El Ala Oeste: Recta final

Parece muy lejano aquel día de diciembre en el que empezamos a ver El Ala Oeste de la Casa Blanca. Recuerdo aquella escena del primer episodio en la C.J Cregg corre en una cinta continua cuando su móvil o busca hace que su sesión de cardio pare precipitadamente para presentarse en su puesto de trabajo como Secretaria de Prensa de la Casa Blanca. Han pasado casi tres meses ya, en los que raro ha sido el día en que no hayamos tenido nuestra dosis de 'Let Bartlet be Bartlet'. Y ahora ya estamos en el décimo capítulo de la última temporada, de la séptima temporada... y creo que es un buen momento para echar la vista atrás y reflexionar sobre una gran serie que se me termina y que me ha llegado al corazón.



A PARTIR DE AQUÍ, ESTA ENTRADA CONTIENE SPOILERS. SI NO HAS LLEGADO TODAVÍA A LA MITAD DE LA ÚLTIMA TEMPORADA DE EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA, NO SIGAS LEYENDO A NO SER QUE NO TE IMPORTE...

Desde aquel 1x01 en el que conocimos al Presidente, a Leo, a Josh, a Sam (al que no he dejado de echar de menos desde se marchó a la soleada California), a Claudia Jean, Margaret, Donna, Tobby,..., muchas cosas han cambiado. En seis temporadas hemos conocido a varios nuevos personajes, a otros muchos les hemos dicho adiós casi sin darnos cuenta ni saber por qué (dicen que eso es sello Aaron Sorkin) y a otros los hemos visto evolucionar o involucionar dentro de El Ala Oeste de la Casa Blanca.

En la sexta temporada nos damos cuenta de que la administración Bartlet llega a su fin. Tras siete años de mandato, toca pensar en el último año que queda, en cómo terminar, en qué mensaje dejar y en la sucesión. Tras unas primarias de infarto, el candidato demócrata a la presidencia es Matt Santos, quien tiene como director de campaña a Josh Lyman, quien dejó su puesto como ayudante del jefe de gabinete de Bartlet cuando creyó encontrar en Santos a 'su hombre'. 'Alguien tiene que pensar en el noveno año', le dice Josh a Tobby Siggler cuando éste le recrimina su marcha.

Pero no es mi intención hacer una enumeración de personajes, ni analizar dónde empezaron y dónde se encuentran ahora, y sobretodo, no quiero averiguar dónde terminarán, porque sorprendente y afortunadamente, llegué a esta serie 'virgen' y apenas sin información. Sin querer me comí un spoiler sobre la muerte del actor que interpreta a Leo McGarry, y ese fue mi único traspiés. En un momento de la sexta temporada, cuando Leo sufre su ataque al corazón en el bosque, creí que ese era el final... Pero ahora me sorprende ver a Leo en el papel de candidato a la Vicepresidencia junto a Santos, haciendo gala de su experiencia.

Es para mí inevitable hablar de estos personajes como si los conociese. Ha sido una maratón tanto intensa como intensiva, y aún no ha terminado. Es alucinante cómo una serie con una trama marcadamente política engancha de esta manera a personas para quien la política no representa algo demasiado grande en sus vidas. Y creo que el secreto de esto es que tiene unos personajes que te llegan al corazón. La otra noche, en la cena del Series & Twitts, me di cuenta de que no soy la única, cuando alguien me confesó que había despedido esta serie con lágrimas en los ojos. Y he de reconocer que, en el forward con el que se abre la séptima temporada, en el que aparece el espectacular Martin Sheen en el papel del ya ex-Presidente Bartlet, con el pelo totalmente blanco y apoyado en su bastón, no pude evitar emocionarme. Porque ese era el principio del fin.