de estética son tan “seventies”, que es algo inevitable y que sale solo. Estoy segura de que si mi padre los viese o los escuchase, comentaría que todo está inventado y que estos Rival Sons suenan como tal y cual grupo de su juventud.

En directo parece ser que no decepcionan, aunque he encontrado diversidad de opiniones, sobre todo al respecto de su reciente actuación en el Azkena. Creo que lo mejor en estos casos es juzgar por una misma y esperar a que pronto nos vuelvan a visitar. De momento, se encuentran acompañando a Judas Priest de gira por el Reino Unido y dejándose caer por algún que otro festival, como por ejemplo el Sonisphere (aunque no el español).

Podéis “catar” sus temas en su web oficial, en su Myspace y también en su página en Facebook; podéis seguirles en Twitter y verles en su canal de Youtube. Vamos, que Rival Sons son una banda muy 2.0, pero con un sonido y una imagen que nos transportan a los años 70 del siglo pasado.


lunes, 11 de julio de 2011

De Parks a Big Bang y tiro porque me toca

Seguramente no quedará por ahí mucha gente a la que les falte tener estas dos series entre su lista de comedias habituales. Yo voy tarde y lo sé. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.

Con la marcha de Steve Carell de The Office en ciernes, yo me puse con Parks and Recreation por recomendación de Lorena. Y ha resultado que la marcha del actor de esa comedia que tanto me gustó ha dejado de ser tan "dolorosa" (no hay suficientes comillas para acompañar este adjetivo, pero ya me entendéis). Es la sustituta ideal. Y en ocasiones, creo que el sustituto supera al titular. Personajes como Leslie Knope y Ron Swanson hay pocos. Son como aquel Spike de Buffy, que brillan con luz propia y que, aunque tu opinión sobre la serie cambie, o tus recuerdos dejen de ser como eran, ellos siguen resplandeciendo.

Tanto The Big Bang Theory como Parks & Recreation son comedias que cuentan ya con más de una y más de dos temporadas en su haber. La duración de los episodios de ambas series es de 20 ó 20 y pocos minutos. Y con las dos te ríes a lo loco. Así que ambas se me antojan ideales para consumir en formato maratón, sin prisa pero sin pausa, durante las vacaciones o cuando vuelves de la playa y te tiras en el sofá... Cuando no tienes tiempo para uno de esos episodios de una hora, para cuando lo que quieres es relajarte y reír... las dos son perfectas.

En Parks & Rec. nos vamos a Pawnee, una pequeña ciudad de Indiana, para ver cómo trabajan en el departamento de parques de su Ayuntamiento. Nos encontramos con un jefe de departamento contrario a la administración pública, que cree que todo debería ser privatizado, y que hace todo lo posible por no trabajar. Y con una segunda al mando que es todo lo contrario y que demuestra una devoción y dedicación a su trabajo únicas. Leslie Knope y Ron Swanson forman el tándem perfecto. Y es genial ver lo bien que se llevan en el fondo y el gran cariño mutuo que se profesan.

El resto de integrantes de esta disparatada oficina no se quedan atrás en cuanto a gracia y simpatía. Mientras que en The Office algunos secundarios pasaban desapercibidos, otros cansaban mucho y a otros acababas por cogerles manía, no me ha pasado ninguna de las tres cosas con ninguno de los compañeros de Leslie y Ron. Más bien al contrario: si bien el personaje de Tom Haverford me parecía al principio un poco cargante, poco a poco le fui cogiendo el ritmo y viendo la gracia. Y si bien Andy me parecía un cansino infantiloide en la primera temporada, al terminar la tercera ya le tenía un cariño irremediable.

A destacar la aparición de Rob Lowe en un papel cómico, no tan histriónico e histérico como el que le vimos interpretar en Californication, pero sí extremadamente divertido, con unos puntos de locura relacionados con su vigorexia que te harán soltar carcajadas a pleno pulmón. Todo un acierto bajo mi punto de vista y toda una sorpresa, y muy agradable, el encontrarlo interactuando con Leslie, Anne Perkins, April Ludgate y demás habitantes de Pawnee.

En cuanto a The Big Bang Theory, poco puedo añadir que no se haya dicho ya, y creo que las presentaciones sobran, puesto que es una de las comedias más vistas y comentadas. Y no es de extrañar que levante tantas pasiones. El personaje de Sheldon es otro de esos personajes únicos. De esos que, cuando la serie finalice y prácticamente la hayamos olvidado, recordaremos con una sonrisa por ser tan excéntrico y especial.

Alguien me ha dicho en Twitter que acabaré odiándole. Dejando de lado lo ridículas y molestas que me parecen estas predicciones vacías y que intentan llevarte a la predisposición, me parece poco probable y además, me importa bien poco: si en algún momento el personaje me deja de gustar, que así sea. Por el momento, es mi favorito de la serie.

No voy a decir que el resto de sus compañeros no me hagan gracia, pero lo que sí es cierto es que no me hacen reir como él. A lo mejor Raj es el que le sigue más de cerca en cuanto a simpatías y momentos a destacar, pero ni Wolowitz ni Leonard son santos de mi devoción, a Leonard aún le soporto, pero a Wolowitz me gustaría estrangularle con mis propias manos. Y el personaje de Penny no me parece más que una excusa o un vehículo para que los chicos hagan o digan algo, o para que se produzcan situaciones determinadas.

Leí por ahí también que The Big Bang Theory es "El Show de Sheldon" y estoy bastante de acuerdo por el momento. En el momento de escribir esto, estoy con la tercera temporada ya en marcha. Me he dado prisa. Y es que las mini dosis de risas me están sentando tan bien que, si ya lo tenía complicado para encontrarle un rato a capítulos de mayor duración, ahora también influye el que prefiero reirme con The Big Bang Theory a ver cualquier otra cosa.

Así pues, y aunque repito que me cuesta creer que haya alguien por ahí que vaya tan rezagado como yo en cuestión de comedias, os las voy a recomendar. Si os van las comedias ligeras de personajes especialitos, construidas a partir de gags cómicos y sketches absurdos encadenados o superpuestos, ¡os van a encantar! Y además, las risas son salud, así que a ser saludables.