Cerdanyola del Vallès, Barcelona, Septiembre de 2009. Empiezo a leer El Nombre del Viento, libro que me regalaron en una de estas webs de “envíame tu producto gratis, que yo hablaré de él en mi blog”. Llegué al capítulo 14 y lo aparqué, no recuerdo por qué, con su punto de libro, marcando esa página, la primera del capítulo 14. Y esperando se quedó hasta noviembre de 2011.
Pero ya lo dicen: más vale tarde que nunca…
Los que habéis leído El Nombre del Viento, ya conocéis la brevedad de algunos de sus capítulos, así que me quedé muy al principio de la novela. Tan al principio, que no recordaba absolutamente nada de ella y este segundo asalto fue como una primera vez.
Con motivo de la publicación de la segunda parte, que lleva como título El Temor de un Hombre Sabio, y alentada por muchas cosas positivas que leí en Twitter, retomé la historia de Kvothe (que se pronuncia “cuouz”). Tras devorar Canción de Hielo y Fuego, Harry Potter y Las Crónicas del Mago Negro, puedo decir que he aprendido a amar la literatura fantástica. Así que era el momento perfecto.
El Nombre del Viento nos enseña la vida que se esconde detrás de la leyenda. Narrada en primera persona por su propio protagonista y ambientada en un mundo irreal pero coherente, es una historia sorprendentemente creíble, a pesar de tratarse de una novela fantástica.
Las aventuras de Kvothe, uno de los personajes más cautivadores con los que he tenido el placer de toparme en los últimos tiempos, muestran un equilibrio perfecto entre la crudeza de la vida de un joven sin recursos y un mundo mágico en el cual no faltan fuerzas oscuras, hechizos sorprendentes, ni criaturas salvajes y aterradoras.
Con su novela debut, Patrick Rothfuss consiguió atrapar a miles de lectores con una historia fascinante, una narración formidable, muy recomendable tanto para los aficionados al género fantástico como para aquellos que buscáis una novela bien escrita, sorprendente, emocionante y sobre todo: totalmente adictiva. Es una novela ideal para los que busquéis evadiros de la realidad durante un buen rato, tengáis la edad que tengáis.
Estoy esperando a que El Tió, Papá Noel o Los Reyes Magos me traigan la segunda parte: El Temor de un Hombre Sabio, para hincarle el diente (los ojos, mejor dicho) y no soltarlo hasta que no lo haya exprimido, hasta que no haya devorado su última letra. Si me gusta tanto como el primero, misión cumplida, y si me gusta todavía más, seré tremendamente feliz.
Hoy por hoy, la verdad es que no estoy siendo demasiado feliz en este sentido. Tras El Nombre del Viento continué en la senda de lo fantástico y me atreví con uno de los volúmenes de Las Crónicas de Narnia. Siguiendo el consejo de una buena amiga, comencé por El Sobrino del Mago, para iniciar la lectura por orden cronológico. Y no me gustó nada. La narración es tan plana, tan simple, tan “para niños”, que me incomodó incluso. No me gustan las lecturas tan fáciles. Suerte que, al tener tan sólo 120 páginas, el mal trago sólo me duró 2 días.
A continuación, cambié lo fantástico por lo histórico y me animé a leerme Azincourt, de Bernard Cornwell, quien me enamoró con su trilogía Las Crónicas del Señor de la Guerra. Desgraciadamente, Azincourt dista mucho de poderse comparar con ninguna de esas tres obras maravillosas. Pero, a pesar de que el inicio es muy lento y algo pesado, a estas alturas del partido (la página 114 de 457) la cosa se está animando y creo, y espero, que pronto mi opinión cambiará. Pero sobre Cornwell ya hablaré otro día… porque este post tiene como único objetivo recomendaros El Nombre del Viento.
*Escribí sobre El Nombre del Viento y El Temor de un Hombre Sabio en la sección de Cultura de Puntvalles.com, donde he empezado a colaborar recientemente (son artículos escritos en Català). He usado ese texto como punto de partida para redactar este post.
3 comentarios:
Con buenas recomendaciones tambié me lo han dejado hace como un mes y está en lista de espera a que acabe el que tengo entre manos. A ver que tal.
Me la apunto, menudo maratón te has pegado con Canción de fuego y hielo y Harry Potter!, ambas cojonudas.
Espero que ambos quedéis satisfechos con esta novela. ¡Ya me contaréis!
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