lunes, 22 de febrero de 2010

Anatomía de Grey: S06e03 - De visitas, horrores y mentiras

Bésame, tonto

Cuando acabé la 4a temporada de Friday Night Lights mi casilla de "Dramones" quedó vacía. Había llegado el momento de empezar la 6a temporada de Anatomía de Grey, de la que ya tengo acumulados unos cuantos capítulos para ir viendo, como marca la tradición: sábados y domingos con el desayuno.

En este tercer episodio, I Always Feel Like Somebody's Watchin' Me (que no había un título más largo), ingresa en el Seattle Grace una madre enferma con su hijo adulto y esquizofrénico. El hijo no es otro que el actor que hizo de Thomas Cromwell en The Tudors y, de la misma manera que cuando lo vi en Fringe, me ha hecho mucha gracia encontrar de nuevo al actor James Frain.


Pero lo que no me ha hecho nada de gracia ha sido la breve historia del bebé al que le han cortado un bracito cuando le están practicando una cesárea a su madre. No soy aprensiva, no me impresionaban las operaciones de Nip Tuck, me he tragado más de un documental de intervenciones quirúrgicas en televisión, y lo que veo normalmente en Anatomía de Grey de sangre y vísceras no me impresiona, incluso lo encuentro light.

Pero esto me ha impresionado. ¿Un bebé recién nacido con el bracito parcialmente separado del cuerpo? ¡Hombre por Dios! Qué horror más grande. Con el primer plano que se nos enseña ya lo hubiésemos pillado, no eran necesarios todos lo demás... y venga, y otra, y otra vez...

Porque resulta que Christina Yang le ha hecho creer a Arizona Robins que le gustan los niños y que está interesada en trabajar con ella en Pediatría. Naturalmente, esto es inconcebible, tratándose de la fría y peculiar Christina Yang. Ha mentido a Arizona porque quiere salvarse de la quema en esta fusión con el Mercy West que dejará a varios sin trabajo. La crisis también se hace notar en el Seattle Grace.

Aunque esta no es la gran mentira, esto es una mentirijilla que se descubre pronto y que no tendrá mayores consecuencias. La gran mentira es la que se repite una y otra vez en esta serie, siempre que alguien le dice al personaje interpretado por Sandra Oh: "Qué guapa eres", "Eres muy guapa" o "Eres preciosa". De acuerdo que para gustos, colores, pero... ¿En serio?


Recuerdo que cuando Critico en Serie fue Ajusticiado por The TV Slayers hizo mención de este asunto y comparto su incredulidad cada vez que veo cómo quieren colarnos a Christina Yang como a una tía de bandera. No coincido con él en lo referente a Callie Torres (Sara Ramírez) a quien sí considero una mujer muy guapa. Pero, a ver... ¡¿Christina Yang es "preciosa"?! Que no hombre, que no...

2 comentarios:

Noa dijo...

A mi me mola que saquen cuanto más cosas mejor, aunque en esta serie particularmente, están muy mal hechas...
Christina Yang es fea, de las feas de toda la vida, horrorosa, y además, la detesto. Al principio su papel me hacía gracia, ahora me agota.

Un telespectador más dijo...

A mi esta temporada me cansó muchisimo, de hecho la tengo aparcada desde el parón navideño peor me comentan que va mejorando poco a poco (aunque bueno, igual es que mis amigos también son demasiado fans...)asi que igual un dia de esto gracias a los Juegos de invierno le doy una oportunidad...

Y si, Yang es fea, fea, fea...pero a mi como personaje me encanta (aunque ya no es ni la sombra de lo que fue)

Saludos!