
El ritmo in crescendo de The Vampire Diaries tiene su momento cumbre en el último episodio de esta primera temporada: Founder's Day. Un cliffhanger de los que dejan huella nos dice adiós hasta septiembre y yo me despido de esta semana tan intensa de hormonas alborotadas y mordiscos sangrientos. The Vampire Diaries: ¡qué gran experiencia!
Si hablar de la primera parte de la temporada sin spoilers fue muy difícil, hacerlo sobre esta segunda mitad es prácticamente imposible, y muchas de las cosas que me apetece comentar se quedarían en el tintero. Así que si no has visto la primera temporada de TVD,
lee mi anterior post, ponte con ello y luego ¡pásate por aquí a leer y a comentar!. Avisados estáis:
ESTE POST CONTIENE SPOILERS
Como ya comenté en la entrada anterior, uno de los signos más característicos de TVD es la gran cantidad de cosas que nos explican en un sólo episodio. Por ejemplo: ese vampiro pizzero acosador que además estaba relacionado con Anna y que le hace la vida imposible a Elena, nos regala con su actuación de stalker una excursión en coche de Damon y Peloliso que da mucho de sí.
En un sólo episodio puedes ver un accidente de coche, un rescate digno de caballero andante, un road trip, una pelea, una borrachera absurda, y finalmente, cómo Damon le arranca el corazón del pecho a Bree (Gina Torres) mientras ella aún está de pie y hablando. ¡Un capítulo redondo!
Siguen las salvajadas y sigue el trato peculiar que la serie da a sus personajes, sobre todo a los secundarios: hoy estás, mañana no, hoy no eres más que una excusa y mañana serás la clave para el desarrollo de la trama. Así que si obvié en mi anterior entrada a personajes como Logan, el reportero más dicharachero de Mystic Falls, o a Kelly, cougar y madre de Matt, a quien tenemos que agradecer una escena de las super-hot, es totalmente comprensible, porque su importancia es relativa y su popularidad varía según el momento.
Logan es el ex de Jenna, la tía de Elena y Jeremy. Porque, aunque Jenna está en el grupúsculo de los adultos insignificantes de la serie, es muy guapa y tiene que tener novietes a discreción. Tenemos a su ex: Logan, con el que tendrá un acercamiento, antes de que se transforme en vampiro; tenemos a Alaric, con quien se enrollará y a través del cual descubrirá que Isobel sigue con vida (más o menos), y tenemos a John Gilbert, el hermano de su cuñado, con el que tuvo algo en el pasado. ¿Quién dijo culebrón? Yo.
El momento en el que Jenna y Alaric ponen en común en el porche el nombre de Isobel, yo me vi venir una escena "Yo soy tu padre" entre Alaric y Elena, aunque luego la historia resultó más complicada todavía. Pero no adelantemos acontecimientos.
Jenna también le hace ojitos a
Damon Somerhalder y comenta a sus espaldas cuán
hot es, sin saber que él se está enterando de todo y haciendo muecas sin parar (
vídeo aquí). Jenna es un personaje bastante vacío, aunque conozca algún secreto sobre Elena, que en la segunda parte de la temporada no ganará para sorpresas y disgustos.
Uno de los momentos más "oy oy oy..." es cuando Stefan le dice a Elena: "you're adopted". Le cuenta también más detalles sobre el accidente de sus padres, donde él estuvo. Porque él lo sabe todo, y aquí nada es casualidad.

Como en los culebrones más auténticos, los lazos familiares serán un enredo que roza lo fantástico: aquellos que considerabas tuyos no lo son, y el último en llegar será el hombre-Coca Cola, es decir, "la chispa de la vida". Reconozco que yo no me vi venir que John Gilbert fuese el padre biológico de Elena, y luego cuando me cuentan que fue él quien puso a Isobel en contacto con Damon por recomendación de Katherine, entonces ya me vuelvo loca.
La historia de Isobel es de lo más culebronesca: embarazada a los 16, deja a su hija al cuidado de una familia que no puede tener hijos... y reaparece convertida en una auténtica psicópata. Ha desconectado su humanidad, y no siente ni padece, ni siquiera por su hija. El entramado de relaciones que este personaje se trae entre manos es digno de estudio, y el encuentro que tiene con Damon en el episodio que lleva su nombre, muy llamativo (
vídeo aquí, odio a Youtube).
Isobel es la ex mujer de Alaric, quien llega a Mystic Falls presuntamente como nuevo profesor de historia, pero que en realidad va a vengarse de Damon porque convirtió a su esposa en vampiro. Posteriormente, Alaric y Damon serán comunmente conocidos como el dúo dinámico.
Alaric tiene un anillo, atención. En esta serie todo es sobre la bisutería, así que no hay que pasar por alto ni anillos horteras, ni relojes de bolsillo ni nada parecido, seguro que tienen un valor intrínseco alucinante. Y John Gilbert tiene otro. Así que vemos a Damon asesinarlos a los dos de una manera maravillosa, para que luego ambos se pongan en pie como si nada.
John Gilbert es David Anders, actor que siempre recordaré por ser Sark en Alias, y aparece en los últimos episodios de la primera temporada de TVD. Además del momento en el que Damon le parte el cuello y lo tira desde una azotea, tiene otro gran momento de dolor en el último episodio, cuando "la que no es Elena" le corta los dedos de cuajo para librarlo del anillo que le protege.
Me encantó esa escena, y es que Gilbert no se hace querer, precisamente, sobre todo en el momento en que le clava una estaca en el corazón a la pobre Anna, mientras pretende reducir a cenizas a Damon y a unos cuantos vampiros más.
Damon Somergrijander sigue soltando perlas siempre que tiene ocasión y es el rey de la mueca, en esos momentos cómicos en los que se hace el chulito. Pero sobretodo, sabe moverse muy bien en la línea de lo que es ternura y lo que es psicopatía pura. En cuestión de minutos le vemos obligar a Elena a beber de su muñeca, sujetándola como rehén y acto seguido, besarle en el pelo con dulzura extrema. Ternura y dulzura falsa: es un psicópata y un pervertido.

Aunque durante toda la temporada ha hecho gala de su crueldad, en los últimos episodios he contemplado horrorizada cómo se acercaba a la redención. Como todo triste que se precie, su hermano Stefan vive unos momentos de debilidad en los que se pasa al lado oscuro, y nos enteramos de cómo fue la transformación de los Salvatore y por qué se llevan tan mal.
Lo peligroso llega cuando Stefan está en peligro y Damon empieza a mostrar signos de bondad provocados por el amor fraternal. No queremos un vampiro emo, queremos un vampiro cruel. Veremos qué pasa en la segunda temporada.
En los últimos episodios he percibido algo así como dos pequeñas tramas: la de los hombres y la de los niños. En el lado de los hombres tenemos a Damon, Alaric y John Gilbert. En el lado de los niños tenemos a los amigos de Elena y Stefan, a Jeremy, las fiestas, los consursos de Miss Mystic Falls, las carrozas y vestidos horteras y los rollitos de primavera.
Pero al final, ambas corrientes convergen y todo importa. Por ejemplo Bonnie, quien desapareció durante varios capítulos, permite indirectamente que Gilbert mate a unos cuantos vampiros y luego ayuda a Stefan a rescatar a su hermano de las llamas. Hasta el hijo estúpido del Alcalde esconde uno de los secretos más sorprendentes de la historia y que nos abre un montón de posibilidades para la próxima temporada.
Pero para sorpresas... el cliffhanger final. Un cliffhanger que, para no faltar al espíritu de la serie, describiré como SALVAJE.