Esta semana, el día 7 de febrero, se cumplieron 200 años del nacimiento de Charles Dickens. De manera totalmente fortuita, me pilló leyendo Grandes Esperanzas. Hace un tiempo que me propuse incluir en mis lecturas, alguna que otra novela clásica de autores como Dumas, Walter Scott, Emily Bronte o Jane Austen. Con más o menos éxito lo he ido llevando a cabo y el verano pasado le di la primera oportunidad a Dickens, con Oliver Twist. A pesar de no estar acostumbrada ni a su estilo ni a la manera de narrar el maltrato infantil, supongo que con la naturalidad que le dio la época en la que le tocó vivir, la novela me gustó y la predisposición a mantener un segundo asalto con el escritor estaba ahí.
Una cosa llevó a la otra y, a pocos capítulos de terminar Grandes Esperanzas, se me ocurrió una idea: ¿Qué tal celebrar, a mi manera, el bicentenario del nacimiento del autor? Así que me he propuesto dedicar este año a explorar y a conocer la obra de Charles Dickens. Para que no sea monótono y pesado, no leeré todas sus novelas del tirón, sino que las iré intercalando según sople el viento… De la misma manera, si hay alguien que quiera acompañarme en la iniciativa, será un placer que nos pongamos de acuerdo en cuál será la próxima y cuándo empezamos, y mantener pequeños clubs de lectura. Ya sabéis cómo encontrarme.
Para cerrar este mini post haciendo honor a la novela que me ha llevado a poner en marcha esta idea, comentar por encima que Grandes Esperanzas me ha parecido una historia simplemente preciosa. Una historia sobre la indefensión de un niño que se convierte en un hombre en manos del azar y de los caprichos de los demás. Leo en webs de literatura que tiene mucho de autobiográfica. Sin duda, encierra una crítica férrea contra las convenciones de la sociedad de la época, sobre todo contra la aparente perfección de las clases altas y contra las injusticias que encierran las marcadas diferencias sociales.
Me ha parecido una preciosa historia de amistad y de amor fraternal en la que sus personajes principales son ante todo, peculiares: los hay muy bondadosos o muy despreciables, dementes o extremadamente racionales, fríos y calculadores, cariñosos, egoístas, crueles… y todos con personalidades tan marcadas que sientes que lo sabes todo sobre ellos.
Y para ir estableciendo algo parecido a una comparativa, diré que Grandes Esperanzas me ha gustado más que Oliver Twist. A ver qué tal resulta con el siguiente… Próximamente.
2 comentarios:
Yo me apunto al Club de lectura y tengo una sugerencia David Copperfield. Una vez leído el libro, propongo completar la experiencia con el visionado de la tv movie protagonizada por Daniel Radcliffe allá por el año 1999.
¡¡Guayyy...!! Sí, sí, sí, me apetece seguir con David Copperfield. Es una buena opción.
Gracias ;)
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