miércoles, 15 de diciembre de 2010

Married to Rock: Guerras Paternales y Desnudos por la Paz. (S01e02).

Con alegría, entusiasmo y con el espíritu talifán latiéndome en el pecho, vuelvo con la segunda entrega de Married to Rock, el reality sobre señoras estupendas que comparten la vida con estrellas del Rock, que nos regala envuelto en lace & leather E!Online.

Si queréis saber más, aquí está el post sobre la presentación del show, el cual os recomiendo aunque tiene como contratiempo la ausencia irritante de subtítulos. Que este detalle no os detenga: lo vais a pillar todo por el contexto y algunos y algunas también os alegraréis la vista.


Aunque la auténtica protagonista de este segundo episodio del reality Married to Rock ha sido AJ Celi, lo primero que quiero destacar son las inseguridades de Susan Holmes McKagan a la hora de posar desnuda en una sesión fotográfica.

Querida Susan,

Si yo tuviese tu cuerpo, iría desnuda por la calle. En verano, se entiende, que ahora estamos a menos dos grados por estas latitudes, y no apetece.

Pero vamos, ha sido interesante comprobar lo que ya sabíamos: todo el mundo tiene sus inseguridades, aunque sean ex-modelos impresionantes. Susan sabe que no tiene 20 años, que ha sido madre de dos niñas... y ya no está segura de su cuerpo como solía estar. Suerte tiene que ahí está su espléndido marido Duff McKagan para animarle a aceptar el trabajo, y para presentarse en la sesión declarando convencido y muy acertado:

"Es que mi mujer está muy bien desnuda".

Las apariciones del ex-bajista de Guns n' Roses y Velvet Revolver en este reality show son más numerosas de lo que yo esperaba, pero menos de lo que podemos ver del guitarra de The Cult, Billy Duffy, y novio de la anterior mencionada AJ Celi. La primera pregunta que me viene a la cabeza es: ¡¿Cómo se presta a según qué?! Y es que en este segundo capítulo hemos visto el teatrillo de los problemas de pareja que Duffy y Celi están teniendo, amenizados por la aparición del padre de la joven, que no duda en meter cizaña, sobre todo en contra de su hija.

De acuerdo que, como digo, estamos viendo un teatrillo, o precisamente por eso, yo me pregunto cómo un músico serio, con una carrera respetable, nos abre las puertas de su casa y sobre todo, nos muestra sus miserias, sus problemas de pareja, y accede a mostrarse molesto ante las cámaras por lo desorganizada y desastrosa que es su novia. Vemos la puerta del garaje que se estropea, los cables puestos de una manera que a él no le gustan... y sobre todo, vemos a un Billy Duffy más padre que novio para AJ Celi.

AJ querida, ¿no tenías bastante con un padre? ¡Pues ahora tienes dos! Y si no, otro día te buscas un novio más joven.

Su padre es todo un personaje, un señor que no duda en bajar del coche y dar unos pasos de baile en plena calle, ante la atónita mirada de su futuro yerno, así como tampoco duda en debatir ante las cámaras los pormenores de la relación de pareja que mantiene su hija, sermoneando a la pobre chica, que no da crédito. Vemos al señor Celi junto a Duffy y parece más un amigo que su suegro.

Obviedades y comentarios sobre la edad a parte, nuestra amiga AJ tiene sus trucos infalibles para volver a ganarse el favor y el cariño de su novio. No utiliza los sabios consejos de su amiga Etty Farrell (esposa de Perry Farrell, de Jane's Addiction) sobre intentar ser menos mandona y más responsable, sino que tiene sus propios métodos para arreglar cualquier situación adversa:

"Te he echado de menos. ¿Vamos a la cama?", propone AJ. "Es la mejor idea que has tenido en todo el día", le responde Billy. Y al final de este ajetreado día, enfundada en su pijama (y en su maquillaje perfecto), AJ nos regala unas perlas de sabiduría de incontable valor, que traduciré de la mejor manera posible:

"Una chacha en la cocina, una señora en la calle y... una porn star en la cama. Yo por lo menos tengo asegurada una de esas tres cosas".

No ha sido un episodio en el que hayan sucedido tantas cosas como me dio la sensación viendo el primero. Pero sin duda, ha sido un capítulo colosal que ha empezado con Duff McKagan gritándole a su perro, y eso no tiene precio. Sigo siendo talifán y la única pega que le pongo es que 22 minutos se me hacen cortos, que muchos de los vídeos extras en internet tienen geolimitación, y que pasan demasiados días entre capítulo y capítulo. ¡¡Necesito más!!

2 comentarios:

Noa dijo...

Con tus pedazo de reviews, no hacen falta subtítulos;)
Te salees!

Lou Bishop dijo...

No aparece Mr. Perry Farrell?? Ya estaba bastante loco hace 20 años, no sé cómo debe de estar ahora...