En estos días en los que abundan esas listas de Lo Mejor del Año, he pensado: ¿Y por qué no hablar de mis malas experiencias seriéfilas a lo largo de este 2010?. Criticar es el deporte nacional y yo soy muy deportista (carcajadas).
Si por algo se ha caracterizado el 2010 que hoy despedimos, ha sido por mi falta de piedad o de paciencia con las series. Creo que en ningún otro momento había sido tan radical a la hora de echar el cierre y de mandar una serie a la basura. Y comentarios como: "¡No me puedo creer que no te guste La Casa de la Pradera!", "Eso es que no has captado la mitología de Barrio Sésamo", o bien "Dale una oportunidad, El Equipo A es una serie de personajes", no ayudan.
Desde que la programación de la tele convencional dejó paso a las descargas compulsivas de capítulos, me había visto siendo compasiva y misericordiosa incluso con aquellas que no soportaba, por el simple hecho de querer encontrar en ellas las excelencias que otros contaban. "Tranquila, la serie mejora... sólo tienes que llegar al capítulo 62 de la séptima temporada y verás qué pasote". ¡¿En serio?!
Por supuesto, han habido excepciones. Dos excepciones, para ser exactos: Battlestar Galactica, que para mi ha sido y será siempre la serie ideal para echarse la siesta, y The Wire, con la que sudé (literalmente, porque la vi en verano), pero de la que finalmente me quedó un recuerdo bastante satisfactorio. Estas dos las terminé, más por cabezonería que por otra cosa. ¡¿Quién vas a poder más: tú o yo?! Pues yo, está claro. Valiente tontería...
Aquí va el repaso a las que no dudé en eliminar del disco duro y archivar en esa web tan desprestigiada últimamente (por méritos propios) que es Mytvshows.
Anatomía de Grey: Prefiero ni pensar en ella porque temo caer de nuevo. Es como una droga de las chungas. Acabó en mayo la anterior temporada y acabó mi relación con ella. "Lo nuestro no puede seguir así, esta relación es destructiva para ambas". ¡Que no, que no, que no...!
Band of Brothers: Si la temática ya no interesa, es tontería sorprenderse cuando la serie no gusta. Pero ante insistentes recomendaciones, le di una oportunidad a la serie protagonizada por el malogrado "Charlie Crews" de Life. Es curioso que precisamente ese valor que otros ensalzan de la serie, que es lo que se profundiza en la personalidad de los personajes y las relaciones entre ellos, es lo que yo eché de menos en la serie bélica. Aburrida, lenta, pesada... Abandonada tras cinco episodios, de los cuales no guardo ni un sólo recuerdo que valga la pena.
Better with you, Chase, The Defenders, The Event, Shit my Dad Says, Outlaw, No Ordinary Family, Running Wilde y The Whole Truth: Si uno de mis temores era engancharme a demasiadas series a principios de la temporada, la mediocridad de estos estrenos me pusieron las cosas tremendamente fáciles. La limpieza en el gestor de descargas fue antológica.
Bored to Death: ¡Qué bien elegido está el título para esta serie! ¿Otro fracasado que se arrastra por Nueva York? No, gracias.
Breaking Bad: ¿Enfermo terminal, decías? Angustiosa y desagradable, y de nuevo, con un tema introductorio que no me apetece nada ver. Tampoco conecté con los personajes, ni me parecen actores como para estar dando volteretas masturbatorias en el aire. Cinco episodios duró mi relación con esta "vaca sagrada".
Burn Notice: En algún momento del segundo episodio me vi abriendo un libro. Y ahí terminó lo nuestro. Mi novio siguió con ella un tiempo, tiempo en el que yo avancé mucho con mis lecturas y otras labores.
Caprica: Aunque Battlestar Galactica me pareció insoportable y soporífera, salvo contadas excepciones en forma de capítulos, este spin off que no es bien bien un spin off sino una precuela después de... en fin, Caprica, no me desagradó en un principio y gran parte de culpa la tuvo Eric Stoltz, la fotografía y la ambientación. Me sentaba a verla y pensaba "está bien hecha, está hecha con gusto". Pero llega un momento que el buen gusto no es suficiente, que sabes además que la han cancelado y que tienes otras cosas por ver que te apetecen más. Y siendo totalmente desconsiderada, la abandonas. La vida es así.
Castle: Leo el otro día en el Twitter de Montsinya que en las carátulas de los DVDs la venden como "La serie definitiva sobre crímenes sin resolver" y mis carcajadas retumban como las de cualquier malvada madrastra de Disney. Harta de ver a Fillion hacer el payaso, harta de verle desgastar a su personaje hasta convertirlo en un ser ridículo, y antes de cogerle manía ciega a quien un día fue el Capitán Malcolm Reynolds, decidí darle la patada e invertir esos 40 y pocos minutos en ver cualquier otro procedimental o en irme a dar una vuelta, que tampoco está mal.
Chuck: Lo que más me gustó fue el episodio en el que sale Matt Bomer corriendo, rodando por el suelo, saltando... ¡y seguro que era un extra! No conseguí verle la gracia ni mientras la veía de frente ni mientras la seguí viendo de espaldas el resto del tiempo que mi pareja aguantó con ella.
Flash Forward y V: ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaa...! Ayyyyy...
The Gates: Mujeres Desesperadas + Vampiros y otras criaturas de la noche. Realmente no tenía mala pinta. Pero no me acabó de convencer. Con esta fui bastante despiadada, porque ni siquiera el "no está mal" me detuvo y la mandé a la papelera.
Haven: Estreno de SyFy de esta midseason que se llevó un post muy sentido en el que ya me quedé a gusto. No haré leña del árbol caído.
Him&Her y Louie: Van en pack porque ambas me afectaban al estómago. La primera, por razones obvias, porque es lo más grotesco, bizarro, obsceno y guarro que he visto en televisión desde aquel cuarto episodio de Psychoville; la segunda, porque su personaje principal "olía" a través de la pantalla. Su aspecto, su manera de hablar, de moverse, las situaciones en las que se veía... me producían mucho desagrado. Un desagrado en el sentido de... ¿Se nota mucho que estoy luchando por no escribir "Asco"?
Human Target: Mirad que me parecía divertida, de esas para no pensar. Rollo blockbuster de acción de tiros y patadas y explosiones. Pero a veces, aunque yo me crea que no, necesito algo más. Y no sé lo que es, pero la sensación de serie vacía que tuve al ver Human Target es la que me llevó a dejarla y a no pensar más en ella hasta este momento.
Memphis Beat: Aguanté para ver a Juliette Lewis, porque es una tía que me gusta y me cae bien. Si no hubiese sido por ella, no hubiese visto el segundo episodio. ¿Es quizá Jason Lee el peor "actor" sobre la faz de la Tierra?
Parenthood: Gracias a Parenthood mi relación con Las Chicas Gilmore se quedó en "rollo de una temporada". Daños colaterales, se llaman. Y citándome a mi misma (que quieras que no, da gustico): "bastante tengo con mi familia para aguantar también a la tuya".
Past Life: El actor que interpretó a Toby Siegler en El Ala Oeste de la Casa Blanca aparecía en esta serie. Yo vi el primer episodio. Tengo una chapa conmemorativa, imaginaria, que lucí orgullosa cuando la cancelaron una semana o dos después de su estreno. Seguro que ya ni os acordabais de ella...
Pretty Little Liars: Las circunstancias eran favorables. Mis cuatro compañeras de podcast se engancharon a esta serie "teen" y la comentaban en nuestros correos grupales. Con este respaldo, era fácil que la serie me interesase y hasta me resultase divertido comentarla después. Pero no, inexplicablemente, no me sentí a gusto en ese vagón y tras dos o tres episodios, me bajé del tren.
Psych: Visto un episodio, vistos todos. Quería dedicarme en estos días libres, y no llegué ni al ecuador de la primera temporada. La resolución de los casos es tan previsible o inverosímil, que en ocasiones te sientes insultado. Y no, señor Spencer: no es usted tan gracioso como se cree.
Saving Grace: O "Cómo caer en picado en dos cómodos plazos". No veremos la tercera temporada, no señor. Muchas razones, pero voy a dar la más absurda: cuando Grace y los suyos se ponen a reir a carcajadas y a hacer el tonto, fingiendo que se lo pasan pipa, me dan ganas de liarme a tiros con ellos.
Spartacus: Me dice mi pareja "cariño, ¿vemos Spartacus?". A lo que yo le respondo: "Mi vida, ¿acaso tengo polla?". Y con esto os lo digo todo. Vi el piloto casi entero. ¡Casi! En fin, pasadme una jeringuilla con testosterona y a lo mejor podemos empezar a hablar.
Treme: Realmente, no puedo ser un Trol con esta serie, aunque su música y su ambientación no me fascinasen como a muchos de los que la siguieron. Vi el piloto y me gustó moderadamente, pero no lo suficiente como para dedicarle mi tiempo ni para prestarle la atención que me dio la impresión que merece. Y no la rescataré como rescaté The Wire. He pasado página.
Veronica Mars: Y aquí tenemos otra "vaca sagrada". Pues a mi, tras ver la primera temporada, me sigue pareciendo una serie mediocre de instituto. No me lo tengáis en cuenta: terminé el instituto hace exactamente... Bueno, ¡¿qué más da?! No demasiado. La cuestión es que no le encontré la gracia a la protagonista en ningún momento, es más: me pareció una niñata repipi y marisabidilla. Ahí tengo la serie original comprada. Un regalo con mala puntería. Si alguien la quiere, se la vendo o se la cambio.
The Walking Dead: Yo ya sabía que no me iba a gustar. Pero con el primer episodio me sorprendieron y pensé "oye que esto no va a estar tan mal a pesar de ese medio esqueleto arrastrándose por el suelo tan horrible que acabo de ver". Pero tras ver el tercero... No me gusta pasarlo mal y con esta serie lo pasaba mal. Y fui buena y le dediqué un post y todo. En los comentarios descubriréis por qué no me gustó The Walking Dead: ¡¡Era una serie de personajes y yo no lo había pillado!! Boooom... mil guionistas han muerto. Por vuestra culpa.
Warehouse 13: En serio que quería que me gustase, porque mi novio está súper enganchado y le encanta. Pero yo era ponerme a ver Warehouse 13 y caer en un estado de sueño profundo. Era como oir la palabra "Flex". Fenómenos inexplicables.
Y llegados a este punto puede dar la sensación de que no veo series, de tantas que he deshechado. Pero es que en realidad, ¡¡dan muchas!! Afortunadamente, dan tantas, que nos podemos permitir el lujo de ser selectivos y, en ocasiones... un poquito crueles.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!