viernes, 28 de enero de 2011

White Collar: Mirada al pasado

AUNQUE ESTA ENTRADA HAGA REFERENCIA AL EPISODIO S02e11 DE LA SERIE, NO CONTIENE SPOILERS

Reconozco que White Collar no es una serie que destaque por nada en especial, aunque muchos y muchas destacarían la belleza de uno de sus actores principales: Matt Bomer, como gran aliciente para verla, a pesar de que es bajito y poquita cosa.

Pero toda serie de este estilo, entretenida aunque sin pasarnos y basada fundamentalmente en casos episódicos, tiene esos capítulos estrella en los que se sale un poco de la norma, aunque no necesariamente de manera original. Es lo que hemos visto en este "Forging Bonds".

En el episodio, el Agente Burke tiene que investigar a un tal Mr. Adler quien, al parecer, tuvo una relación importante con Neal Caffrey en el pasado, en parte colaborando a que el ex-convicto se convirtiese en lo que hoy es. El recurso utilizado: los flashbacks.

En este episodio vemos cómo Caffrey conoce a Mozzie, cómo conoce a Kate, cómo y por qué inicia su relación con la misteriosa Alex, y cómo empieza con esta vida de timador profesional que hace que termine entre rejas.

Recordemos que el punto de partida de la serie, lo que aquel más que decente episodio piloto nos mostraba, era a Neal Caffrey escapando de prisión e iniciando después esta relación con el FBI como consultor. No desvelo nada, puesto que es el punto de partida, la premisa que todos conocemos.

Pero, ¿cómo llegó Caffrey a la cárcel por primera vez? ¿Cómo se las ingenió Burke para capturarle? Partiendo de una charla con vino y cervezas en el lujoso apartamento de Caffrey, Burke obtendrá casi toda la información sobre Adler que necesita, así como de la Caja de Música, y nosotros de rebote nos trasladamos 8 años al pasado, para ver a Bomer peinado como en aquella serie Traveler.


Y es que, al parecer, el recurso de peinar hacia delante a los actores para rejuvenecerlos no es exclusivo de las series y películas españolas. No obstante, el resultado es favorecedor, como no podía ser de otra manera tratándose del guapísimo actor.

Un capítulo que desvela mucho del pasado, y que marca un punto de inflexión en la trama, ya que ahora Peter sabe bastante más de lo que sabía. Recomiendo este episodio especialmente a los que abandonaron la serie en su momento, porque creo que puede servir para poneros al día y retomar White Collar con energías renovadas.

jueves, 27 de enero de 2011

Married to Rock: Ole tu... Molde

He acumulado nada menos que seis episodios de Married to Rock, del que parece ser que sí, habrá segunda temporada. Los productores del programa se pusieron en contacto con la esposa de Slash (ex-guitarrista de Guns n’Roses y de Velvet Revolver) y ella lo comentó en su cuenta de Twitter. Lo que no sé es si finalmente aceptó o no (¡espero que sí!).

Así que muy feliz por la esperanza de tener más capítulos de este reality que me ha cautivado desde el primer día, ataqué a los episodios acumulados, y en la primera tanda cayeron dos: el tercero y el cuarto.

A veces, estás viendo algo en la tele que te hace pensar: “A partir de este momento, siento que ya lo he visto todo”.

Desde el primer día, se ha demostrado que la más excéntrica del grupo es Josie Stevens. Con sólo mirar su exhuberancia, la decoración de sus uñas y su pasión por el color rosa y todo lo relacionado con Hello Kitty, sabes que no es una chica a la que guste pasar desapercibida.

Acompañada de A.J. Celi, Josie se dirige a un local sospechoso en San Diego donde hacen muñecas tamaño real. Josie quiere enviarle a Steve Stevens, su marido, una muñeca igual que ella para que, cuando él esté de gira, no la eche tanto de menos.

A.J. y Josie llegan al inquietante lugar, donde un no menos inquietante personaje, le presenta su clon, a la que le falta aún la cabeza. Gracias a un scan completo de su cuerpo, la réplica es casi exacta a Josie, pero falta un pequeño detalle... la réplica exacta de sus partes íntimas.

Para ello, es necesario tomar un molde. Así que Josie se desprende de su ropa interior, se tumba boca arriba y con las piernas entreabiertas en una... especie de caja... y su amiga A.J. se encarga de extender la sustancia para tomar el molde con un pincel y luego retirarlo cuidadosamente, entre los grititos de entusiasmo de Josie.

No me estoy inventando nada. Esto ocurrió así. Y no creáis que el tema queda aquí. Ni hablar. Ilusionada envía la muñeca a Nueva Jersey pero, cuando llega a destino, unos indeseables de la empresa de transporte parece ser que se dedican a maltratar a la muñeca, a arrastrarla por la playa, y se la devuelven a su casa en un estado lamentable.

A.J y Josie no dan crédito a lo que están viendo: la muñeca está sucia y llena de arena. Y lo más inquietante... la muñeca tiene “el molde” lleno de arena... así que vemos a A.J. introducir una aspiradora por “el molde” de su amiga... quiero decir, de la muñeca, para limpiar la arena, mientras Josie contempla el procedimiento horrorizada.

El desenlace no es tan sublime como el proceso, ya que una vez han limpiado y decorado la muñeca, Steve Stevens llega a casa y dice “ella me gusta, pero te amo a ti”. Y no es la mejor frase de Stevens, a mi la que más me gusta aparece en el capítulo cuarto y es “Todos mis poderes de guitarrista se van si toco una guitarra rosa”. Y es que Josie quiere que su marido se compre una guitarra de su color favorito, algo a lo que Stevens no accede.

Pero accede a mucho más: la pareja decide montar una boda por todo lo alto. Casados desde hace año y medio, por circunstancias familiares nunca pudieron tener la gran celebración que alguien como Josie merece. Así que en plena licorería, Stevens le propone matrimonio de nuevo y empieza el espectáculo.

La preparación de la boda es muy divertida, pero no tiene grandes momentos comparables a la fabricación de la muñeca. Por supuesto, no puede ser una boda convencional ni tradicional, y Josie choca con su amiga Etty Farrell (esposa de Perry Farrell, de Jane’s Addiction), hasta que finalmente, y maridos mediante, ambas se disculpan y se reconcilian.

Por supuesto que todo esto es un teatro. Pero la conversación entre Perry Farrell y Steve Stevens a propósito de la discusión que han tenido sus mujeres porque una le ha dicho a la otra que los vestidos de las Damas de Honor no son apropiados, es surrealista. ¡Se ponen muy serios y trascendentes!

¿Y qué me decís del sastre (lo veis en la foto) tomándole las medidas para el traje de novio a Steve Stevens mientras se entera de todo...? Surrealismo puro y duro, pero surrealismo delicioso, al fin y al cabo. Otro momento desternillante es cuando, el día de la boda, Farrell señala lo atractivo que está Stevens vestido de novio, a lo que este pregunta si quiere casarse con él. Farrell, que os recuerdo se ha transformado en Andrés Pajares, le responde:

“Ay pues sí! Sería divertido! Podríamos componer canciones juntos en la cama...”.

Stevens se queda descolocado y no pierde tiempo en aclararle que estaba bromeando. Con Perry Farrell toda precaución es poca.

Está claro que con la boda de Josie y Steve en ciernes, el resto de compañeras pierde protagonismo. La que menos papel ha jugado en estos dos episodios ha sido Susan Holmes McKagan (esposa de Duff, ex-Guns n’Roses y Velvet Revolver), y A.J. ha servido de comparsa a Josie, lamentándose de lo poco cooperante que está su Billy Duffy (guitarra de The Cult) y lo poco dispuesto que está a casarse con ella.

Etty ha tenido su gran momento psicópata en el capítulo tercero, mostrándose muy celosa ante la posibilidad de que Jane’s Addiction contrate una nueva bailarina para ocupar su lugar (algo que por otra parte, ella propone) y a continuación mostrándose como una psicópata en la organización de la boda de Josie.

Pero al final, Etty se sale un poco con la suya, y menos mal... Pensé que al final Josie se casaba en tanga, os lo prometo. Creo que en estos dos episodios, entre tomarse medidas para lo de la muñeca, las veces que se le cae la parte de arriba del vestido mientras limpia la muñeca, y el rato que pasa arreglándose para la boda sin ponerse el vestido, Josie Stevens ha salido más desnuda que vestida. Todo debidamente pixelado, no os vayáis a pensar... ¡Que esto no es Showtime!

Como anécdota os contaré que Josie desciende al altar montada en un columpio que la baja desde lo alto de la torre del castillo donde se casa. Como no puede subir a la torre con el vestido, sube en tanguita, con un chaleco de piel y taconazos de palmo y medio. Y en el tejado del castillo se coloca el vestido de novia. Pero yo la comprendo... si yo tuviese ese cuerpo también iría desnuda todo el día.


La boda es espectacular, preciosa y, sorprendentemente, no me harté de ver caras conocidas como esperaba. Sólo vi al guitarrista Dave Navarro, pero seguramente habían más y no se dejaron ver. Aluciné porque los padres de Josie son ¡¡normales!!

Y con el súper bodorrio de los Stevens, se acabó esta sesión doble de Married to Rock. Sigo siendo “talifan”. Tanto o más que el primer día.

martes, 25 de enero de 2011

¡¡Off!! the Map - Lights ¡¡Out!!

Rara vez puedes decidir si una serie es aprovechable o descartable sólo viendo el piloto. Yo suelo dejar circular dos episodios ante mis ojos para tomar la decisión. Y es lo que he hecho con Off the Map y Lights Out, dos series que no tienen nada que ver... Bueno, sí: que se han estrenado en la misma época.

Cuando puse a descargar Off the Map ya lo hice con el morro torcido. ¿Por qué? Pues porque Shonda Rhimes me ha llevado por el camino de la amargura con Anatomía de Grey durante demasiado tiempo como para caer de nuevo en sus redes. Abandoné Anatomía de Grey cuando cerró las puertas de su anterior temporada y me prometí no volver a llamar a ellas. Por ahora, lo mantengo.

Así que, movida más por la curiosidad que por otra cosa, me puse el primer capítulo de Off the Map y cuál no fue mi sorpresa cuando vi a Zach Gilford en ella. Quizá lo sabía, pero yo no me acordaba. El joven actor que interpretó a Matt Saracen en Friday Night Lights es ahora un medicucho chulesco y bastante tonto en la nueva inverosimilitud de la factoría Rhimes. Matt Saracen es un personaje al que amo, así que pensé que gracias a él o por su culpa, mi relación con Off the Map iba a acabar cuajando.

Pero no, mi amor por el personaje de Saracen muere en los confines de Friday Night Lights. Puedo asegurar con orgullo que no me dejo llevar por lo que un día un actor pudo representar y mi lema de “no me caso con nadie” sigue intacto. Bien por mi. Off the Map, ahí te quedas. Ni siquiera la chavalita que interpretó a la protagonista de Wonderfalls (no, no tengo ganas de buscar su nombre) es la sombra de lo que fue en aquella breve pero preciosa serie.

La experiencia con Lights Out tampoco ha sido satisfactoria. No soy una gran aficionada al boxeo, pero mi madre lo fue en tiempos, así que algo me llevé. Lo malo de Lights Out es que su argumento está ya más sobado que la pipa de un indio. Ex-boxeador con problemas económicos que además se enfrenta a las secuelas físicas que su antigua profesión le ha causado. Por si fuera poco, ahí está la sombra del regreso al ring, acechando.

Padre de familia y casado con una mujer que trae a casa las habichuelas, económicamente independiente y excelente profesional. Con un mal asesor encarnado por su hermano, cuya cara nos resulta familiar a los que vimos la segunda temporada de The Wire, y con un padre que otrora fue su entrenador, o mánager... Resumiendo, una serie más común que el pan de kilo, pero que viene envuelta con el papel de regalo de la FX.

A muchos, este hecho les puede traer sin cuidado, pero inconscientemente, yo me siento atraída por esta manera de vendernos tanto las series como los personajes que tiene esta cadena que desprende testosterona por todas partes. Pero en esta ocasión, el envoltorio de la FX no ha sido suficiente cuando el contenido me ha dejado tan indiferente.

¡¡Dos menos!!

miércoles, 12 de enero de 2011

2011: Despegando


Es un buen momento para dar la bienvenida al año nuevo desde Querido Bloc. Ya era hora, por otro lado. Este blog, que ha vivido épocas mejores, está siendo la víctima directa de esta frenética arrancada de año, que más que arrancar está despegando. Y que conste que también utilizo este símil en homenaje a mi amiga Mireia, que por fin tiene en el bolsillo su licencia de piloto comercial. Mención de obligado cumplimiento. ¡Felicidades!

Me fui de vacaciones de Navidad con la promesa de un proyecto en estado embrionario que poco a poco va tomando forma. Para las pocas personas que saben de su existencia, este proyecto se llama "Fregao Número Uno", porque también hay un "Fregao Número Dos" que ya tiene cara y ojos y ya está en marcha. Pero yo no he venido aquí a hablar de mi libro, aunque sí de libros de otros. Porque "Series, Libros y Rock and Roll" es lo que reza la cabecera de este blog.

Debéis saber que Papá Noel tuvo a bien regalarme un ebook. Aunque yo era de las que renegaban, una nunca ha de dar la espalda a las nuevas tecnologías. Es absurdo. Hay que rendirse a la evidencia de la practicidad y del ahorro de espacio. Y no hablo solamente del espacio dentro de mi bolso, sino también en el interior de mi humilde morada. Mientras no me traslado a la mansión en Beverly Hills, veo cómo mis estanterías se me quedan pequeñas.

Así que me voy a postrar ante el ebook y voy a rendirle pleitesía: El Club Dumas de Pérez Reverte y Festín de Cuervos, de George R.R. Martin han sido los elegidos para inaugurarlo, aunque no he dejado de lado del todo el papel... Los Reyes Magos le hicieron a mi novio un regalo un poco Homer (es decir, un regalo que también desea quien lo regala): la biografía de Slash, ex-guitarrista de Guns and Roses, y es prácticamente imposible resistir la tentación de leerlo cuando cae en tus manos en momentos robados.

Poder leer el cuarto volumen de Canción de Hielo y Fuego, sin tener que esperar a la edición de bolsillo como pretendía, me lleva a hablar de las ganas que tengo de ver Juego de Tronos en formato serie de televisión. No tengo miedo a que metan la pata porque me puede la curiosidad y, porque no nos engañemos, no soy de esos fanáticos de las novelas de Martin que se pueden horrorizar por los posibles patinazos. Tranquilos: lo sería si se tratase de las novelas de la saga Forastera de Diana Gabaldon, no quedo inmune al fanatismo ciego (o talifanismo). Este es sin duda el estreno que espero con más ganas. Aunque para no faltar a la verdad, debo decir: es el único estreno que espero con ganas.

El resto, me dan más o menos igual. Reconozco que estoy algo desconectada y que gracias a mis compañeras de The TV Slayers y a los coleguitas twitteros me voy enterando de lo que viene y de lo que se va, en cuanto a series de televisión. En estas Navidades he aprovechado para limpiar mi disco duro de episodios pendientes, y también he podido dedicarme a esas temporadas pasadas o actuales acumuladas en pesadas carpetas. Ha sido el caso de la tercera temporada de Californication y 30 Rock. La primera, no nos engañemos: la empecé a ver porque en la cuarta temporada saldrá Tommy Lee (batería de Mötley Crüe, para el lector profano en la materia).

Pero también tuvo mucho que ver en mi decisión Antara Adachi quien, a través de Twitter y con argumentos de peso, me animó a darle una oportunidad. Aunque al principio no me entusiasmó es de ley que algún día le rinda el homenaje que merece a la segunda temporada de la serie: por el personaje de Lew Ashby y por el alto componente musical que tiene. Tendré que dedicarle un post. Algún día. En cuanto a 30 Rock, es una de mis comedias fijas, como The Office, y ambas las consumo en premeditados maratones durante las vacaciones de verano o de Navidad. Contenta con los diez primeros episodios de la quinta temporada que he visto de Tina Fey y los suyos, me despido de ellos hasta el próximo periodo vacacional.

También he recuperado Mujeres Desesperadas desde su quinta temporada y he empezado la segunda de Men of a Certain Age. Pero tengo que aprender a seleccionar. Me doy cuenta de que aún habiendo soltado lastres (si no os lo creéis, echad un vistazo al post anterior), sigo viendo demasiadas series que ni fu ni fa. Y esos Señores de Cierta Viejunez son un claro ejemplo. Pero, ¿sabéis qué? Que me da pena descartar series. Malos hábitos adquiridos de los que habrá que salir algún día... Estoy en ello.

Y me queda el Rock and Roll... ¿Qué me depara este 2011? Pues sin duda, va a ser un año en el que la música va a cobrar protagonismo, no sólo en mi día a día, donde ya es el elemento principal, sino en otros ámbitos y "fregaos" varios. Los Reyes Magos siempre se acuerdan de que me gusta ir a conciertos, y este año han dicho que ellos me invitan a ver My Chemical Romance el 5 de marzo y a Black Label Society el 19. ¡Por cierto, Zakk Wylde también aparece en esta cuarta temporada de Californication! ¿Veis?... Todo está conectado. El Rock and Roll es omnipresente.