Ya han pasado varios días desde el final de temporada de Game of Thrones. El tiempo justo para empezar a echarla de menos y para empezar a plantearse la relectura de otro de los volúmenes de Canción de Hielo y Fuego, justo después de devorar Danza de Dragones, claro.
Ahora, en frío, es cuando llega el momento en el que me pregunto si la temporada me ha gustado... La respuesta es sí, pero menos que la primera. No han faltado los grandes diálogos, las interpretaciones magistrales y los escenarios y paisajes que dejan sin aliento. Tanta magnificencia pasa factura, y los costes contribuyen a que las temporadas sean más cortas de lo que sería deseable y a que se profundice más en unas tramas que en otras, a riesgo de que las elegidas no sean tus favoritas. Mala suerte.
Seguir una serie que es adaptación literaria tiene su parte buena y su parte mala, que son dos caras de la misma moneda: tienes una visión de la historia más amplia y un conocimiento más profundo de sus personajes, y precisamente por esto corres el riesgo de llevarte más de una decepción. Es inevitable que en algunos momentos, se tuerza el morro, se resople o incluso se maldiga. En esos momentos en los que te invade la duda y padeces una pequeña crisis de fe, solo tienes que pensar que George R.R. Martin está totalmente implicado en el proyecto y cerrar el pico o repetir el mantra 'por algo lo harán... por algo lo harán...'.
Muchos de los cambios que se han visto en esta segunda temporada con respecto a Choque de Reyes, sobre todo en lo que afecta a la relación entre personajes, han tenido una explicación más que lógica. Me ha parecido por ejemplo muy lógico el cambio de colocación para Shae, trabajando directamente con Sansa, y sobre todo me ha parecido genial y muy acertada la relación entre Tywin Lannister y Arya Stark, que no existe en la novela. Ha dado grandes momentos y unos diálogos muy buenos, que no han sido los únicos buenos ratos que nos ha hecho pasar la pequeña Stark... no olvidemos sus encuentros con Jaqen H'ghar, otro fantástico personaje.
En cambio, los grandes perjudicados en esta segunda temporada de la serie han sido Daenerys Targaryen y Jon Nieve. Con respecto a la primera, no me ha gustado nada la manera en que su travesía por el desierto y su estancia en Qarth han sido adaptadas. No me ha gustado cómo nos han contado su paso por la Casa de los Eternos, y tampoco me ha gustado el secuestro de los dragones, básicamente porque me encanta verlos en pantalla y esto nos ha privado de muchos minutos de esas pequeñas bestias tan adorables.
Y en lo referente a Snow, confieso que esta primera parte de sus aventuras en tierras más allá del Muro no me interesaban demasiado ni en las dos ocasiones en que he leído el libro, así que no he prestado excesiva atención en su aparición en la serie. Me ha gustado la elección de Rose Leslie, vista en Downton Abbey, para el papel de Ygritte, y por supuesto me encantó oir el 'You know nothing, Jon Snow', como a todo el mundo. Nada más que añadir.
Del resto de tramas, destaco en positivo la de Theon Greyjoy y su ataque a Invernalia, aunque a juzgar por lo que iba leyendo en redes sociales y escuchando de mis amigos, la parte de la presunta muerte de los pequeños Stark no representó un golpe de efecto tan fuerte como lo hizo para los que en su momento leímos la novela. A mí me pareció que estuvo correcto sin más, pero entiendo que en mi caso el factor sorpresa se perdía y no es lo mismo. Y para terminar con Theon: da muchísima más rabia en la serie que en las novelas, así que ahí creo que lo han bordado.
Punto positivo también para la escena del parto de Melissandre, cuando en presencia de Davos da a luz a esa sombra que acabará con la vida de Renly. Y magistrales los hermanos Tyrell, tanto en la resolución al final como en ese triángulo amoroso, viciado y ambicioso que propone Margaery al pequeño de los Baratheon, y sus ardientes deseos de ser, no una reina, sino La Reina. Súper a favor de la elección de Natalie Dormer para el papel, ya que le viene como anillo al dedo.
Si bien todas estas tramas han estado suficientemente bien llevadas y han cumplido con las expectativas que pudiese tener, la que no ha brillado lo que debía, pero que tampoco ha sido desdeñable, ha sido la de Robb Stark, su madre, Brienne y Jamie. Aquí, una parte de lo que vemos en Tormenta de Espadas asoma la nariz, lo justo para que todos los frentes avancen y nos situemos ante la que se nos avecina. Impresionante por cierto la figura de Gwendoline Christie, actriz de 1.91m que interpreta a Brienne de Tarth y que deja a todos los que la rodean como liliputienses, incluído a mi amado Nikolaj Coster-Waldau, quien no ha tenido demasiados minutos esta temporada, pero que en la siguiente... me froto las patitas.
El escenario y el personaje protagonistas absolutos de esta temporada han sido Desembarco del Rey y Tyrion Lannister, el favorito de tantos. Su ratio de frases ingeniosas por capítulo ha sido elevadísimo, y Peter Dinklage está haciendo el papel de su vida. Yo aún lo recuerdo por su paso por Nip Tuck, en aquel papel tan marciano como marciana era la serie en su conjunto... Pero está claro que todo lo que hayamos visto del actor hasta la fecha quedará olvidado gracias a su paso por Juego de Tronos.
No ha sido Tyrion el único que ha brillado en Desembarco del Rey. Tanto Bronn, como Cersei, como Varys nos han dado buenos momentos y han mantenido grandes diálogos, pero personalmente me quedo con el Perro, un personaje por el que siempre he sentido debilidad. Me gusta su extraña relación con Sansa, me interesan mucho sus miedos y traumas, y me entusiasmó ese gran 'Fuck the King' en el súper capítulo Blackwater.
De nuevo un capítulo épico que abría la puerta a un final de temporada más tranquilo, igual que sucedió en la primera temporada, con la decapitación de Ned Stark en el penúltimo episodio. Un capítulo en el que vemos la fragilidad de un Reino dirigido por gobernantes incapaces que viven tan lejos y tan desconectados de su pueblo. Un pueblo, unos sirvientes, un ejército, cuya lealtad es también cada vez más frágil, sobre todo en un momento en el que tantos dicen ser el Rey, que una ya pierde la cuenta.
En resumen: sí, me ha gustado. A pesar de todos los 'peros' que suelen aparecer cuando se trata de una adaptación literaria. Hay que aprender a sentarse y disfrutar de la función, sobre todo si tiene una pinta tan espectacular y unos actores y actrices que saben hacer tan bien su trabajo. La cuenta atrás para la tercera temporada ya comenzó. Estamos de celebración: falta un día menos para el estreno de la tercera temporada de Juego de Tronos.
4 comentarios:
pues pues pues, sin haber leído los libros puedo decir que me ha gustado. no soy para nada de fantasía épica, por eso el famoso "blackwater" no es que fuera divertido para mi. si me gusta la serie creo que es por los cotilleos. y es que con tanto personaje cotilleos hay unos cuantos.
con todo el verano por delante no sé si leer los libros o mejor dedico el tiempo a leer otras cosas. lo pensaré.
Sé lo delicado y arriesgado que es recomendar lecturas, pero Gorka, si algo te recomiendo de todas todas y con garantías, es que leas la saga Canción de Hielo y Fuego. No lo dudes ni por un instante. No te arrepentirás. Es más: vendrás a agradecérmelo. Jaja...
A mí también me ha gustado bastante esta temporada. Es verdad que hay personajes que han pasado más desapercibidos pero es que en las novelas hay tantas tramas e historias que es imposible desarrollarlas todas. Ha sido la temporada de Tyrion y Varys así que supongo que la siguiente será la de Daenerys y el Muro. O tal vez no visto el gusto de Martin por las sorpresas, jejeje.
La verdad es que, como bien dices, con tantas tramas, tantos personajes... es normal que nunca llueva a gusto de todos. Por eso siempre recomiendo a todos mis conocidos, que lean las novelas. Pero algunos no me hacen caso... jeje.
¡Gracias por pasaros a comentar!
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