Dentro de un mes, día arriba día abajo, cumpliré 30 años. No me supone ningún drama, es más, me hace gracia. Y me digo a mí misma, una y otra vez, con toda la entonación y volumen que puedo: 'Muuuuundo viejuuuuuuunooooo', porque una cosa es sentirse vieja (con el mal rollo que esto conlleva) y otra muy diferente es ser 'viejuna'. Y ser un poco más viejuna, mola mucho.
Y por eso, he pensado que no estaría mal hacer un post 'conmemorativo', o de 'remember'... con algún recuerdo de la infancia relacionado con el entretenimiento, tema que intento que predomine en este bloc. Aquí empieza pues una historia real, la historia de un desencuentro entre una niña y un televisor... que seguramente no fue el primero y que efectivamente, no fue el último. Una historia que me debió marcar, ya que no he olvidado ni un detalle de lo que ocurrió. Aquí la tenéis:
Érase una vez una niña muy repipi llamada Vanessa que prefería hacer puzzles a jugar con muñecas, y ver la tele a jugar con otros niños. Vanessa tenía unos 7 años y su afición por la televisión era importante, pero en aquellos maravillosos años 80 no existía el Está Pasando, ni siquiera Tele Cinco (la cadena amiga), así que su madre podía dejarla frente a la tele sin preocuparse de qué cosas 'malas' pudiesen enseñarle Gabi, Fofito, Miliki y Milikito (míralo, y parecía tonto, el Milikito...) o Espinete y Don Pimpón. Además de los programas infantiles y los musicales, ella era fan de los anuncios. Cada bloque de anuncios era esperado con ansias y los 'jingles' coreados con deleite.
Vanessa, además, aprendió a leer edad temprana y pudo disfrutar entonces, no sólo de cuentos infantiles, sino sobretodo de esa joya semanal: la revista Teleprograma; pequeña, compacta... tamaño infantil, ciertamente. Un día, en su TP descubrío algo que le llamó principalmente la atención: un programa llamado 'Tablón de anuncios' que se emitía muy pronto por la mañana, el sábado y el domingo. Ilusionada, madrugó especialmente para enfrentarse a todo un espacio dedicado a bloques de publicidad.
Pero, cuando llegó el momento, esta niña inocente sufrió una gran decepción: el programa Tablón de Anuncios no emitía anuncios sin descanso, sino que iba de ofertas de trabajo; un tío trajeado con cara de panoli y discurso monocorde leyendo ofertas para opositores. Vanessa volvió a la cama, triste y defraudada, y el domingo esperó a que fuese la hora de Heidi para levantarse de la cama.
FIN
Y por eso, he pensado que no estaría mal hacer un post 'conmemorativo', o de 'remember'... con algún recuerdo de la infancia relacionado con el entretenimiento, tema que intento que predomine en este bloc. Aquí empieza pues una historia real, la historia de un desencuentro entre una niña y un televisor... que seguramente no fue el primero y que efectivamente, no fue el último. Una historia que me debió marcar, ya que no he olvidado ni un detalle de lo que ocurrió. Aquí la tenéis:
Érase una vez una niña muy repipi llamada Vanessa que prefería hacer puzzles a jugar con muñecas, y ver la tele a jugar con otros niños. Vanessa tenía unos 7 años y su afición por la televisión era importante, pero en aquellos maravillosos años 80 no existía el Está Pasando, ni siquiera Tele Cinco (la cadena amiga), así que su madre podía dejarla frente a la tele sin preocuparse de qué cosas 'malas' pudiesen enseñarle Gabi, Fofito, Miliki y Milikito (míralo, y parecía tonto, el Milikito...) o Espinete y Don Pimpón. Además de los programas infantiles y los musicales, ella era fan de los anuncios. Cada bloque de anuncios era esperado con ansias y los 'jingles' coreados con deleite.
Vanessa, además, aprendió a leer edad temprana y pudo disfrutar entonces, no sólo de cuentos infantiles, sino sobretodo de esa joya semanal: la revista Teleprograma; pequeña, compacta... tamaño infantil, ciertamente. Un día, en su TP descubrío algo que le llamó principalmente la atención: un programa llamado 'Tablón de anuncios' que se emitía muy pronto por la mañana, el sábado y el domingo. Ilusionada, madrugó especialmente para enfrentarse a todo un espacio dedicado a bloques de publicidad.
Pero, cuando llegó el momento, esta niña inocente sufrió una gran decepción: el programa Tablón de Anuncios no emitía anuncios sin descanso, sino que iba de ofertas de trabajo; un tío trajeado con cara de panoli y discurso monocorde leyendo ofertas para opositores. Vanessa volvió a la cama, triste y defraudada, y el domingo esperó a que fuese la hora de Heidi para levantarse de la cama.
FIN
15 comentarios:
ahhahaa, que bueno, lo de la lectura del tp me ha hecho reír mucho.
Jajjajjjaaaa. Alguién debió decirte que si lo hacían a esas horas era porque tú no eras público objetivo XDDD.
Jejejeje, es que los nombres no siempre ayudaban. Yo me enchufaba a los bloques de dibujos animados, me encantaban.
Jajaja! Qué bueno lo de Tablón de anuncios! Qué recuerdos cuando madrugábamos para ver "la bola de cristal" o "cajón desastre", estaban los payasos de la tele y los dibujos a todas horas.
Ah, por cierto, bienvenida al grupo de los 30! xD
Los que estrenamos el grupo de los 20 no nos enteramos de naaada de lo que hablais jeje. Pero nosotros tambien hemos tenido una buena infacia televisivamente hablando y sí, ya existia tele5 y nosotros nos quedabamos pasmados viendo a las oquettes, o como se escriba, y a las mama chicho. Así hemos salido...
Jajajaja... yo que ahora te imagino sentada igual que el prota de "Sigue soñando"... ;D
SUNNE, es curioso... mi madre siempre la compraba y yo nunca la compré.
RUTH, ¿público objetivo? No sé qué significa eso ahora, imagínate entonces.
STAR, ¡publicidad engañosa, eso es!
ELDEMO, muchas gracias, es un honor. ¡Cajón Desastre! Con aquella loca Miriam Díaz 'Laloca' en patines... vaya vaya, ya no me acordaba.
SERIEFILO, pues mira, sinceramente y no es por hacerme la chula, pero... lo siento mucho por tí y por tu generación en general. Por no hablar de los que descubren ahora la tele... madre mía, traumatizados de por vida.
TIMELESS, ¡no sé qué es eso!
Jajaja, Yo era de TeleIndiscreta ;) Hasta compré el primer nº con ansia,en el q regalaban unos pedazo cromos de V.... lo más!!!! jajaja (ya tenía yo adicciones televisivas...)
Con los anuncios, era como una enfermedad, jugaba con mis hermanos a adivinar q anunciaban en el siguiente y, si lo adivinábamos, "ganábamos" lo q anunciaban (ilusos...) jajaja
Era una serie que ponian en los principios del plus, era de lo poco que no era en codificado. Tipica telecomedia que va de un tio que se pegó toda su infancia pegado a la tele y que en su vida cotidiana cuando pensaba se le venian a la cabeza flashbacks de la tele en blanco y negro que recordaba de crio.
La intro a la que me referia era esta: http://www.youtube.com/watch?v=97xrot0FW8A
Y la ficha de la imdb :)
http://www.imdb.com/title/tt0098780/
UUUf no no tp tp, teleindiscreta no, solo la compraba cuando regalaban cromos, posters y pegatinas de V.
No me puedo creer que siendo del 79 no conozcas "Sigue soñando". Si era buenísima!
Yo me hize mujer las mañanas de los sábados con "La bola de cristal".
En este programa me dí cuenta de que siempre me gustaría Alaska de que Faemino y Cansado serían siempre mis humoristas favoritos y que Santiago Auseron sería forever and ever mi hombre!!.
Luego llegó el Heavy y ese es otro cantar...
Jajaja qué bueno, me recuerdas un poco a mí. Había un programa de copla o flamenco que emitían por la mañana no recuerdo el nombre. Cuando acababa me ponía a hacer mis coreografías en el pasillo de casa.
Es curioso pero a mí me pasa lo contrario con la televisión: ni me ha llamado de pequeño ni lo hace mucho ahora. Lo mío siempre fueron los libros. Aunque, leyendo lo del TP, me acordaré toda la vida el día que me compraron aquella revista y regalaba una pistola de V en cartón. Recuerdo haberla montado en la piscina y fardar de ella hasta que seguramente se caería al agua. Ya éramos frikis en aquella época... Aunque no se hubiera inventado la palabra.
ivan- es verdad la pistola de V, lo ves de eso casi ni me acordaba, que mala es la edad.
Publicar un comentario