viernes, 7 de junio de 2013

La Reina Blanca / The White Queen (Philippa Gregory)


El próximo 16 de junio se estrena una nueva serie histórica de la BBC: The White Queen, basada en la Guerra de las dos Rosas y concretamente en la figura de Elizabeth Woodville, esposa del rey Eduardo IV de Inglaterra. La serie es una adaptación de la novela del mismo título de Philippa Gregory.

Inglaterra está sumida en una contienda familiar, una guerra entre primos y hermanos, descendientes todos de los Plantagenet, que luchan por la Corona. De hecho, la saga de novelas en inglés se titula The Cousins War. Es el enfrentamiento entre los Lancaster (cuyo emblema era una rosa roja) y los York y su rosa blanca. Posteriormente encontraremos la rosa Tudor, que combina el rojo y el blanco en su emblema… pero esto ya es otra historia.

Tras el escándalo que supuso la boda de Eduardo IV (en el bando de los York) con Elizabeth Woodville, una plebeya de origen noble cuya familia había luchado en el bando de los Lancaster, la corte sufre un cambio radical. La familia del rey queda un tanto desplazada, mientras que los Rivers (título que ostenta la familia de Elizabeth) van haciéndose con el poder y controlando todos los estamentos. Esto dará lugar a graves luchas internas, en ocasiones muy sangrientas, y en las que tenemos un pequeño (muy pequeño) componente mágico, en atribuírsele a Elizabeth, a su madre Jaquetta y posteriormente a una de sus hijas, conocimientos de brujería.

Cuando empecé con la novela, creí que iba a ser más romántica que histórica y en realidad no es así. En La reina blanca encontramos principalmente intrigas políticas, urdidas casi siempre por mujeres que, desde la posición de presunto poco poder de la que gozaban en el siglo XV, época en la que sucedieron los hechos, demuestran que aquí la palabra que importa es “presunto”, porque poder tenían y en cantidad.

La ambición por colocar a sus hijos en el trono de Inglaterra es lo que conduce al enfrentamiento, siempre desde la distancia y de la manera más cortés, entre Elizabeth Woodville y a su enemiga Margarita de Beaufort, madre de Enrique VII (padre de Enrique VIII, como ya suponéis). Hay más mujeres jugando a este juego de tronos*, como son Ana Neville, hija de Richard Neville, conde de Warwick y conocido como The Kingsmaker (el hacedor de reyes). Pero en esta primera entrega de la novela, la partida la juegan principalmente Elizabeth y Margarita.

La narración es muy ágil y muy directa, ya que está en primera persona del singular y casi siempre en presente de indicativo. El punto de vista es siempre el de Elizabeth, y otros hechos en los que ella no está presente nos son explicados a través de cartas o de otros personajes que mantienen conversaciones con la reina.

La Reina Blanca me ha gustado mucho más de lo que esperaba, le he dado un 4/5 en Goodreads y en breve quiero leer la segunda parte, La Reina Roja. También estoy impaciente por empezar a ver la serie, a juzgar por los trailers, me da muy buen feeling. 


*Una de las fuentes de inspiración que tuvo George R.R. Martin para escribir Canción de Hielo y Fuego fue precisamente esta contienda, así como lo fueron los Lancaster y los York a la hora de crear a los Lannister y los Stark.