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martes, 5 de enero de 2010

Wonderfalls: Breve y dos veces buena


ATENCIÓN: EN ESTA ENTRADA ENCONTRARÁS SPOILERS

En el Especial Navidad de The TV Slayers hicimos una sección llamada La Slayer Invisible, que consistía en "regalarnos" un piloto entre nosotras, para después hablar sobre él en el programa. Lorena fue la encargada de hacerme mi regalo y eligió para la ocasión la serie de temporada única, y sólo 13 episodios: Wonderfalls.

La misión era ver sólo el piloto, pero naturalmente, si la serie te gusta, has de seguir. Eso es lo que he hecho yo y durante estas vacaciones me he dedicado, entre otras, a disfrutar de esta curiosa, original y en conjunto maravillosa serie que, ya hace un tiempo, me pasó Missmole.


Jaye Tayler (Caroline Dhavernas) es una dependienta en una tienda de souvenirs en las Cataratas del Niágara, llamada Wonderfalls. Su vida es una vida normal, trabaja como dependienta aunque tiene un título universitario de Filosofía (quizás no lo más útil del mundo), vive en un párking de caravanas, y está rodeada de una familia de clase media alta, en la que todos sus miembros son triunfadores o lo fingen.

Su hermano Aaron (Lee Pace, Pushing Daisies), por ejemplo, dice estudiar Teología, y quizá lo haga, pero lo que parece a simple vista es un vago que quiere vivir del cuento en casa de sus padres. Es una de las personas más cercanas a Jaye, y será el primero en conocer su pequeño secreto. Aunque todos los personajes que aparecen en la serie merecen atención y son extremadamente curiosos, quizás Aaron sea mi favorito, junto a Sharon, la hermana lesbiana, aún en el armario, y abogada exitosa.


Sharon no llegará a descubrir el secreto de Jaye, pero Jaye sí que conocerá la orientación sexual de su hermana y no sólo se encargará de guardárselo, sino que además le encontrará pareja... aunque sea por un breve período de tiempo y totalmente por accidente, como casi todas las cosas que pasan a su alrededor, desde que un día, en la tienda donde trabaja, un león de cera defectuoso empieza a hablar con ella.

A partir de este momento, el león de cera no será el único, y varios objetos inanimados, todos representando a diferentes animales, se comunicarán con Jaye, dándole instrucciones breves y algo confusas; mensajes crípticos, pero con los que serán tan insistentes, que a Jaye no le quedará más remedio que hacer lo que los muñecos le mandan.


Esto da lugar a múltiples situaciones absurdas, muy cómicas y a veces, un poquito tristes. Vemos como una chica que trata por todos los medios de no interactuar demasiado con el resto de la gente, se ve obligada a llevar a cabo acciones que la convierten en algo así como una salvadora encargada de hacer el bien y ayudar a la gente. También hemos visto como se enamora, cómo se relaciona con su familia y con todos la que le rodean.

Y no sólo eso, porque en cada episodio Jaye tiene una misión, siempre precedida de un mensaje, ya fuese por parte de un burrito de felpa, de un busto de mono en la consulta de su psiquiatra, o de un pez en la pared del bar que frecuenta y donde trabaja su mejor amiga: Mahandra. Estas misiones son de lo más variado, y se sabe cómo empiezan pero jamás cómo acaban.


Sería imposible destacar algunos episodios, algunas de estas misiones, y dejar otras fuera, porque todas han sido tremendamente divertidas y curiosas: la historia de los guacamayos en peligro de extinción en el zoo; el niño que compra una esposa rusa por internet; Fat Pat, y Marianne Marie, los vecinos de Jaye que gracias a ella iniciarán un negocio juntos; el atropello de su padre, que indirectamente acabará salvándole la vida; la asistenta de casa de sus padres, inmigrante ilegal que finalmente tras pasar por muchas aventuras, consigue regularizar su situación...

No puedes quedarte sólo con una historia, no puedes descartar ningún episodio porque, aunque parecen historias aisladas, todas tienen relación, todas están basadas en estas revelaciones que diferentes objectos inanimados con cara de animales, le hacen a Jaye. Todas las historias ocurren envueltas en la gran historia de la serie, la de su familia, amigos, y por supuesto Eric, un joven recién casado al que su mujer le es infiel durante su luna de miel y decide quedarse en Niágara, trabajando en The Barrel, con Mahandra.


Tras entablar amistad con Jaye, ambos estarán más o menos dispuestos a llevar su relación al siguiente nivel, aunque encontrarán multitud de obstáculos: el primero, la reticencia de ella y el miedo a comprometerse y hacerle daño a él, y el segundo, la aparición por sorpresa de Heidi (Jewel Staite, Firefly), la esposa de Eric, dispuesta a recuperar a su marido a toda costa.

El componente romántico está muy presente en la serie. Todos los personajes tienen la oportunidad en algún momento de vivir una historia de amor o de dar rienda suelta a la pasión, incluso los padres de Jaye, amigos del cuarto de las lavadoras, o su hermano Aaron y Mahandra, quienes vivirán un idilio precioso y a la vez muy simpático, del que yo me declaro fan desde el primer momento.


Pero la verdadera historia de amor es la de Jaye y Eric, por supuesto. La típica historia de amor de encuentros y desencuentros. La típica historia en la que vemos cómo ella no se da cuenta de lo enamorada que estaba de él hasta que le pierde... o está a punto de perderle. Una historia de amor muy bonita, aunque nada empalagosa.

En resumen, una serie estupenda que recomiendo a todo el mundo. Aunque me ha parecido una serie con un aire bastante femenino, ya que fundamentalmente se basa en cómo se siente Jaye, lo que quiere ser, lo que no quiere ser, etc., creo que puede gustar a todos. Además, sólo tiene 13 episodios (lamentablemente) y puede servir perfectamente como serie para disfrutar durante un fin de semana o unas vacaciones cortas.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Tapeo de Series (12)

La última temporada de la serie Buffy me ha tenido en los últimos días sin mucho tiempo para nada más. Si a eso le añadimos que me he animado con Angel, cuya segunda temporada me ha gustado y enganchado lo indecible, es normal que muchas otras series hayan quedado en lista de espera, o directamente en el ático.

Es el caso de Men of a Certain Age. Me apetecía mucho verla, comencé a descargar los capítulos, pero, viendo la dificultad que suponía encontrar unos subtítulos en castellano del primer episodio, y viendo la cantidad de tareas pendientes y el poco tiempo libre del que dispongo, he pensado que era mejor no crearse obligaciones absurdas y pasar de ella. Quizás más adelante la busque de nuevo, quizás algún día salga una versión doblada... quizás, quizás.

Tampoco presté mucha atención a The Prisoner. Sé que fue la sensación en la blogosfera y twittesfera hace cosa de un mes. No me apunté a la moda por aquel entonces, pero un fin de semana decidimos darle una oportunidad en casa y, mientras que mi compañero disfrutó bastante con ella, yo no pude aguantarla despierta. Era ponerme un episodio y caer rendida en los brazos de Morfeo en cuestión de minutos.

También tengo esperándome en una carpeta algún episodio de The Good Wife, The Mentalist, e incluso un par de Fringe, las cuales seguía (o sigo) semana a semana, pero que últimamente están un poquito dejadas de lado. ¿Os he dicho ya que Sunnydale te atrapa y no te suelta? Qué suerte tengo de tener algunos días de vacaciones para ponerme al día y también darle oportunidad a alguna que tengo tiempo esperando como Wonderfalls (Missmole me la trajo y ahí se quedó), que si habéis escuchado el Especial de Navidad de The TV Slayers, ya sabréis que me ha tocado como regalo en La Slayer Invisible.

Otra novedad que tengo pendiente de ver, bien guardadita y mirándome con ojos tiernos es Alice. Me apetece muchísimo, son sólo dos capítulos, pero siempre encuentro otra cosa mejor para ver. Y también quiero ver Misfits, jolín qué stress... Si no es Buffy o Angel, es Boston Legal, que sigue acompañándonos en comidas y cenas, como viene siendo costumbre desde hace un tiempo, y de la cual en breve acabaremos las 3a temporada.

Además, por recomendación de Lorena, he empezado con Band of Brothers. El primer episodio ha quedado claro que es una situación y una presentación, quizás no todo lo entretenido que una esperaba, pero tiene muy buena pinta, eso no lo voy a negar. Además, está Kirk Acevedo, el actor que hizo de Charlie Francis en Fringe, que me gusta bastante.

Y cierro aquí este tapeo, un poco diferente de los demás, ya que me he dedicado a quejarme de lo que no tengo tiempo para ver, y hacer en parte una "to do list" seriéfila, muy parecida a esas listas negras que corren por la blogosfera. ¡¡Felices Fiestas a todos!!