Esperaba como agua de mayo este concierto. Lo esperaba con muchas ganas desde que se anunció, e incluso antes del anuncio, ya que Buckcherry es una de mis bandas favoritas, a la que sigo desde su primer Lp, aquél disco homónimo de la chica tatuada en portada. Tras haberlos visto en el marco del festival Kobetasonik en 2009, a media tarde, y habiendo flipado de lo lindo a pesar de lo breve de la actuación y de la luz del día, un show como el de anoche en Sala Bikini prometía. La expectación por mi parte era máxima, la emoción incontrolable... Y me vi recompensada con creces, como fan y como público habitual de conciertos de Rock.
[Aquí te lo cuento todo.]
Jueves, 16 de junio. Sala Bikini, Barcelona. Empieza la gira española de Buckcherry. Una gira fugaz de tres noches seguidas, que incluye también Madrid y Pamplona. Llegaban a Barcelona tras 30 horas de viaje en autobús desde el Reino Unido, tal y como el guitarrista Stevie Decanay nos había contado vía Twitter.
Pero al contrario de lo que esto nos
pueda llevar a pensar, el cansancio parecía no haber hecho mella en
ninguno de los miembros de esta banda de hard rock angelina que
ofrecieron un show cargado de energía, buen rollo y sobre todo, mucha
actitud.
Arrancaron con Dead, de su último disco: All Night Long.
Pero a pesar de ser éste el trabajo que presentan en esta gira, no le
dan absoluta prioridad, y dan un buen repaso a los temas más cañeros y
emblemáticos de su ya más que respetable discografía, que incluye cinco
álbumes.
Canciones como Rescue Me, It’s a Party, Oh my Lord, Recovery, Everything, Next to You…
hicieron que la Sala Bikini se moviese y enloqueciese, sin dejar de
bailar, saltar y acompañar al hiperactivo frontman de la banda, Josh Todd, coreando todos los temas.
Todd está hecho un auténtico figurín y
es puro nervio. Luce con orgullo sus coloridos tatuajes y nos cautiva
con sus bailes sexys, ofreciendo un espectáculo que a nadie deja
indiferente. Sólo se permitió un pequeño descanso en su danza frenética
para interpretar la balada Sorry, y ni entonces cesó su contoneo de caderas.
Los momentos álgidos de la noche fueron cómo no, el himno Lit Up, con toda la sala saltando al ritmo de su conocidísimo “I love the cocaine” y Crazy Bitch,
precedida de un pequeño discurso del vocalista sobre qué es lo que hace
girar el mundo: “¿El dinero? No, no es el dinero, es el sexo (fucking, dijo él). No lo olvides, jovenzuelo”.
La interactuación con el público fue
constante, tanto por parte de Josh Todd como del resto de la banda, con
los guitarristas y el bajista lanzando púas, el batería Xavier Muriel diciendo algunas cosas en castellano… y con Stevie Decanay haciendo algo de stage diving para el delirio de los fans en las primeras filas.
Una noche divertida y maravillosa de Rock and Roll, que tuvo como colofón los temas Borderline y Crushed, de su primer disco, que Buckcherry reservaron para los bises.
Y a título personal de la que suscribe,
un show espectacular que cubrió mis más altas expectativas tanto a nivel
musical como visual. Además, el buen sonido de la Sala Bikini es un
añadido a tener en cuenta. Toda una experiencia.
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