Un sueño

Envidio a la gente que no sueña, o que no recuerda lo que sueña, ya que raras veces mis sueños, o los sueños que recuerdo haber tenido, son buenos. Vamos, es que ni tengo la certeza ahora mismo de alguna vez haber tenido un sueño bueno. Todos mis sueños son o bien rarísimos, o bien pesadillas, pero en ningún caso agradables.

Esta noche pasada he soñado con mi sobrino. En mi sueño, él era más chiquitín de lo que es ahora. Alguien se lo quería llevar. No sé ni quién ni de dónde, ni hacia dónde, ni salía nadie más en ese momento en mi sueño que él y yo. Pero mi reacción era la de quitárselo a los que se lo querían llevar, secuestrarlo. Y le tocaba el pañal y sabía que necesitaba que lo cambiase, y yo no sabía a dónde llevarlo, ni tenía pañales limpios que ponerle.

Me dirigía a la antigua casa de mis padres, donde vivíamos antes de que ellos se separasen. Y, como en cada sueño que tengo con ese edificio, el ascensor nunca quiere llevarme a donde le pido, o bien se queda en otro piso o bien me lleva al espacio. En esta ocasión, alguien me decía que en mi antigua casa había habido un asesinato sin resolver, pero cuando yo llegaba allí no veía nada raro, todo estaba tal y como mi madre lo tenía cuando vivíamos allí (o lo que recuerdo, ya que hace más de 15 años que no vivimos allí), aunque todo un poco más desordenado.

Allí no habían pañales, ni asesinos, ni víctimas, ni nada. Y yo seguía con mi sobrino en brazos, y sin cambiarle de pañales. Mi novio venía a recogernos con el coche y nos íbamos a toda velocidad por una carretera al borde de un acantilado, con el mar embravecido... una sensación de vértigo brutal, y el coche parecía que cada vez corría más y más... hasta que terminábamos metidos en un lago, con coche y todo, del que afortunadamente podíamos salir en seguida y sin problemas.

Finalmente, llegábamos a destino... o eso pensaba yo, porque yo creía que íbamos a un sitio donde poder cambiar al niño, y en cambio aparecíamos en un concierto acústico de Avantasia, con sólo dos personas en escena: el líder del grupo en sí y... atención... Dave, el amigo de Bret y Jemaine de la tienda de empeños en la serie Flight of the Conchords. Y en ese punto, afortunadamente, me desperté.


Y todo tendrá su explicación, ¡¡pero qué sueño más extraño!! Pues esto no es un hecho aislado... Mis sueños son así. Absurdos en su mayoría y muchas veces, mezcla de realidad y ficción. Y siempre muy estresantes.

Y hablando de mezclar realidad y ficción... Leo esta mañana esta noticia en La Vanguardia: Schwarzenegger notifica hoy el despido a 20.000 empleados públicos. No es tema para bromear, lo sé, pero me hace gracia.