Judas Priest encabezan el cartel del Priest Fest, que tiene como invitados especiales a Megadeth y a Testament. Cuando llegamos al recinto la actuación de estos últimos está más o menos a la mitad. No es un grupo que me haya interesado nunca, así que no es mi prioridad ver su show, apenas les conozco y por lo que oigo, siguen sin interesarme, aunque sí quiero decir que me los imaginaba más 'bestias'.
A las 9 en punto Dave Mustaine hace su aparición en escena. Dave Mustaine y tres músicos más, bajo el nombre de Megadeth. El show, para mi gusto, no empieza bien con el tema 'Sleepwalker', no creo que sea un tema demasiado bueno y lo alargan en exceso. El sonido no es bueno tampoco, y no mejorará a lo largo de la actuación, que seguirá siendo un 'barullo' molesto entre el cual a ratos cuesta distinguir la voz.
Llevo yendo a conciertos de Megadeth desde 1997, quizás este fuese el sexto o séptimo al que asisto y lamentablemente, he de decir que es el que menos me ha gustado. Megadeth es una de mis bandas favoritas y les recrimino que, si tienen un show sólo de una hora de duracion y un set list de 12 canciones, deberían esmerarse más en la selección y ordenación de los temas. No creo que sea procedente meter el 'Tout le Monde' la tercera de la lista, lo consideré fuera de lugar. A modo anecdótico comentar que encontré a Mustaine más comunicativo que de costumbre y me sorprendió incluso verle dar algún saltito que no esperaba.
Y en conclusión, no diré que me defraudó porque no faltaron los clásicos y mi canción favorita: 'In my darkest hour', pero que me fastidió el mal sonido que tuvieron, muy probablemente ajeno a la responsabilidad de Mustaine y compañía. Y que eché de menos algún tema y me sobró algún otro, pero eso siempre pasa, sobretodo en festivales en los que los set lists son un poco raros y el tiempo de show se ve recortado.
A las 10 y media pasadas salieron los británicos Judas Priest. No me considero fan de la banda y sólo conozco los grandes éxitos de toda la vida. Pero se les ha de reconocer que tienen una puesta en escena espectacular, y que Rob Halford, además de hacer gala de una voz que lo sitúa en el podium de las mejores voces del metal, es todo un showman. Los primeros minutos del espectáculo fueron alucinantes, con Halford apareciendo en la parte superior de un lateral del escenario, envuelto en una capa plateada y brillante que no dejaba ver nada de él. Sólo le oíamos. Cuando se despojó de la capa, y el local se vino abajo, no descendió al centro del escenario, sino que volvió a desaparecer con el ascensor que lo había subido a la plataforma donde se encontraba.
Luego hizo su aparición a través de unas puertas que se encontraban en el centro de la escena, bajo la batería, y por las cuales vimos aparecer a lo largo del show también un trono en el que Halford cantó sentado y finalmente, la gran moto, uno de los momentos estelares de todo concierto de Judas que se precie. Todo un espectáculo que tuvo sus momentos musicalmente álgidos cuando se tocaron los clásicos, con especial entrega del público en 'Breaking the Law' y 'Painkiller'.
En general, una gran noche de Metal, a pesar del cansancio que una arrastraba por haberse levantado a las seis y media de la mañana, y a pesar del pequeño 'chasquito' que me llevé con el show de Megadeth por culpa del mal sonido.
1 comentarios:
Una lástima lo de Megadeth, en madrid sonaron genial, pero bueno, el año que viene les podremos ver de nuevo y seguro que no nos defraudan.
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