Ver una semana de In Treatment del tirón me parece una muy buena manera de ver esta serie, y es de la manera en que ya vi su primera temporada. La primera temporada me gustó mucho al principio aunque luego decayó un poquito mi entusiasmo por ella, para finalmente dejarme un buen recuerdo. Esta segunda temporada ha empezado así:
1. Lunes: Mia. Mia es el nombre de la abogada que llevará la demanda a la que se enfrenta Paul Weston (Gabriel Byrne) interpuesta por la familia del personaje de la primera temporada, Alex (Blair Underwood). Paul y Mia tienen una historia previa, ya que él fue su terapeuta muchos años atrás. Lo que empieza siendo una reunión de trabajo por el caso legal, desemboca en algo bastante parecido a una sesión de terapia y en una retahíla de reproches de Mia hacia su ex-terapeuta.
El personaje de Paul le sienta a Gabriel Byrne como un guante. Sus expresiones, la manera de hablar... se me hace tan creíble que a veces me pregunto si Byrne no se estará interpretando a sí mismo. Supongo que la cuestión es que es muy buen actor. Y estas reuniones con Mia se me antojan muy sustanciosas, me he quedado con muchas ganas de ver la continuación. Y eso es genial.
2. Martes: April. En cambio las sesiones con April me han despertado sentimientos negativos. Lo que le ocurre a esta paciente es duro, feo, terrible. Y es probable que incluso me salte estas sesiones, ya que soy muy sensible para según qué cosas y no quiero pasarlo mal. Destaco de nuevo las caras de Gabriel Byrne, sobretodo en el momento en el que ella le pasa un papelito en el que ha escrito lo que le ocurre, y él pone una expresión de desconcierto impresionante.
3. Miércoles: Oliver y sus padres. Oliver es un niño cuyos padres están en proceso de divorcio. Los padres acuden a la sesión con el crío. No es el episodio que más me ha gustado, creo que es bastante típico: el niño que se ve en medio del fuego cruzado entre los padres que se están divorciando. La gracia reside en la mano izquierda que Paul tiene con el crío. Y es que siempre es Paul (o Byrne) el que reluce, el que nos regala una actuación magistral.
4. Jueves: Walter. Este personaje, interpretado por el veterano actor británico John Mahoney, me ha gustado mucho. La manera que tiene de hablar sobre su hija, de leerle a Paul el e-mail que ella le ha escrito, es emocionante. Es un personaje que se me antoja entrañable. Walter es un importante hombre de negocios que acude a terapia porque tiene problemas para dormir, tiene que lidiar con una vida estresante... lo que es de recibo en su trabajo y posición. Un episodio con mucha carga emocional. Junto con las sesiones de Mia del lunes, creo que las de Walter serán de mis favoritas.
5. Viernes: Gina. Por último, Paul acude a visitar a su vieja amiga y mentora, Gina. Me alegra que lo hayan mantenido para esta segunda temporada, ya que esas sesiones eran de mis favoritas en la primera. Gracias a las reuniones que Paul tiene con Gina podemos saber más sobre él, ya que se abre, muestra su mal genio, su sarcasmo. Gina sin embargo es toda dulzura y calma, ya ha escrito su libro y ha reanudado su trabajo como terapeuta, visitando a pacientes; Paul aún no ha leído este libro porque, tal y como ya se nos dejó saber en la primera temporada, él aparece.
En un principio, Paul va a casa de Gina a hablar sobre el tema de la demanda a la que se enfrenta y por la que Gina tendrá que ir a declarar. Pero finalmente, le reconoce que necesita ayuda, que necesita alguien en quien confiar, y acuerdan mantener unas sesiones de terapia a la vieja usanza, y no sesiones de supervisión como las que tenían en la anterior temporada.
En resumen, esta primera semana me da que pensar que la segunda temporada tiene, al igual que la primera, de todo un poco. Es inevitable que no todos los personajes gusten, es inevitable que entren ganas de saltarse algunas sesiones. Y seguro que algunos de los pacientes que ahora no me llaman demasiado la atención, pasen a sorprenderme, y a la inversa. Pero eso habrá que verlo semana a semana.
1. Lunes: Mia. Mia es el nombre de la abogada que llevará la demanda a la que se enfrenta Paul Weston (Gabriel Byrne) interpuesta por la familia del personaje de la primera temporada, Alex (Blair Underwood). Paul y Mia tienen una historia previa, ya que él fue su terapeuta muchos años atrás. Lo que empieza siendo una reunión de trabajo por el caso legal, desemboca en algo bastante parecido a una sesión de terapia y en una retahíla de reproches de Mia hacia su ex-terapeuta.
El personaje de Paul le sienta a Gabriel Byrne como un guante. Sus expresiones, la manera de hablar... se me hace tan creíble que a veces me pregunto si Byrne no se estará interpretando a sí mismo. Supongo que la cuestión es que es muy buen actor. Y estas reuniones con Mia se me antojan muy sustanciosas, me he quedado con muchas ganas de ver la continuación. Y eso es genial.
2. Martes: April. En cambio las sesiones con April me han despertado sentimientos negativos. Lo que le ocurre a esta paciente es duro, feo, terrible. Y es probable que incluso me salte estas sesiones, ya que soy muy sensible para según qué cosas y no quiero pasarlo mal. Destaco de nuevo las caras de Gabriel Byrne, sobretodo en el momento en el que ella le pasa un papelito en el que ha escrito lo que le ocurre, y él pone una expresión de desconcierto impresionante.
3. Miércoles: Oliver y sus padres. Oliver es un niño cuyos padres están en proceso de divorcio. Los padres acuden a la sesión con el crío. No es el episodio que más me ha gustado, creo que es bastante típico: el niño que se ve en medio del fuego cruzado entre los padres que se están divorciando. La gracia reside en la mano izquierda que Paul tiene con el crío. Y es que siempre es Paul (o Byrne) el que reluce, el que nos regala una actuación magistral.
4. Jueves: Walter. Este personaje, interpretado por el veterano actor británico John Mahoney, me ha gustado mucho. La manera que tiene de hablar sobre su hija, de leerle a Paul el e-mail que ella le ha escrito, es emocionante. Es un personaje que se me antoja entrañable. Walter es un importante hombre de negocios que acude a terapia porque tiene problemas para dormir, tiene que lidiar con una vida estresante... lo que es de recibo en su trabajo y posición. Un episodio con mucha carga emocional. Junto con las sesiones de Mia del lunes, creo que las de Walter serán de mis favoritas.
5. Viernes: Gina. Por último, Paul acude a visitar a su vieja amiga y mentora, Gina. Me alegra que lo hayan mantenido para esta segunda temporada, ya que esas sesiones eran de mis favoritas en la primera. Gracias a las reuniones que Paul tiene con Gina podemos saber más sobre él, ya que se abre, muestra su mal genio, su sarcasmo. Gina sin embargo es toda dulzura y calma, ya ha escrito su libro y ha reanudado su trabajo como terapeuta, visitando a pacientes; Paul aún no ha leído este libro porque, tal y como ya se nos dejó saber en la primera temporada, él aparece.
En un principio, Paul va a casa de Gina a hablar sobre el tema de la demanda a la que se enfrenta y por la que Gina tendrá que ir a declarar. Pero finalmente, le reconoce que necesita ayuda, que necesita alguien en quien confiar, y acuerdan mantener unas sesiones de terapia a la vieja usanza, y no sesiones de supervisión como las que tenían en la anterior temporada.
En resumen, esta primera semana me da que pensar que la segunda temporada tiene, al igual que la primera, de todo un poco. Es inevitable que no todos los personajes gusten, es inevitable que entren ganas de saltarse algunas sesiones. Y seguro que algunos de los pacientes que ahora no me llaman demasiado la atención, pasen a sorprenderme, y a la inversa. Pero eso habrá que verlo semana a semana.
6 comentarios:
Yo tengo unos cuantos capítulos de la primera temporada esperándome... Ya te contaré. Un gran beso!
¡No, por favor, no dejes a April!
A mí, sin embargo, me ha parecido de los mejores personajes. Me da la impresión de que será (salvando las distancias) algo parecido a Sophie. En todo caso, conociendo a Rodrigo García seguro que reinventan los paralelismos. El segundo episodio me pareció un excelente ejemplo de por qué In Treatment está tan lejos del teatro (es recurrente la comparación). Una planificación a base de encuadres cortos donde las miradas nos transmiten muchísimo, nos cuentan parte de la historia.
El otro gran hallazgo, para mí, ha sido la vuelta a las sesiones con Gina. Con ese inicio tan demoledor en el tren, con ese desconocido. Una vez más, los capítulos con Gina nos obligan a releer toda la semana y nos abren nuevos ángulos sobre lo que Paul piensa sobre ellos.
ULYANOV, es una serie de episodios cortos que se presta a maratones.
NAHUM, lo siento pero no, yo no veo series para hundirme, las veo para disfrutar. Y del personaje de April no disfruté en absoluto el primer día, me dejó un mal sabor impresionante. La aparto. Si luego me contáis que hay final feliz o yo qué sé, puede que le dé una oportunidad. Puede que no.
Entiendo lo que dices, pero es que si no, te perderás cosas de las sesiones con Gina, ¿no?
Quizá en ese mal sabor hay redención, como pasaba con la Sophie de la primera temporada.
No sé, tampoco las sesiones de los miércoles y los jueves son muy animantes, ¿no crees? Recuerda lo que le pasó a Mahoney al final de su episodio...
Supongo que es la grandeza de esta serie: enfrentar al espectador -desde la sutileza y el drama bien escrito- a conversaciones que abren la intimidad, que nos acercan a problemas internos.
No compares una crisis de ansiedad con lo que tiene April. Vamos, de aquí a Lima. Que no, que no me vas a convencer.
Que luego me como la cabeza y veo fantasmas donde no los hay.
Aún estoy con la primera temporada, así que de momento dejo esta entrada aparcada.
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