Esta semana, Mia ha acudido a ver a Paul Weston, en lugar de reunirse en el bufete de abogados donde ella trabaja, tal y como ocurrió en la pasada semana, al piso de este, donde vive y donde recibe a sus pacientes, en Brooklyn. Mia ya no lleva el proceso al que se enfrenta Paul, sino que acude a verle un poco como visita de cortesía. Ella se niega a llamarlo una sesión de psicoterapia, ella lo que le pide a Paul es simplemente 'ayuda'; pero los hechos son claros y al final del capítulo la sensación que queda es la de haber presenciado otra de las reuniones de Paul con uno de sus pacientes para tal fin.
En esta reunión, Mia culpa a Paul de todo lo que le ha ocurrido en los pasados veinte años, desde que terminaron su tratamiento. La principal de estas acusaciones se centra en un presunto mal consejo, o en lo que ella cree que fue un consejo de Paul para no llevar adelante su embarazo, cuando ella tenía 22 años. Naturalmente, Paul le dice que se asegure que él le dijese tal cosa... y es que cuesta creer que un terapeuta te haga una recomendación como esa. La cuestión es que la frase que Mia le dice a Paul a la hora de la despedida, es demoledora: 'Me debes un hijo'.
Tal y como me pasó la semana pasada, después de este episodio centrado en Mia me he quedado con ganas de más.
Luego le tocaba el turno al capítulo correspondiente al martes, con April. La semana pasada lo dije: me dio muy mal rollo. Me planteé no seguir estos capítulos y lo he hecho. He dudado mucho y he estado un rato pensando en si verlo o no, y finalmente, he pasado al de Oliver, el niño cuyos padres se están divorciando, dejando a April para el final o quizás para nunca. Las sesiones con Oliver siguen igual, no se hacen pesadas ni tampoco tremendamente interesantes. Pero no sé qué tiene In Treatment, creo que la palabra es 'hipnotizante'. Esos partidos de tenis en forma de conversación, el toma y daca, incluso los silencios, a mí me tienen con las orejas bien atentas y los ojos pegados a la pantalla. Incluso respiro con cuidadito para no perder detalle de lo que estoy viendo y escuchando. Y estoy absolutamente segura de que la culpa de esto la tiene Gabriel Byrne, su personaje Paul. Da la sensación de que los pacientes son meros complementos para que él haga su trabajo de manera impecable.
El cuarto día de la semana es para Walter. El hombre de negocios con crisis de pánico cuya hija está en Ruanda haciendo trabajos humanitarios. En esta sesión me ha parecido que han dado pasos de gigante en el diagnóstico. Se han remontado a la infancia de Walter, quien perdió un hermano siendo un niño. De hecho, esta semana, si tenemos en cuenta las reuniones con Mia, con Walter y la que mantiene el mismo Paul con Gina, todas tienen algo en común: la importancia del pasado, del paso del tiempo, de lo que fueron y ya no son, o de lo que podrían haber sido si las circunstancias hubiesen sido diferentes.
En el capítulo de Walter aparece Rosie, la hija de Paul, quien va a visitarle y le dice 'no te mereces esto'; realmente, es la misma sensación que yo tengo en cuanto a todo el tema del divorcio entre Paul y Kate. Y es Kate quien aparece por primera vez en esta temporada en el quinto y último episodio de la semana, en la reunión que Paul tiene con Gina. Además de Kate, vuelve a aparecer Tammy Kent. Tammy Kent adquiere importancia y se intuye que en los próximos episodios tendrá un papel crucial en la serie, y en lo que a las sesiones de terapia del mismo Paul se refieren. Ella era su novieta en el instituto, y además su vecina. Paul tiene lagunas sobre una noche en la que ocurrió algo malo a su madre, y cree que Tammy Kent puede tener la clave. Aunque le ha prometido a Gina que, mientras ambos sean pacientes suyos, no tendrán una relación, al final del capítulo se le ve llamándola, en principio para preguntarle por su madre, pero yo creo que algo más ocurrirá.
Las sesiones de Paul con Gina siguen siendo mis favoritas. Además de tratar sobre Tammy Kent, sobre su pasado y sobre pacientes de la primera temporada como Alex o Laura, hecho que me parece super positivo ya que da una continuidad a la serie y a los personajes que me gusta mucho, destaco que quizás no estoy tan equivocada en aparcar (ya sea temporal o definitivamente) las sesiones de los martes con April. La única duda que tenía sobre si hacerlo o no era por si después esta decisión iba a hacer que me perdiese cosas importantes de los capítulos con Gina, y no. En esta sesión por lo menos, el nombre de April no ha aparecido para nada. Bueno, de hecho, en esta sesión, ninguno de los pacientes que actualmente Paul trata han salido en la conversación. Así que de momento, April se queda en el tintero.
En esta reunión, Mia culpa a Paul de todo lo que le ha ocurrido en los pasados veinte años, desde que terminaron su tratamiento. La principal de estas acusaciones se centra en un presunto mal consejo, o en lo que ella cree que fue un consejo de Paul para no llevar adelante su embarazo, cuando ella tenía 22 años. Naturalmente, Paul le dice que se asegure que él le dijese tal cosa... y es que cuesta creer que un terapeuta te haga una recomendación como esa. La cuestión es que la frase que Mia le dice a Paul a la hora de la despedida, es demoledora: 'Me debes un hijo'.
Tal y como me pasó la semana pasada, después de este episodio centrado en Mia me he quedado con ganas de más.
Luego le tocaba el turno al capítulo correspondiente al martes, con April. La semana pasada lo dije: me dio muy mal rollo. Me planteé no seguir estos capítulos y lo he hecho. He dudado mucho y he estado un rato pensando en si verlo o no, y finalmente, he pasado al de Oliver, el niño cuyos padres se están divorciando, dejando a April para el final o quizás para nunca. Las sesiones con Oliver siguen igual, no se hacen pesadas ni tampoco tremendamente interesantes. Pero no sé qué tiene In Treatment, creo que la palabra es 'hipnotizante'. Esos partidos de tenis en forma de conversación, el toma y daca, incluso los silencios, a mí me tienen con las orejas bien atentas y los ojos pegados a la pantalla. Incluso respiro con cuidadito para no perder detalle de lo que estoy viendo y escuchando. Y estoy absolutamente segura de que la culpa de esto la tiene Gabriel Byrne, su personaje Paul. Da la sensación de que los pacientes son meros complementos para que él haga su trabajo de manera impecable.
El cuarto día de la semana es para Walter. El hombre de negocios con crisis de pánico cuya hija está en Ruanda haciendo trabajos humanitarios. En esta sesión me ha parecido que han dado pasos de gigante en el diagnóstico. Se han remontado a la infancia de Walter, quien perdió un hermano siendo un niño. De hecho, esta semana, si tenemos en cuenta las reuniones con Mia, con Walter y la que mantiene el mismo Paul con Gina, todas tienen algo en común: la importancia del pasado, del paso del tiempo, de lo que fueron y ya no son, o de lo que podrían haber sido si las circunstancias hubiesen sido diferentes.
En el capítulo de Walter aparece Rosie, la hija de Paul, quien va a visitarle y le dice 'no te mereces esto'; realmente, es la misma sensación que yo tengo en cuanto a todo el tema del divorcio entre Paul y Kate. Y es Kate quien aparece por primera vez en esta temporada en el quinto y último episodio de la semana, en la reunión que Paul tiene con Gina. Además de Kate, vuelve a aparecer Tammy Kent. Tammy Kent adquiere importancia y se intuye que en los próximos episodios tendrá un papel crucial en la serie, y en lo que a las sesiones de terapia del mismo Paul se refieren. Ella era su novieta en el instituto, y además su vecina. Paul tiene lagunas sobre una noche en la que ocurrió algo malo a su madre, y cree que Tammy Kent puede tener la clave. Aunque le ha prometido a Gina que, mientras ambos sean pacientes suyos, no tendrán una relación, al final del capítulo se le ve llamándola, en principio para preguntarle por su madre, pero yo creo que algo más ocurrirá.
Las sesiones de Paul con Gina siguen siendo mis favoritas. Además de tratar sobre Tammy Kent, sobre su pasado y sobre pacientes de la primera temporada como Alex o Laura, hecho que me parece super positivo ya que da una continuidad a la serie y a los personajes que me gusta mucho, destaco que quizás no estoy tan equivocada en aparcar (ya sea temporal o definitivamente) las sesiones de los martes con April. La única duda que tenía sobre si hacerlo o no era por si después esta decisión iba a hacer que me perdiese cosas importantes de los capítulos con Gina, y no. En esta sesión por lo menos, el nombre de April no ha aparecido para nada. Bueno, de hecho, en esta sesión, ninguno de los pacientes que actualmente Paul trata han salido en la conversación. Así que de momento, April se queda en el tintero.
3 comentarios:
En alguna película ha fallado pero parandome a pensar byrne es bueno casi siempre. No sabía que tenía serie, me va despertando el interés en verla.
Sí, la verdad es que esta sesión con Gina apenas ha tenido referencias a la semana con los pacientes.
A mí me gusta cada vez más la sesión de los miércoles (de la de April ni te hablo, jeje): el simbolismo de la partida de cartas en la primera semana o la tortuga de esta segunda... Y, además, el chaval que interpreta a Oliver me parece un actor excelente: tristón, abrumado, nada repelente (algo que suele ocurrir en muchos niños actores).
Por cierto, tras lo visto en el capítulo de Gina, también parece que la propia esposa de Paul seguirá cogiendo fuerza, ¿no?
primer anuncio!!! Felicidades!!! ;)
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