lunes, 14 de febrero de 2011

¿Record Store Day?... (¿Y ahora en qué andas metida?)

Los que me conocen, me dicen que no paro. Los que me tienen más confianza, me dicen que siempre ando metiéndome en berenjenales. Los que me quieren, me dicen que no dejo de hacer “locurones”. Y todos tienen razón, y a todos les respondo lo mismo: lo necesito.

Me apunto a un bombardeo y sobre todo, si tiene que ver con la música y si están implicados grandes amigos. Así que voy a usar este humilde blog para contaros un poco qué es todo esto del Record Store Day, del podcast de Disc K7 y estas aventuras sobre las que algunos de vosotros seguramente ya habréis oído campanas. Exacto: yo he venido aquí a hablar de mi libro.

Rosa y Andrés son los propietarios de la tienda de discos Disc K7, ubicada en Granollers (Barcelona), una tienda de discos independiente, de estas que sobreviven contra viendo y marea en estos tiempos difíciles. ¿Y cómo lo hacen? Pues echándole valor y sobre todo, moviéndose y tomando parte activa en todo tipo de iniciativas.

Estos valientes son los patrocinadores e impulsores en España del evento internacional del Record Store Day, que se celebrará el próximo 16 de abril. En este evento global participan artistas, tiendas de discos y público, unidos para celebrar juntos la Cultura de la Música. Muchas tiendas por todo el país se están apuntando y esperamos hacer de este primer año algo lo suficientemente interesante, para que el año que viene el RSD Spain se consolide y sea una de las plazas fijas e importantes de la movida.

¿Y cómo lo estamos haciendo? Pues dándole mucha caña al asunto, no sólo haciendo correr la voz con el boca a boca, sino sirviéndonos de las nuevas tecnologías y de las redes sociales: con cuentas en Twitter (aquí y aquí), en Facebook (aquí y aquí), dándole vida a los blogs (este y este), abriendo un canal de Youtube (mirad qué bonito)... Vamos, mojando en todas las salsas que nos permitan dar difusión a la gran aventura del Record Store Day y a la tienda de discos.

Desde mi humilde posición, les estoy ayudando todo lo que mi tiempo y mis capacidades me permiten. Y, puestos a aventurarnos a tocar todos los palos que tuviésemos a nuestro alcance, ¿por qué no atrevernos con un podcast?

El pasado martes, 8 de febrero, publicamos el primer mini-podcast de presentación, (estamos en ivoox y en iTunes) en el cual, Rosa y una servidora hablábamos de lo que estábamos preparando. La experiencia les gustó y están dispuestos a sacar más entregas, y al parecer, de más duración que la primera de tan sólo 7 minutos. Yo, encantada. Todo lo que sea darle difusión a la tienda y al proyecto, y hablar de música con amigos, ¡bienvenido sea!

Pues esta es la historia. Y si os lo cuento no os lo vais a creer... pero aún tengo más proyectos en el aire, más planes a la vista pero que avanzan muy, muy despacito... tan despacito, que es mejor no comentar, no vaya a ser que se pierda la concentración y se nos caigan todas las pelotas al suelo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Texas Forever

Ponerme a escribir sobre Friday Night Lights nunca me ha resultado fácil. Recomendar Friday Night Lights sale solo, pero me cuesta encontrar argumentos sólidos... Friday Night Lights es de esas series que no se ven sino que se viven y se sienten. Y si Friday Night Lights no te toca el corazón, tendrás que abandonarla.

Mi primera experiencia con la serie, cuando vi el piloto, no fue positiva. No me entró por los ojos y la dejé a un lado. Un año más tarde, me apeteció, y me pareció estar viendo un piloto totalmente diferente. Creo que esto es la prueba más clara de que Friday Night Lights y tu estado de ánimo van a ir de la mano, desde que te animas a verla hasta que le dices adiós... probablemente, con lágrimas en los ojos.

Aunque yo hubiese preferido que cerrasen la serie al final de la cuarta temporada, no negaré que el episodio final me ha emocionado como sólo Friday Night Lights es capaz de hacer. No suelo llorar viendo la tele, pero esta serie ha sido una terapia maravillosa de desahogo lagrimal. ¿Sabéis cuando te pegas el gran llanto y además lo haces por algo que ni te va ni te viene?

¡No recordaba haber vertido tantas lágrimas desde el final de The West Wing! ¡Qué manera de llorar! Qué emocionante es esta serie... Ha sabido tocarme la fibra a todos los niveles, incluso enseñándome partidos de un deporte que ni entiendo ni conozco y del cual no he visto un partido real en mi vida. ¡Valiente tontería! ¡Pero... qué a gusto te quedas después!

A PARTIR DE ESTE PUNTO, ENCONTRARÁS SPOILERS DE LA QUINTA TEMPORADA

Mis quejas en cuanto a la quinta temporada no son demasiado originales: echaba de menos a los chicos de siempre, a los que aparecieron en la primera temporada y nos acompañaron tiempo después. No he sabido apreciar a los nuevos chavales, no me han llegado al corazón, no soportaba a Cafferty ni me gustaba Vincent, y aunque Jess y Becky sí que se ganaron mis simpatías, nunca pudieron estar a la altura de Tyra, o incluso de Lyla Garrity... Claro ejemplo del “otro vendrá que bueno te hará”.

La historia de la joven inadaptada a la que Tami Taylor quiere ayudar, la que vive en una casa de acogida... ¿veis?... ni me acuerdo del nombre... podría haber dado mucho más de sí, como también podría haber dado mucho más de sí la relación romántica de Julie con su profesor. ¿Será que no soy la única que no le veía futuro a nada que no fuese rescatar a las “viejas glorias”?

Las comparaciones son odiosas y lo que es peor: no tengo argumentos, me estoy dejando llevar sólo por los sentimientos y las simpatías personales. Pero, ¿cabía esperar otra cosa de una serie como FNL? Los argumentos sobran cuando estás ante algo que te toca la fibra de esta manera.

Y mis fibras se alegraron lo indecible cuando, poco a poco, “mis chicos” fueron regresando a Dillon. Quizá la escena más sorprendente fue cuando, al abrirse aquella puerta, no vemos al noviete-profesor de Julie, sino al mismísimo Matt Saracen.

Julie, Saracen, Tim Riggins, Tyra... incluso esa fantástica conversación entre Landry y Saracen en la season finale... ¡Cuántas emociones nos tenían reservadas! ¡Y pasear a Tim Riggins con un bebé en brazos no ayuda a guardar las formas, señores, no ayuda!...

Aunque, en mi opinión, nada comparable a la emoción que me provoca el matrimonio Taylor. Y por eso, me los he dejado para el final.

Son el incuestionable motor de la serie. El eje central, los verdaderos protagonistas... Sólo tengo elogios para esta pareja que están por encima del vaivén de nuevos y antiguos personajes. Mientras tengamos a los Taylor, tendremos Friday Night Lights. No recuerdo haber visto una pareja con tanta química en una serie de televisión. Me parece el matrimonio mejor conseguido y el más creíble.

Y si tengo que quedarme con una escena, con un momento de esta quinta temporada, me quedo con la frase: “¿Me llevarás a Philadelphia?” de Eric, frente a Santa Claus en ese centro comercial. Es recordarlo y emocionarme. Aunque no es el único momento, por supuesto...

Nos regalaron a Buddy Garrity retirando el cartel donde leemos el slogan por excelencia del vestuario de los Panthers, nos regalaron a los hermanos Riggins brindando con ese “Texas Forever”... y por último, el Coach Taylor nos dejó con las ganas de oirle terminar su “Clear Eyes Full Hearts Can’t Lose” contagiándonos con su cotizada sonrisa, en mi caso, mezclada con un torrente desbocado de lágrimas.

En fin, se acabó Friday Night Lights. La archivaremos, pasaremos página, esperaremos una edición de esas guapas en DVD para tenerla para siempre en nuestra estantería... Y nos sentiremos afortunados, por lo menos yo así me siento, de habernos podido emocionar tanto con la historia de estos personajes que tan lejos nos quedan, cuyas costumbres, creencias y maneras de vivir tan poco tienen que ver con las nuestras, pero que tan cercanos hemos sentido.

CLEAR EYES, FULL HEARTS, CAN'T LOSE!

lunes, 7 de febrero de 2011

La Realeza de la Tele

Anoche no teníamos ganas de ponernos a ver ninguna serie y, como somos bastante fans de los programas de la gente de El Terrat, decidimos que veríamos a Jordi Évole (El Follonero) en Salvados.

El tema era interesante, y contaba con la presencia de Olga Viza e Iñaki Gabilondo. Como era de esperar, se trató el tema de que Olga Viza ya no encuentre su espacio en televisión y de que Iñaki Gabilondo haya visto cómo cerraban la puerta de CNN+ para dar paso a un canal de 24 horas de Gran Hermano.

No voy a ser demagoga. Si a CNN+ la sustituyen por Gran Hermano 24 horas será porque creen o saben a ciencia cierta que hay más gente interesada en lo que hacen los cachorros de la Milá que en la cadena de información. Que a mi me parezca mejor o peor ya es otra historia, y como este es mi blog personal, opinaré al más puro estilo Facebook: No me gusta.

Pero si por un lado, anoche LaSexta nos mostró la opinión de estos dos periodistas españoles al respecto de cómo habían cambiado los criterios en televisión y la poca importancia que se le daba al contenido en pos del continente (¿y las presentadoras de LaSexta Noticias, que parecen modelos, qué?), por otro lado emitió tras Salvados un docu-reality (estilo Mujeres Ricas) titulado Princesas de Barrio, en el que se nos presentaba a cuatro o cinco “productos de Gran Hermano”.

Confieso que sólo vi la primera parte del programa, sólo me quedé hasta el primer corte publicitario. De acuerdo que hay escenas bastante cómicas, y que el gusto estético y musical de las chicas que aparecen en el programa no coinciden en nada con los míos, por lo que en algún momento te puedes reír.

No nos engañemos: de la misma manera que Mujeres Ricas y Married to Rock, del que tanto he hablado en este blog, se emite para que nos ríamos con o de esas señoras que viven a todo tren, que se aburren y que hacen todo tipo de cosas absurdas porque pueden y porque quieren, Princesas de Barrio también está ahí para entretener, para divertir y para que nos riamos de ellas. Pero... ¿es lo mismo?

No creo que sea objeto de risa una madre soltera de 20 y pocos años que trabaja en una fábrica por una miseria, siempre con miedo a ser despedida, a la que su abuela le cuida el niño y que confiesa no haber leído un libro en su vida... A mi eso me da mucha pena.

Y también me da mucha pena que le pregunten a una chica de 25 años en paro que en qué quiere trabajar y diga que quiere ser “colaboradora en televisión”. Lo serás, querida, lo serás. ¿Por qué Belén Esteban sí y tú no?

Si fueses como Olga Viza no, no tendrías cabida en televisión, pero estás de suerte: eres un producto, o una consecuencia, o un daño colateral de lo que hace media hora escasa otro programa de esta misma cadena estaba encargándose de denunciar.

Como decía antes, no es mi intención hacer demagogia. Tenemos la televisión que la audiencia quiere, o a lo mejor es a la inversa: tenemos la audiencia que este tipo de televisión produce. Quien quiera que lo vea, quien no quiera no. No me veréis participando en esas campañas absurdas: “Recojo firmas para que Belén Esteban no salga en la tele más” (¡pues cambia de canal, alma de cántaro!), porque tengo libertad para bucear entre las diferentes ofertas que hay, y si ninguna de ellas interesa... siempre me quedará internet.