
Bones está clasificada como serie procedimental, pero tiene mucho de serial. Lo que le da ese aire culebronesco es, sobretodo, la relación entre la pareja de protagonistas, Seeley Booth (David Boreanaz) y Temperance Brennan (Emily Deschanel). Para mi gusto, la parejita televisiva que mejor siguen los pasos de Mulder y Scully (y si tengo que elegir, me quedo con Booth antes que con Mulder).
Los extraordinarios personajes secundarios de Bones intervienen en todos los casos de esta primera temporada y tienen un peso muy importante en las tramas. Ponen su grano de arena para que disfrutes de la serie sin prejuicios ante esa etiqueta de “Procedimental” que, para algunos, tiene connotaciones muy negativas, y que a mí personalmente me gusta tan poco.
No esperaba que Bones me gustase tanto. Estoy a punto de terminar la primera temporada y, al principio, no entendía muy bien ese amor incondicional que muchas compañeras de afición le profesan al personaje que interpreta Boreanaz, pero capítulo a capítulo he ido comprendiéndolo. Seeley Booth encarna a la perfección el héroe rescata-doncellas que todas apreciamos en el fondo.
Aunque no se me ocurre doncella menos desvalida que la doctora Brennan, lo que no se puede negar es que ambos se complementan perfectamente. La científica independiente y radical y el Caballero Andante del siglo XXI. Brennan es una antropóloga forense contraria a usar la psicología en sus investigaciones. Los huesos y los restos en descomposición le hablan, le dicen qué ha pasado, cómo ha pasado y quién es el culpable. Booth, por el contrario, se siente mucho más cómodo entre los vivos y usando técnicas de investigación e interrogatorio más tradicionales.
Brennan es fría, seria, y casi por completo ajena al mundo que la rodea. Prácticamente no conoce nada de la cultura popular, y esto da lugar a situaciones muy cómicas y a diálogos muy divertidos, tanto con Booth como con el resto de compañeros. El plantel de secundarios de la serie es excelente, y yo siento predilección por el Doctor Daniel Goodman, el jefe del Instituto Jeffersonian y por tanto, jefe de Brennan y su equipo. Tengo entendido que sólo aparece en la primera temporada y esto me ha entristecido. Siendo aficionada (y en épocas estudiante) de Historia, el personaje de un arqueólogo no podía dejarme indiferente.
El resto del equipo: Angela Montenegro, Zach Addy y Jack Hodgins cumplen a la perfección con su cometido. Angela es una amiga entrañable para Brennan, un apoyo que le va muy bien; Zack es el típico cerebrito joven, algo inadaptado, pero encantador, enamorado platónicamente de su jefa, y Hodgins es el más divertido, un excéntrico millonario, que lleva su condición de adinerado casi en secreto, especialista en bichos asquerosos y minerales, que allá donde mira ve una conspiración política a escala mundial.
De momento, mi capítulo favorito de esta primera temporada ha sido el 15: Dos Cuerpos en el Laboratorio (Two Bodies in the Lab), en el que la vida de Brennan está amenazada y Booth se queda con ella en casa, vigilando que nada malo le ocurra. Son tres las escenas que hacen de este capítulo un capítulo especial:
La escena en la que ambos bailan y cantan un tema del grupo de rock Foreigner, que me pareció espectacular, sobretodo por ver a Brennan comportarse de manera tan natural. El momento en que tiene lugar la explosión en la cocina, que fue sorprendente y que me dio un susto de muerte. Y finalmente, la escena en la que él la rescata, pasando los brazos de ella sobre su cabeza y alzándola, pese a estar mal herido. Repito: un caballero andante, aunque Brennan seguramente le llamaría Macho Alfa Dominante, Jefe de la Manada, o algo así…

Me alegro de haber tomado la decisión de empezar con esta serie, fácil de seguir, divertida, con unos personajes cinco estrellas y con unas tramas de lo más interesante. Tengo hasta curiosidad por hacerme con las novelas en la que la serie está basada, pese a que Missmole comentó que la serie no es demasiado fiel al personaje de Temperance… Le daremos una oportunidad, a ver qué pasa.
Por el momento, de lo que estoy segura es que esta serie me la quedo y que las próximas temporadas ya están “en camino”. Bones vale mucho la pena y, aunque muchos me la recomendaron, quien más insistió fue Noa y a ella le doy las gracias especialmente.
Los extraordinarios personajes secundarios de Bones intervienen en todos los casos de esta primera temporada y tienen un peso muy importante en las tramas. Ponen su grano de arena para que disfrutes de la serie sin prejuicios ante esa etiqueta de “Procedimental” que, para algunos, tiene connotaciones muy negativas, y que a mí personalmente me gusta tan poco.
No esperaba que Bones me gustase tanto. Estoy a punto de terminar la primera temporada y, al principio, no entendía muy bien ese amor incondicional que muchas compañeras de afición le profesan al personaje que interpreta Boreanaz, pero capítulo a capítulo he ido comprendiéndolo. Seeley Booth encarna a la perfección el héroe rescata-doncellas que todas apreciamos en el fondo.
Aunque no se me ocurre doncella menos desvalida que la doctora Brennan, lo que no se puede negar es que ambos se complementan perfectamente. La científica independiente y radical y el Caballero Andante del siglo XXI. Brennan es una antropóloga forense contraria a usar la psicología en sus investigaciones. Los huesos y los restos en descomposición le hablan, le dicen qué ha pasado, cómo ha pasado y quién es el culpable. Booth, por el contrario, se siente mucho más cómodo entre los vivos y usando técnicas de investigación e interrogatorio más tradicionales.
Brennan es fría, seria, y casi por completo ajena al mundo que la rodea. Prácticamente no conoce nada de la cultura popular, y esto da lugar a situaciones muy cómicas y a diálogos muy divertidos, tanto con Booth como con el resto de compañeros. El plantel de secundarios de la serie es excelente, y yo siento predilección por el Doctor Daniel Goodman, el jefe del Instituto Jeffersonian y por tanto, jefe de Brennan y su equipo. Tengo entendido que sólo aparece en la primera temporada y esto me ha entristecido. Siendo aficionada (y en épocas estudiante) de Historia, el personaje de un arqueólogo no podía dejarme indiferente.

De momento, mi capítulo favorito de esta primera temporada ha sido el 15: Dos Cuerpos en el Laboratorio (Two Bodies in the Lab), en el que la vida de Brennan está amenazada y Booth se queda con ella en casa, vigilando que nada malo le ocurra. Son tres las escenas que hacen de este capítulo un capítulo especial:
La escena en la que ambos bailan y cantan un tema del grupo de rock Foreigner, que me pareció espectacular, sobretodo por ver a Brennan comportarse de manera tan natural. El momento en que tiene lugar la explosión en la cocina, que fue sorprendente y que me dio un susto de muerte. Y finalmente, la escena en la que él la rescata, pasando los brazos de ella sobre su cabeza y alzándola, pese a estar mal herido. Repito: un caballero andante, aunque Brennan seguramente le llamaría Macho Alfa Dominante, Jefe de la Manada, o algo así…

Me alegro de haber tomado la decisión de empezar con esta serie, fácil de seguir, divertida, con unos personajes cinco estrellas y con unas tramas de lo más interesante. Tengo hasta curiosidad por hacerme con las novelas en la que la serie está basada, pese a que Missmole comentó que la serie no es demasiado fiel al personaje de Temperance… Le daremos una oportunidad, a ver qué pasa.
Por el momento, de lo que estoy segura es que esta serie me la quedo y que las próximas temporadas ya están “en camino”. Bones vale mucho la pena y, aunque muchos me la recomendaron, quien más insistió fue Noa y a ella le doy las gracias especialmente.