Mis series del verano - 1

Todos los que somos aficionados a las series de televisión (y me permito añadir: americanas) tenemos nuestro sistema, nuestra clasificación y nuestra manera de disfrutar de ellas. Me atrevo a aventurar que la mayoría de nosotros coincidimos en varios puntos, como por ejemplo, el tener esa serie que ves acompañado y esa otra que ves en solitario. También hay división entre las que vemos semana a semana y esas a las que dedicamos los deliciosos maratones. Y por último, aunque en esto a lo mejor tantos no coincidimos (o muchos se avergüenzan de confesarlo) están esas series que seguimos en castellano y las que seguimos en versión original con subtítulos (o sin, en el caso de los más hábiles y atrevidos).


Actualmente, de las que se emiten a ritmo USA y hasta que me ponga con Nurse Jackie, no sigo ninguna. Lo probé con Mental. Vimos el piloto y nos pareció terriblemente malo. Creo que no he visto peor interpretación, a excepción de la de Ana Paquin en True Blood, en toda mi trayectoria como seguidora de series. Chris Vance quizá lo hizo bien en Prison Break, no lo recuerdo, pero este papel protagonista no está hecho para él, según mi opinión. No tiene carisma y, si la idea es hacernos pensar en House, han elegido un mal camino: el de las comparaciones odiosas de las que Mental sale muy mal parada.

House es una de las series semanales que sigo en versión doblada. A un capítulo de acabar la quinta temporada, estoy simplemente encantada con el rumbo que ha tomado la historia y con lo que estamos viendo del personaje principal. Estoy deseando de ver la season finale, aunque al mismo tiempo me da pena que se me acabe mi dosis de House.

El resto de dobladas que veo semanalmente son: Anatomía de Grey, de la que también me queda poco para terminar la 5a temporada, 30 Rock, Cómo Conocí a Vuestra Madre, La chica de ayer (obvio que la veo en castellano) y Weeds. De todas estas, sólo Anatomía de Grey veo en solitario. Mi novio ve en solitario El Internado. Yo directamente no la soporto, haré lo que en la pasada temporada: que me vaya contando lo importante y ya veré el capítulo final. ¿Tramposa? Un montón. Pero ya he dicho muchas veces que paso de tragarme tonterías de niñatos durante una hora y pico, cuando en poco más de media hora, si eliminasen tanta tontería, podríamos tener un capítulo digno.

Weeds merece especial mención. Estamos siguiendo la cuarta temporada tal y como la emiten en Canal +, es decir, con capítulos dobles cada semana. Y es un gusto. Si algo hay que echarle en cara a esta serie es que sus episodios son demasiado cortos, pasan como en un suspiro, y el hecho de que en lugar de 25 minutos se nos ofrezcan 50 por sesión, es de agradecer. Todos los cambios que se han producido en la vida de los Botwin, el hecho de que Doug siga siendo uno de los personajes principales de la serie y la aparición de Esteban Reyes, me están pareciendo unos puntos geniales que hacen que cada fin de semana espere con muchas ganas mi sesión de Weeds. Pero ya le dedicaré un post para ella solita, porque lo merece.

En breve podré ver qué tal lo hace "Carmela" como enfermera. Tengo muchas ganas pero a la vez tengo miedo, porque sé que no es Carmela y a la vez sé que, por mucho que se haya cortado el pelo, Edie Falco siempre será nuestra Carmela. A ver cómo lo encajamos y si la serie vale la pena. Otros estrenos del verano a los que les echaré un vistazo son: Hung, con el actor de The Punisher (Thomas Jane) interpretando a un gigoló, y The Philanthropist, del actor James Purefoy, que hizo de Marco Antonio en Roma. Espero que no me dejen tan decepcionada como Mental. También habrán por ahí 7 capítulos de Kings a partir del día 13 a los que prestaré atención, aunque quizás no tanta como al principio.

Y finalmente, True Blood, los reyes del marketing, como nos mostró Thursnext en este post tan currado. Veremos si tanta campaña y tanto bombardeo es justificado y realmente, la segunda temporada lo merece. Soy escéptica, ya que la primera temporada vista desde la distancia no fue tan buena... fue el tuerto en el país de los ciegos. Lo que es seguro es que, para bien o para mal, vamos a hablar mucho de vampiros este verano.