Estos últimos días han sido días para terminar con series, para ver sus finales: primero Firefly, y la película Serenity, las cuales merecen un post a parte, y después, los sendos finales de Dirty Sexy Money y de Flight of the Conchords. Bien podría decirse que ha sido una de cal y una de arena.
Dirty Sexy Money ha muerto agonizando. Se emitió parte de la segunda temporada, y precipitadamente se llegó a un final inconcluso. Semanas más tarde, aparecieron los episodios que darían cierre a la serie: del décimo al decimotercero. No ha sido una aventura tan divertida vivir cerca de los Darling como lo ha sido seguir las peripecias de Brett & Jemaine. La resolución de la misteriosa muerte de Dutch George ha sido, en una palabra: chapucera. Si bien yo ya imaginé que el padre de Nick no había muerto, porque era una posible salida al misterio y quizás una bastante chocante, tal y como la han presentado no ha valido para nada.
Una confesión de Simon Elder en la cama de un hospital privado, hecha de cualquier manera a Nick, el cual termina la frase por Simon a través de no sé qué deducción que obtiene al pensar en la falsa acusación hacia Leticia Darling, es como se llega al final de esta serie que, si bien al principio prometía, luego se ha convertido en un culebrón malo lleno de situaciones inverosímiles. No obstante, yo aún me esperaba un final peor: un final totalmente abierto, centrado en el romance entre Nick y Kate o centrado en alguna tontería sobre Jeremy Darling.
En cambio, el final de Flight of the Conchords ha sido, desde mi punto de vista, precipitado. No creo equivocarme al decir que han dejado a los fans con ganas de más. Y me pregunto si tan malas eran las audiencias, o si es verdad que Brett y Jemaine querían acabar de esta manera, por su intención de convertir la serie en serie de culto. A diferencia de Dirty Sexy Money, Flight of the Conchords ha tenido un final auténtico, entendido como tal: la expulsión del país del dúo por descubrir su condición de ilegales en un musical terriblemente absurdo, lo que viene siendo la marca de la casa, ideado cómo no por Murray, su manager. Personalmente, el episodio me ha dejado buen sabor de boca, pero la brevedad de estas dos temporadas de esta serie cómica, absurda y musical, no ha saciado mis ganas de Conchords. Se rumorea que habrá película, aunque yo estaría dispuesta a sacrificar ver a Flight of the Conchords en pantalla grande (en el supuesto que llegase) por tener otra temporada más.
SPOILERS SOBRE ESTAS DOS SERIES, AMBAS AMBIENTADAS EN NUEVA YORK, A PARTIR DE AQUÍ

Una confesión de Simon Elder en la cama de un hospital privado, hecha de cualquier manera a Nick, el cual termina la frase por Simon a través de no sé qué deducción que obtiene al pensar en la falsa acusación hacia Leticia Darling, es como se llega al final de esta serie que, si bien al principio prometía, luego se ha convertido en un culebrón malo lleno de situaciones inverosímiles. No obstante, yo aún me esperaba un final peor: un final totalmente abierto, centrado en el romance entre Nick y Kate o centrado en alguna tontería sobre Jeremy Darling.
